Elecciones generales

Almonte, feudo histórico de los socialistas

En 40 años de democracia, ha sido el partido más votado en Almonte. En 2016, el resultado duplicó al obtenido a nivel nacional. Algunos vecinos critican la red clientelar establecida en el municipio, otros reivindican que el espíritu «felipista» sigue vivo.

Los almonteños, «currantes», creen que los socialistas son los más leales y los que más se preocupan. Aunque hay quienes dicen que es un cariño «comprado», porque la mayoría trabaja en el Ayuntamiento. Fotos: Alberto R. Roldán
Los almonteños, «currantes», creen que los socialistas son los más leales y los que más se preocupan. Aunque hay quienes dicen que es un cariño «comprado», porque la mayoría trabaja en el Ayuntamiento. Fotos: Alberto R. Roldánlarazon

En 40 años de democracia, ha sido el partido más votado en Almonte. En 2016, el resultado duplicó al obtenido a nivel nacional. Algunos vecinos critican la red clientelar establecida en el municipio, otros reivindican que el espíritu «felipista» sigue vivo.

«¡Eugenia, que me dice este chico periodista que si somos socialistas! Pues eso parece porque aquí siempre salen los mismos y mira que llevamos elecciones ya... Eso sí, luego nos quejamos de que no hacen nada por nosotros, pero les seguimos votando».

«¿Yo socialista?... pues sí “muhé”, la verdad, pero más de Pedro Sánchez, que es muy guapo, no como el coletas que no me gusta ná, tu eres más del Rivera, ¿a que sí?».

«Claro, Toñi, es que ese sí que está bien, ¿o no Paquí?».

Sale del portal la tercera vecina, Paqui, y, mientras se afanan en limpiar la fachada de un casa baja del centro de Almonte (Huelva), continúan la charla y eso que de primeras decían ser de aquellas que «ni saben ni les interesa la materia».

«Yo lo que te digo es que el Sánchez va de listo, apunta Paqui».

«Y tanto –añade Toñi– que bien la ha liado con la de lo de Franco, que dejen a nuestros muertos en paz, ahí andan mareando con el dinero que bien podrían utilizarlo para otra cosa».

«Que no es cuestión de dinero chiquilla, que es por dignidad, sentencia María Eugenia. Que estos son los que hacen cosas buenas para los que somos trabajadoras como nosotras...». Las dos compañeras ponen cara de desacuerdo y siguen su labor.

En este feudo histórico de los socialistas, que en las pasadas elecciones alcanzó el 45,65% de los votos, casi el doble del resultado a nivel nacional donde el PSOE se quedó en el 22,6%, las opiniones parecen variadas, pero a la hora de depositar el voto, el partido ahora en manos de Pedro Sánchez siempre arrasa y en las elecciones generales suele duplicar, como mínimo, el dato nacional.

Andalucía es terreno abonado para los socialistas desde que Felipe González conquistó el corazón sureño y en este pueblo onubense de 24.000 habitantes situado poco más de media hora de Sevilla lo tiene claro: esta vez también apostarán por la izquierda centrista. Diego Leal se emociona todavía cuando habla de la primera vez que votó, por supuesto a González. «Era 1977, yo tenía 18 años y había ido a mítines de Felipe. Me quedé alucinado. Cómo hablaba ese hombre, era un animal, como nos ayudó a los que menos teníamos, sin duda él ha sido el mejor político de nuestro país. Yo siempre le voté y cuando ganó en el 82 fue una alegría tremenda. Luego vinieron otros como Zapatero o Sánchez, que bueno, no están mal, pero no son lo que él», remarca este carnicero por el que sigue fluyendo sangre «progre». «En Almonte, la gente siempre a votado mayormente al PSOE porque aquí todos somos unos currantes y es el único partido que ayuda a los pobres. Yo me siento socialista y aunque haya habido casos de corrupción, ¿qué partido no los tiene?», recalca mientras despacha unos filetes de pollo y unas hamburguesas. «Te he cobrado lo mismo por el pollo, pero la ternera un poco más cara, que la vida sube sin parar», le dice a la mujer que despacha. Leal atribuye el éxito de este partido no solo en su pueblo sino en toda a Andalucía a que les ha ido bien con ellos y a que sus líderes siempre han sido cercanos al pueblo. «Pedro lo es y Susana también. Bien es cierto que ninguno tiene el carisma de Felipe, pero es que eso es imposible», remata este incondicional «felipista».

Es tiempo de recogida de la fresa y los temporeros comienzan a bajarse de los vehículos que les trasladan del campo al centro del pueblo. Dos vecinos les observan desde el Kiosco de la Plaza de la Virgen del Rocío. «Luego dicen que en Andalucía no hay trabajo, lo que ocurre es que aquí hay quienes no quieren mancharse las manos, mira la cantidad de gente de fuera que viene, luego dicen que los socialistas no dan trabajo, lo dan pero hay muchos que no quieren cogerlo», argumenta el propietario del negocio de prensa.

20 años de alcalde

Entre los vecinos hay quienes atribuyen el éxito de este bastión izquierdista a las políticas sociales por las que tradicionalmente apuesta la formación y otros, más críticos, lo relacionan con un costumbrismo arraigado en la comunidad. «Desde que hay democracia aquí ha gobernado el PSOE, tan sólo en una ocasión, en 2011, les robó la alcaldía el candidato del PP gracias a un acuerdo que llegó con IU, ironías de la vida. Vamos que los del PP necesitaron a la izquierda para quitarles el monopolio a los socialistas. Pero aquello no funcionó, porque no supieron aprovechar la oportunidad. En las siguientes elecciones regresó el PSOE al Ayuntamiento», explica un almonteño a los pies del kiosco. De hecho, aquel 2011, el alcalde que llevaba 20 años en el poder de manera ininterrumpida, Paco Bellas, salió escaldado y ahora ha presentado una nueva formación independiente, Ilusiona, «con la que le va a hacer la faena a los socialistas, porque ya está recordando a los vecinos los favores que le deben», añade Matías, un empresario del pueblo que no está muy de acuerdo con los tejemanejes que se traen los políticos. «Mira, aquí realmente lo del sentimiento socialista yo no me lo creo demasiado, más bien es estómago agradecido.

En Almonte la mayoría del pueblo trabaja en el Ayuntamiento, están todos comprados, a quién van a votar entonces sino a quien les da de comer a ellos y a sus familiares. Nuestro consistorio tiene más trabajadores que el de Sevilla», apunta este onubense que mezcla sus críticas con chascarrillos.

Precisamente a esta red clientelar que se ha establecido ya no solo en Almonte sino en toda Andalucía tras 40 años de monopolio socialista se refiere Alfonso, que nos recibe en su puesto de frutas del Mercado de abastos del pueblo. «El PSOE no es un partido, sino una institución, aquí el 80% del pueblo tiene alguna relación laboral con ellos. Y es que la política es poder y quién va a renunciar a manejar los hilos de un enclave fundamental de El Rocío, aquí se dejan mucha pasta», dice el frutero haciendo referencia a la romería que tiene parada obligatoria en Almonte.

«Nunca al PP»

Una información que desmiente con rotundidad Antonio Rodríguez Falcón un mecánico que durante toda su vida profesional trabajó para la Junta. «El PP sólo ha sabido gobernar para los ricos, así que los andaluces siempre le damos la espalda, pese a que ellos luego hayan hecho triquiñuelas para gobernar con los ultras como hacen ahora en la Junta. Esa unión no es católica. Sólo el PSOE nos ha dado trabajo y ayudas. Sánchez es el único que ahora le echa valor y sale adelante pese a las trabas de los otros. Aumenta las pensiones, sube el salario mínimo y no hace más porque no le dejan», asevera.

Las nuevas generaciones se encuentran ahora ante la encrucijada y en este pueblo en el que la media de edad ronda los 40 años sus votos serán fundamentales. «Yo desde pequeño escuché en casa que nunca había que votar al PP,.‘‘La derecha nunca’’, repetía mi padre. Y hasta ahora así lo he hecho, pero claro, los tiempos cambian y vemos los errores que han cometido los que han gobernado aquí, así que no sé bien a quien daré mi voto en esta ocasión», afirma Francisco, de 44 años, que tiene varias empresas en la zona.

Sara, que estudia en Madrid pero sigue votando en su pueblo, asegura que tiene «pavor» por lo que pueda ocurrir. «Yo votaría al PSOE pero he perdido el DNI y no puedo pedir el voto por correo, así que estoy muy preocupada», reconoce. Enfrente, Matías, continúa la conversación con unos amigos y nos llama para que acudamos a su encuentro. «Que tengan cuidado los socialistas, que las cosas están cambiando y en las anteriores elecciones Vox consiguió aquí 800 votos», advierte uno de los «tertulianos». ¿Acabará Almonte de un plumazo con su legado socialista?