Política

Barcelona

Duran madura su nuevo partido político tras un «semestre negro»

La nueva plataforma podría trascender Unió para ser la alternativa tras el 9-N

Duran Lleida se reúne hoy con la cúpula de su partido
Duran Lleida se reúne hoy con la cúpula de su partidolarazon

La negativa del presidente del Gobierno catalán, Artur Mas, a reconocer que tiene un plan B alternativo a la consulta –habló de fases de un mismo plan tras la reunión con Rajoy–, ha sido una constante cada vez que ha sido preguntado por la posibilidad de que los catalanes no lleguen a votar el 9 de noviembre. Sin embargo, a su socio en la federación de CiU, Duran, no le duelen prendas en reconocer que está trabajando en un plan para garantizar una alternativa política que recupere el crédito de los ciudadanos en los políticos.

No se debe sólo al «caso Pujol», ya que Duran recordó esta semana en los pasillos del Congreso que el embrión de esta idea es preconfesional, se debe al encaje que Duran tiene en una federación cuyo socio, CDC, ha hecho un viraje independentista que no comulga con el ideario democristiano.

Por este motivo, Duran ha plantado la semilla de una nueva plataforma política que quiere llamar a diversos «sectores del mundo universitario, cristiano, gente que militaba en el partido socialista o que ha podido militar en otro partidos, del mundo social», para crear algo que nace del partido para convertirse en algo más grande.

Desde Unió no descartan incluso que trascienda las siglas. El embrión se está gestando y tendrá un periodo de crecimiento sustancial en septiembre, tal y como reconoció Duran, para, en caso de llegar a acuerdos, alumbrar una alternativa política catalana en noviembre.

«Es una reflexión que estoy compartiendo y ampliándola. En septiembre dedicaré el tiempo que tenga para reforzar esta ampliación y después creo que es bueno crear una comisión de enlace entre el partido y estos colectivos que no son de Unió y que puede que nunca lo sean de Unió. Tras ella, con las jornadas y la propia comisión de enlace debemos hacer un balance y pensar si todo ello da o no para una alternativa».

Duran ha mostrado claramente estar descontento con la estrategia de Mas. Especialmente al ver cómo las encuestas hacían crecer la intención de voto en favor de ERC, por lo que emplazaba a sus bases a recuperar el centro político.

Duran, que cuenta también con un grueso importante del mundo empresarial catalán, ya se alejó del núcleo de decisión soberanista de CiU, dejando la secretaría general, para reforzar un perfil de Unió. Un perfil que todavía puede defender argumentando su compromiso con los votantes, en la defensa del 9-N. Pero que no irá más allá.

Mas habló de cumplir con la legalidad asegurando llevar a los catalanes a las urnas para que ejercieran el derecho a decidir, lo que le catapulta a unas elecciones plebiscitarias. En ellas, los catalanes votarían directamente la independencia, algo que no concuerda con el modelo confederado que Duran quiere para Cataluña y España ,una suerte de relación «de tú a tú», basado en la lealtad institucional. Por lo que, que la materialización de su nuevo partido sea tras la consulta, es cualquier cosa menos casual.

Tras un último semestre «muy negro» en la relación entre ambas partes, Duran sigue cocinando su nueva receta, a fuego medio.