Política

Valencia

Casado mantendrá el pulso a Vox por la derecha

El presidente del PP, Pablo Casado, ayer saluda a unos simpatizantes en Murcia tras el acto de su partido

El presidente del PP, Pablo Casado, ayer saluda a unos simpatizantes en Murcia tras el acto de su partido
El presidente del PP, Pablo Casado, ayer saluda a unos simpatizantes en Murcia tras el acto de su partidolarazon

Prepara una revisión del programa para recuperar las esencias de la doctrina del partido.

El líder del PP, Pablo Casado, cree que su partido no debe cambiar tras las elecciones andaluzas la estrategia que activó en el Congreso de julio, en el que fue elegido sucesor de Mariano Rajoy. Mantendrá ese camino que para la nueva dirección popular significa «hablar claro y defender con contundencia los principios que siempre han estado en el programa del PP», aunque la izquierda lo utilice para atacarles con la pancarta de su «derechización». Y no sólo por parte de la oposición: también hay dudas internas sobre las consecuencias de cargar con esa etiqueta que no resulta igual de cómoda para todos.

Génova ha hecho su análisis de los resultados de las elecciones del pasado domingo y de la nueva situación en la que se queda después de que Vox haya dejado de ser una fuerza extraparlamentaria para irrumpir en la Cámara autonómica con 12 escaños. Tener al alcance el Gobierno de la Junta les permite compensar la pérdida de escaños y de votos que han sufrido en esos comicios autonómicos, pero la dirección y el resto de la organización política asumen la obligada reflexión sobre cómo dar respuesta al contexto político que inaugura Andalucía y que irá seguido de un intenso ciclo electoral. El día después de las elecciones andaluzas, Casado reunió al Comité Ejecutivo y almorzó con los «barones» del partido. En este segundo marco, el líder popular reflexionó precisamente con los líderes autonómicos sobre la estrategia del PP con respecto a Vox y a Cs, las dos formaciones con las que ahora tendrá que competir por el voto del centro derecha. Hay «barones» preocupados porque el PP se aleje del centro sin que esto le garantice anular al partido de Santiago Abascal, y de hecho en ese almuerzo privado trasladaron al presidente nacional el mensaje de que el PP no deber perder el centro y sí ignorar a Vox y dejar de alimentar su protagonismo con una competencia que blanquee a esta marca.

Pero la conclusión de Casado y su equipo es que el PP debe mantenerse en la misma estrategia de los últimos meses. Siempre habrá posiciones más en el centro y más a la derecha, y, por lo tanto, según reflexionan, en estos momentos el PP tiene que seguir firme en la defensa de los principios y de las líneas básicas «de su programa de siempre». Génova niega que se haya derechizado en relación a la recentralización de competencias como la de Educación o en inmigración, por ejemplo. Sostienen que defienden lo que siempre han defendido, aunque en la etapa de Rajoy la situación les llevara a revisar las prioridades políticas y económicas. Casado resistirá las presiones externas e internas y mantenedrá la dirección que marcó tras el Congreso de julio, dicen en su entorno. No importa que esta estrategia no haya sido capaz de cortocircuitar a Vox en las andaluzas, porque ahora el problema está en comunidades como Madrid o Valencia, y en el PP creen que lo último que pueden hacer es dejar libre ese espacio que intenta tomar Vox.

Génova no puede llegar tan lejos como Vox ni asumir propuestas tan radicales como la supresión del Estado autonómico en su condición de partido de gobierno nacional y de comunidades autónomas, y «tampoco creemos en ello». Además, ya sólo la verbalización de la necesidad de revisar competencias autonómicas como la de educación ha levantado suspicacias en algunos de sus dirigentes territoriales aunque no sea novedad respecto al discurso del PP en etapas anteriores. Pero ante el debate estratégico en el partido y en los círculos próximos al PP, Casado cree que debe buscar un perfil político más firme y definido que durante la etapa de Gobierno. Es un equilibrio complicado y en el que el PP se juega ser o no ser, ya que sus cálculos no pasan por alto que en territorios que hasta ahora han sido bastiones de su poder, como Madrid, hay un alto riesgo de que Vox consiga un buen resultado si ellos no juegan bien sus bazas, la del mensaje y la de los candidatos. Pero también tienen una dura competencia con Cs, ahí entra el caso del Ayuntamiento de Madrid o Valencia (comunidad y ayuntamiento), aunque el PP prevé que el partido de Rivera no puede abandonar el discurso más duro en relación a la defensa de España o en el control de la inmigración si no quiere perder votantes por su derecha.

Las elecciones andaluzas obligaron a una revisión del calendario, a retrasar la Convención Nacional y también la designación de candidatos. En esto último también han influido las dificultades en algunas «plazas» especialmente simbólicas a la hora de tomar una decisión con el «banquillo» existente y la situación particular del partido. Génova tiene ahora tres prioridades dentro del complicado escenario en el que se mueven: conseguir que su candidato, Juan Manuel Moreno, presida el Gobierno del cambio en Andalucía; acertar con los candidatos autonómicos y municipales; y dar contenido ilusionante para sus bases y para el electorado a la Convención de enero, de la que saldrán las bases para las próximas elecciones. En el goteo con el que Casado manejará la proclamación de candidaturas autonómicas y municipales, la previsión en Genova es que Madrid quede para el final. En el PP regional, sin embargo, confían en aclarar las dos incógnitas, comunidad y ayuntamiento, como mucho antes del parón de Navidad.