Cataluña

Desmontando el tópico: España no es de izquierdas

El auge de la formación de Rivera sitúa al centro-derecha en un momento dulce, pero politólogos y sociólogos desconfían de que el eje derecha-izquierda sea el motivo del cambio y apuntan más a cuestiones de carácter práctico.

Desmontando el tópico: España no es de izquierdas
Desmontando el tópico: España no es de izquierdaslarazon

El auge de la formación de Rivera sitúa al centro-derecha en un momento dulce, pero politólogos y sociólogos desconfían de que el eje derecha-izquierda sea el motivo del cambio y apuntan más a cuestiones de carácter práctico.

La subida de Ciudadanos en todas las encuestas ha provocado que el centro-derecha aglutine hoy un 46% de la intención de voto y una alianza entre el PP y los de Ribera gobernaría con mayoría absoluta condenando a la constelación de formaciones de izquierdas, nacionalistas e independentistas a la irrelevancia política en la práctica. Este hecho, sumado al progresivo envejecimiento de la población de nuestro país, las persistentes consecuencias de la crisis económica y el ataque al Estado (y a sus símbolos) en Cataluña ha hecho preguntarse a muchos si no se estaría produciendo un movimiento ideológico –lento pero constante– hacía posiciones más conservadoras en la sociedad española. ¿Son las enseñas nacionales que lucen las fachadas de media España –algo nunca visto desde la Transición– la punta del iceberg de un fenómeno que va más allá de una fluctuación demoscópica coyuntural captada por el CIS?

Para Lluis Orriols, doctor en Ciencia Política por la Universidad de Oxford, no puede hablarse de que se esté produciendo un «movimiento ideológico generalizado hacia la derecha» sino que incluso, al contrario, «la opinión pública tiende a moverse hacia la izquierda durante las crisis» y, en cualquier caso, en estos momentos puede estar produciéndose «una corrección de esta tendencia». Para este experto la clave para entender la naturaleza de este fenómeno –y su reflejo en diversos estudios demoscópicos– está en ver cuándo se han producido estos cambios de tendencia. «En mi opinión el elemento novedoso que se comprueba desde octubre a noviembre ha sido la cuestión nacional. Si ha habido un corrimiento hacia la derecha yo lo achacaría principalmente a la crisis territorial». Orriols recuerda que en Cataluña este tema lleva décadas gestándose pero en España el debate territorial estaba desactivado hasta hace poco y, cuando ha irrumpido, el efecto ha sido que «ha cortocircuitado la dialéctica tradicional izquierda-derecha».

El sociólogo Amando de Miguel va incluso más allá en su análisis. Para este experto ni el PP ni Ciudadanos pueden ser considerados partidos de derechas o, al menos, estaríamos hablando de una «derecha muy aguada... más centro que derecha en realidad». Por ello, el incremento en intención de voto del bloque PP-Cs no significa un cambio de la opinión pública hacia posiciones más conservadoras. «El caso donde mejor se ve es en el tema de la memoria histórica, una auténtica barbaridad que el PP no derogó ni siquiera cuando tenía mayoría absoluta. De manera análoga, la inmersión lingüística total en Cataluña no va a ser abolida ni por el PP no por Cs», explica De Miguel. Para este experto no es cierto que el estereotipo de que España es de izquierdas, «lo que es de izquierdas es la cultura, que tiene mucho peso, que lo llena todo y que tiene privilegios como la rebaja del IVA para los espectáculos, como si las películas fueran medicamentos...».

«Que España es un país de centro-izquierda es, sencillamente, mentira», afirma sin ambages Pablo Simón, politólogo experto en sistemas electorales. «España suele estar en el 4,6 y el 4,7 estadísticamente pero es un eje vacío: lo importante es donde ubicas los partidos». Simón coincide por tanto con De Miguel en este punto. Ciudadanos está captando gente del PSOE (7%), un 15% del PP y un 2% de Podemos. Es decir por cada dos votos del PP, logra uno del PSOE y medio de Podemos. Cs seguirá creciendo mientras la cuestión territorial esté activada y mientras la izquierda siga desmovilizada. Aunque Simón reconoce que pueda haber algo de reacción social al ataque a los símbolos del Estado, este experto recuerda que en el último barómetro del CIS solo el 20% cree que la economía irá a peor el año que viene frente a un 60% que cree que la política sí que irá a peor. «La gente ha sabido disociar claramente la esfera política de la economía por lo que, aunque las crisis siguen castigándose, las bonanzas no se premian necesariamente. Una muy mala noticia para el PP». Además, la capacidad de penetrar en el voto popular de Cs seguirá fuerte mientras los casos de corrupción sigan activos judicialmente.

El escritor y divulgador histórico José Luis Hernández Garvi coincide en entender el auge del centro derecha como un fenómeno coyuntural cuya causa, afirma, es «el cansancio y la decepción de los partidos tradicionales y de Podemos». «El tópico de que España es de izquierdas se repite en los libros de historia pero realmente no es así. La izquierda ha sabido venderse mejor a veces, es cierto, pero ha habido mayorías absolutas de derecha y de izquierda lo que demuestra que el votante español fluctúa».

Daniel Ureña, experto en comunicación política y socio director de MAS Consulting, también se inclina por entender el auge del centro derecha como el resultado de la conjunción puntual de una serie de factores coyunturales: el desgaste por la corrupción del PP, la errática postura del PSOE y su habilidad a la hora de encarar el desafío catalán. «Han sabido encontrar un hueco pero Cs tampoco se reivindica como un partido de derecha y, de hecho, trata de desmarcarse de ser percibido así». En cualquier caso, para Ureña está claro que las diferencias ideológicas estaban mucho más marcadas en los ochenta y los noventa. «Ahora lo que hay es mucho pragmatismo y mas homogeinización. Tanto es así que nos encontramos globalmente en un mundo en el que conceptos como derecha e izquierda «están patas arriba tanto en España como en EE UU como en buena parte de la Unión Europea». En otras palabras: España no es más de derechas... ni más de izquierdas porque la esencia del momento actual que vivimos –y no solo en nuestro país– es precisamente la disolución del eje que ha definido el debate político desde hace siglos. Una lección que Cs parece haber aprendido hace tiempo.