Caso Bárcenas

Bárcenas en prisión, Año I

El ex tesorero del PP, con un pie en el banquillo por el «caso Gürtel», cumple 365 días en la cárcel.. Ruz ha rechazado dejarlo en libertad hasta en cuatro ocasiones por riesgo de fuga

Bárcenas en prisión, Año I
Bárcenas en prisión, Año Ilarazon

Llegó en un Alfa Romeo y se fue en furgón. Desayunó en su casa y cenó en la cárcel. El día que la vida de Luis Bárcenas cambió para siempre, el ex tesorero del PP entró en la Audiencia Nacional con gesto serio y traje impecable y la abandonó en dirección a Soto del Real.

Llegó en un Alfa Romeo y se fue en furgón. Desayunó en su casa y cenó en la cárcel. El día que la vida de Luis Bárcenas cambió para siempre, el ex tesorero del PP entró en la Audiencia Nacional con gesto serio y traje impecable y la abandonó, tras dos horas de declaración ante el juez Pablo Ruz, en dirección a Soto del Real.

Seguramente, al ex senador ni se le pasaba por la cabeza. Era su novena comparecencia judicial y confiaba, de nuevo, en salir airoso. Hasta ese momento, había cumplido escrupulosamente con la obligación de comparecer ante el juez cada quince días y la investigación llevaba ya en marcha cinco años (desde que la iniciara el juez Baltasar Garzón). Y eso que, horas antes, la Fiscalía Anticorrupción había reclamado al instructor que le impusiese una fianza de 28,1 millones de euros para hacer frente a posibles responsabilidades civiles. Y eso que, para entonces, la investigación judicial ya había hecho aflorar que Bárcenas llegó a acumular en cuentas suizas 48 millones. Ayer se cumplió un año de ese bautismo penitenciario, de ese viaje en furgón que nunca pensó hacer.

En estos doce meses, el ex tesorero ha reclamado hasta en cuatro ocasiones (la última, hace sólo unos días) al juez Ruz su puesta en libertad. La primera, en julio del año pasado. Repitió en noviembre, el pasado marzo y este mismo mes de junio. En todas las ocasiones, encontró la misma respuesta por parte del magistrado, quien le ha negado la libertad una y otra vez. Fundamentalmente, por riesgo de fuga y la sucesión de indicios incriminatorios y por la sospecha del juez Ruz de que Bárcenas aún oculta dinero en el extranjero.

Aval de la Sala de lo Penal

Los argumentos del instructor para prolongar la prisión provisional han tenido hasta ahora el respaldo de la Sala de lo Penal, que hasta en tres ocasiones (sobre la última petición de libertad todavía no se ha pronunciado) ha avalado el proceder de Ruz negando la excarcelación de Bárcenas.

El ex tesorero del PP no tardó mucho tiempo en intentar recuperar su libertad. Cuatro días después de ingresar en la cárcel de Soto del Real (Madrid), sus abogados –entonces Miguel Bajo y Alfonso Trallero– se quejaron a la Sala de lo Penal de la Audiencia de que la decisión de Ruz suponía «una pena anticipada», tachando la prisión incondicional, adoptada a instancias de la Fiscalía Anticorrupción, de «inequívocamente injustificada, desproporcionada e innecesaria» y «sin precedente alguno en nuestra historia judicial». De poco sirvió, pues la Audiencia Nacional dio un espaldarazo a la actuación del juez instructor y acordó que la medida estaba plenamente justificada.

Pero la estancia en la cárcel sí hizo reflexionar a Bárcenas. Diecinueve días privado de libertad fueron suficientes para que pidiera declarar ante el juez Ruz en relación a la otra causa por la que se le investiga en la Audiencia Nacional: la supuesta contabilidad «B» del PP.

Nada más llegar al tribunal, pidió una corbata (una prenda prohibida en prisión para evitar tentativas de suicidio) y se presentó ante Ruz impecablemente trajeado. Hasta ese momento, había negado insistentemente la paternidad de las anotaciones contables sobre la presunta contabilidad opaca. Pero en cinco horas todo cambió. A los papeles de Bárcenas se les cayeron las comillas tras asumir el ex tesorero su autoría. Desde entonces, el ex senador ha intentado hacer valer esa «colaboración» con la Justicia como aval para salir de prisión, pero sus palabras se desmentían a medida que se iban descubriendo más cuentas bancarias en el extranjero.

Ese rastreo del dinero ha llevado al juez Ruz a cursar comisiones rogatorias a doce países en el último año y a ampliar la información solicitada en otras 43 ocasiones (con Suiza y Estados Unidos a la cabeza). En total, la madeja internacional del «caso Gürtel» alcanza ya a 22 países.

Mientras Bárcenas estaba en prisión, la investigación no se ha ralentizado, sino todo lo contrario: Ruz ha interrogado a 83 personas, como testigos o imputados, y a otras 44 en relación con la supuesta contabilidad «B» del PP. En estos doce últimos meses, el cuaderno de bitácora del «caso Gürtel» registra 2.151 actuaciones ente autos, providencias y diligencias varias, informaron fuentes jurídicas, que califican la actividad de Ruz de «vertiginosa». Hasta el punto, añaden, de que está concluyendo en los últimos meses «las diligencias que podrían dar paso ya al cierre de parte de la instrucción», precisamente la referente a Bárcenas, lo que aceleraría su enjuiciamiento. El ex tesorero, mientras tanto, espera en prisión.