Duran Lleida: "Hoy en Cataluña no somos referentes, somos el problema de España y de Europa"

El ex líder de Unió lamenta la deriva independentista, defiende la Constitución y no ve una solución a corto plazo para Cataluña

Josep Antoni Duran Lleida lo ha sido todo en política (concejal, consejero autonómico, diputado regional, nacional y europeo) y por ello conoce como pocos la intrahistoria de las idas y venidas en la no siempre accidentada relación entre Cataluña y España. El ex líder de Unió y diputado en el Congreso hasta 2016, momento en que abandonó definitivamente la política, volvió ayer a las Cortes para presentar sus memorias: «El riesgo de la verdad», en las que disecciona su trayectoria política y repasa los momentos más importantes que ha presenciado desde el final del franquismo hasta el fracaso del «procés». La deriva independentista fue uno de los motivos que provocó el colapso en la política catalana y española, el político oscense fue testigo de ello y del cambio de rumbo de su propio partido hacia el independentismo.

Pero el de ayer fue un acto de homenaje al veterano parlamentario en el que este quiso ahondar en los éxitos de la transición y de la Constitución frente a los que «quieren dinamitarla» y «peyorativamente la denominan régimen del 78».

Como en su libro, Duran Lleida hizo un repaso sobre los inicios de una transición en la que «había diálogo y acuerdo» y en los que a su juicio constituyeron «los mejores años en progreso social, bienestar y autogobierno para Cataluña». Sin embargo, a día de hoy, lamenta que «en Cataluña no somos referentes, somos el problema de España y de la Unión Europea», y avisa de que «hay que buscar una solución que no plantee como el independentismo la respuesta del sí o el no a España».

Durante su intervención lanzó un dardo a los independentistas y defendió que «nadie tiene interés» en la independencia porque «no es el futuro» y la «Unión Europea no quiere reconocer la independencia porque no nació para crear nuevos Estados». Para ratificar sus palabras recordó que «el derecho a la autodeterminación no lo permite la ley española, ni la europea, como tampoco Naciones Unidas».

Sobre el conflicto catalán ahondó en que «no es solo problema de Cataluña, es un problema de todos y tenemos que contribuir para solucionarlo». El ex líder de Unió se mostró pesimista en cuanto a la resolución a corto plazo de la crisis soberanista y criticó a los que aluden a la dependencia del poder judicial del poder Ejecutivo, respecto a la sentencia que debe dictarse sobre el «procés». «Hubo una moción de censura y días antes se dictó la sentencia del “caso Gürtel”», recordó.

En cuanto a la reforma de la Constitución, el ex político respaldó «ajustes» para el texto legal pero vaticinó que «no es el momento» porque no ve «el clima» y recomienda solo «mejorar el texto, porque el actual sirve» y en él se puede encontrar «una solución para Cataluña».

Duran Lleida estuvo respaldado por la presidenta del Congreso de los Diputados, Ana Pastor, el ex presidente de la Cámara Baja, Ana Pastor, los ex presidentes del gobierno socialista Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero, el ex ministro socialista Javier Solana, el ex ministro del PP Rafael Catalá, el presidente del Grupo Planeta y de Atresmedia José Creuheras, el vicepresidente de LA RAZÓN Joaquín Parera y el director editorial del Grupo Planeta, Carlos Revés, entre otros asistentes.

Antes de comenzar el acto, Zapatero vaticinó una «probable victoria» del PSOE de cara al 28-A y aseguró que la militancia se encuentra «movilizada».

En cuanto a la división existente en su partido tras las declaraciones del primer secretario del PSC, Miquel Iceta, en las que se mostraba favorable a celebrar un referéndum en Cataluña, el ex presidente socialista optó por «diálogo y acuerdo», rechazó la idea de celebrar un referéndum en el que se decida sobre «ser o no catalán, ser o no español», aunque deslizó la idea de alumbrar un «acuerdo que pueda respaldar los ciudadanos».

Asimismo recordó que el camino emprendido por los independentistas es un «viraje a ninguna parte», pero pidió «no demonizar» a los independentistas sino tenderles la mano para ayudarles a que reflexionen y rectifiquen sus posiciones actuales.