Congreso del PP

Debate, sí, pero sin la agenda de Trump: «Es la de Vox»

La ponencia política no incluirá restricción de derechos para minorías o familias diversas

Alberto Núñez Feijoo durante la presentación de Paco Núñez en los desayunos de Nueva Economía Fórum @ Gonzalo Pérez
Alberto Núñez Feijoo durante la presentación de Paco Núñez en los desayunos de Nueva Economía Fórum @ GonzaloGonzalo Pérez Fotógrafos

La dirección del PP está trasladando, en público y en privado, que «no hay ningún tema sobre el que vayamos a establecer ningún veto a la hora de debatir» en el congreso de julio. «Solo a los políticos pequeños les incomodan los grandes debates», comentó Alberto Núñez Feijóo ante la Junta Directiva Nacional.

Vox sí ha comprado la agenda «trumpista» y uno de los interrogantes que se cierne sobre este cónclave popular es hasta dónde llegará el PP en su visión ideológica y cultural bajo la presión, por la derecha, del partido de Santiago Abascal.

En el núcleo director del congreso anticipan que «no hace falta que busquemos inspiración en la victoria de Trump porque Feijóo preside un partido que ya ha gobernado en cinco legislaturas y que ha tenido dos mayorías absolutas». Dicho de otra manera más rotunda: «Trump es el modelo de Vox, pero no el nuestro; no necesitamos encontrar inspiración en otros países».

Hasta que se celebre el Congreso, sobre Feijóo no cesará la presión de la izquierda respecto a que el PP prepara una involución en derechos sociales, por ejemplo. Sin embargo, este medio ha confirmado que las ponencias no incluirán ningún retroceso en ese ámbito, ni tampoco cuestionarán políticas en materia de apoyo a homosexuales, colectivo LGTBI o diversidad familiar. «Los que hacen negocio con las políticas divisivas con uno u otro sector están en otro lado», apuntan las fuentes consultadas. Antes de precisar que «cualquiera que tenga una propuesta podrá presentarla a través de los compromisarios y someterlas a debate».

Desde el equipo estratégico de Feijóo explican que este congreso de julio debe ser un punto de inflexión hacia una alternativa nacional e integradora, que tiene que abordar con claridad y ambición una serie de grandes temas estructurales que trasciendan el cortoplacismo y ofrezcan un proyecto de país. En la ponencia política habrá un capítulo dedicado a España como nación integradora y plural, en el que se articulará un discurso que defienda la unidad sin caer en el centralismo y combinando la firmeza institucional con el respeto a la diversidad territorial. También se planteará un modelo autonómico sin rupturas, evitando recentralizar, pero también alimentar privilegios «como los que se han derivado de las cesiones a los partidos independentistas». En ese sentido, el PP ha restringido al límite su relación con PNV y Junts. En el caso del PNV, los contactos están rotos. Con Junts, cada vez están más limitados a negociaciones estrictamente parlamentarias que tienen que ver con cuestiones fiscales o económicas. La apuesta de Feijóo es ampliar su base electoral, pero desde un análisis realista de las encuestas actuales, que lo que hoy dicen es que puede intentar un gobierno en solitario, pero que dependería externamente de Vox para cuestiones fundamentales como la negociación de los Presupuestos.

En clave de identidad política del PP, se perfilan tres apartados. Superar el «no de Sánchez» para construir una alternativa afirmativa, con ideas propias, no solo reactiva. Buscar un equilibrio entre el partido de gestión y el partido de visión: «Hay que combinar solvencia técnica con un relato político ilusionante que todavía no hemos sido capaz de construir». Y reconciliar la tradición y la modernidad en un proyecto en el que se integren todas las almas del partido (liberal, conservadora, centrista) en torno a valores comunes. El modelo económico y social será otro de los ejes del proyecto que defenderá Feijóo, sobre la base de un capitalismo inclusivo, que apoye el crecimiento y la cohesión social y las oportunidades reales para las clases medias y trabajadoras; un Estado del Bienestar sostenible, con una modernización de la Sanidad, la Educación o las pensiones, sin renunciar a su universalidad; y la reivindicación de la agenda del mérito, «frente al clientelismo y la resignación del sanchismo».

La regeneración democrática «tiene que ser otra de las banderas que se vinculen directamente con Feijóo en este contexto de corrupción que rodea a Pedro Sánchez». La ponencia política incluirá una reforma institucional profunda que limite el poder de los partidos en órganos clave, proteja al Parlamento y despolitice la Justicia. El reto es lograr que ese mensaje, que todos los partidos incluyen en sus promesas electorales, sea creíble entre una ciudadanía cada vez más desconfiada de la palabra de los políticos. Los casos de corrupción que afectan al PSOE dejan espacio al PP para intentar recuperar el control de la bandera de la ejemplaridad, la transparencia y la rendición de cuentas que llevó a Aznar al poder en el 96.