Europa

Barcelona

Cecilia Malmström, una comisaria experta en ganarse enemigos

La sueca Malmström es comisaria europea de Interior
La sueca Malmström es comisaria europea de Interiorlarazon

La sueca Cecilia Malmström no ha conseguido hacerse grandes amigos a su paso por el Ejecutivo comunitario como encargada de la política de Interior. Su carácter franco y abierto –«entrometiada» dirían algunos– le han generado no pocos problemas, pero esta mujer, casada y madre de gemelas, parece no callar ante nada. Hablar es una de sus grandes pasiones, en directo, a la Prensa o a través de su querida cuenta de Twitter, donde muestra que domina el sueco, el inglés, el español, el francés y el catalán de forma fluida e incluso llega a hacer sus pinitos con el alemán e italiano. Pero Malsmtröm es una caja de sorpresas. Ella misma reconoce en su página oficial que su pasión por la política europea nació en un par de momentos clave: cuando visitó un cementerio de la Segunda Guerra mundial en Normandía y cuando vivía en Barcelona, donde estudió. Allí, relata, «mi amiga Blanca me contó que su abuela la llevaba al sótano a cantar canciones infantiles catalanas, porque no estaba permitido bajo la dictadura fascista de Franco». Resultado de ese fervor, esta licenciada en ciencias políticas ha escrito varios libros, entre ellos su tesis, sobre regionalismo en Europa. Sin embargo, esta mujer de gafas de pasta y expresión vivaz se ha distinguido en Bruselas por su defensa a ultranza de los colectivos de gays y lesbianas, los derechos de las inmigrantes, las víctimas de la trata de seres humanos... creando a veces no pocas polémicas. En España se dio a conocer por sus críticas a la ampliación del tramo de valla con concertinas en Melilla, aunque el primer tramo fuera instalado bajo gobierno socialista. Pero antes había despertado la ira de Italia cuando, tras la tragedia de Lampedusa donde murieron al menos 200 inmigrantes, ella criticó a las autoridades sin tener en cuenta que la isla italiana, que hace una década contaba con 6.000 habitantes, hace frente a la llegada de barcos cargados de inmigrantes hasta los topes, hasta 30.000 al año. Además, la liberal Malmström siempre se ha significado en la lucha por los derechos de la mujer, criticando la falta de ministras del Interior por ejemplo, y sin embargo se la sitúa entre los que estuvieron en contra de la propuesta de fijar cuotas del 40% de mujeres en los consejos de administración de las empresas. Todo lo relacionado con los derechos de propiedad intelectual le interesa y dio la nota cuando, ante el proyecto de ley antipiratería digital de EEUU, conocido como Ley SOPA, escribió en twitter: «He pasado el fin de semana leyendo más. Una propuesta realmente mala. Sopa en sueco significa basura». Asimismo, ha criticado la Ley de Transparencia española porque aunque dijo que era un «importante paso adelante», esa «insuficiente» porque a su juicio no cuenta con «garantías suficientes para la independencia» de su mecanismo de control.