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Pascua Militar

Fernando Ónega: «Juan Carlos no asistirá a la Pascua Militar para no hacer sombra a su hijo»

El Rey Don Juan Carlos junto a su hijo, Felipe VI, en la Pascua Militar de 2014, donde se gestó su decisión de abdicar
El Rey Don Juan Carlos junto a su hijo, Felipe VI, en la Pascua Militar de 2014, donde se gestó su decisión de abdicarlarazon

El Rey emérito está «orgulloso» del traspaso de poderes y de la aceptación popular que tiene su heredero

El periodista Fernando Ónega presenta en su último libro, «Juan Carlos I, el hombre que pudo reinar», una crónica sobre los 39 años de reinado del Monarca en la que, a través de su protagonista y numerosos testimonios, detalla capítulos de la Corona tan desconocidos como los que rodearon el proceso de abdicación en favor de su hijo, Felipe VI. –¿Cómo surgió la idea del libro?

De una extraña combinación entre el deseo de la editorial y la aspiración de este escritor. Me pareció importante la idea de explicar qué hizo el Rey de España a lo largo de 39 años, sobrepasar el tópico de que ha sido el autor de la Transición y el hombre que nos libró de un golpe de Estado, para presentar un panorama global de su reinado. El libro muestra dos facetas del Rey. Una personal, la que se refiere a su carácter, porque no se entiende el reinado de Juan Carlos sin tener presente su carácter singular, sus anécdotas, su forma de tratar a la gente... Y la segunda parte es el juicio de su reinado.

–¿Cómo vivió Don Juan Carlos la abdicación?

–La abdicación es fruto de una larga reflexión. No sé cuándo comenzó en su cabeza, aunque hay personas como Alfonso Guerra que dicen que en 2010 ya se contemplaba esa posibilidad. Lo que sí me consta es que a principios de 2013 le encargó a Rafael Spottorno que fuera pensando en la abdicación, aunque sin prisa. A la convicción total de abdicar y poner en marcha todo el procedimiento llegó a principios de 2014.

–¿Qué le empujó a tomar la decisión y cuándo lo hizo?

–El 5 de enero de 2014, al cumplir 76 años, Don Juan Carlos entendió que había llegado el momento de abdicar la Corona y dar paso a una nueva generación. Él no era insensible ante el estado de opinión que en ese momento era crítico con la Monarquía y con su propia persona, y el empujón final se produjo tras el discurso de la Pascua Militar del día 6.

–¿Qué ocurrió realmente en la Pascua Militar de 2014? ¿Fue tan decisiva para la abdicación?

–El día anterior –día de celebración de su cumpleaños–, el Rey estuvo contestando personalmente a los mensajes de felicitación. Terminó tardísimo, de madrugada, y llegó a la Pascua Militar cansado y no leyó bien su discurso. La imagen del Rey en el televisor que tanto disgustó a este país a él le disgustó más que a nadie. Me consta que a una persona de su confianza le preguntó, ante las críticas de esos días, si no había nadie que defendiera a su Rey. Un golpe más de soledad de todos los que tuvo en su vida .

–¿Quiénes fueron los primeros en ser partícipes de la abdicación?

–El primero fue el entonces jefe de la Casa del Rey, Rafael Spottorno; después, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy –que a su vez se lo comunicó a Soraya Sáenz de Santamaría– y posteriormente los ex presidentes Alfredo Pérez Rubalcaba y José María Aznar.

–Falta en esta enumeración su hijo, Felipe VI...

–A su hijo no se lo habrá comunicado, lo habrán venido hablando durante mucho tiempo. A veces tratamos de «trascendentalizar» sus conversaciones, pero salvados los niveles, son las de cualquier padre con cualquier hijo.

–¿Por qué se anunció la abdicación el día 2 de junio de 2014?

–Se estaba trabajando para anunciarla el día 9 de junio, pero en una reunión en La Zarzuela se tuvo conocimiento de que había personas ajenas a esa reunión que conocían la noticia. Esas dos personas eran María Teresa Fernández de la Vega y Javier Zarzalejos. En ese momento se pensó que ya lo sabía demasiada gente y Alfredo Pérez Rubalcaba dijo: «Hay que adelantarlo».

–¿Dónde se fraguó el discurso?

–Se fraguó en varios sitios, incluso se escribió en el avión en el que Don Juan Carlos viajó a Arabia Saudí. En ese trayecto, se prepararon diversos borradores del discurso, siempre de las plumas de Javier Ayuso y Rafael Spottorno, que trabajaban escribiendo los cambios en un pen drive porque no querían correr el riesgo de que quedara registrado en el disco duro de ningún ordenador.

–¿Cómo vivió Don Juan Carlos la proclamación de Felipe VI? ¿Por qué no asistió?

–No asistió ni a la proclamación ni a la posterior recepción porque la obsesión de Don Juan Carlos era la de no hacerle sombra a su hijo en ningún momento. Hoy tampoco estará en la Pascua Militar –por primera vez en su vida– por la misma razón, porque entiende que el Rey es su hijo y le corresponde a él todo el protagonismo. Don Juan Carlos tiene un sentido dinástico clarísimo y nunca hará nada que pueda ensombrecer la figura de Felipe VI. A diferencia de cualquier otro padre, él siente el peso de la Corona y entiende que hizo bien en no asistir.

–¿Cómo es la relación entre padre e hijo?

–Es una relación muy cordial y respetuosa. El Rey, en su último acto público al lado de su hijo –en el balcón de la plaza de Oriente– le dijo: «Nos vamos, ¿no? Detrás de esa pregunta se esconde la voluntad de obedecer ya a quien es el nuevo jefe de Estado, a renunciar a su propia iniciativa para retirarse, de algo tan sencillo como es la presencia en el balcón, y a la voluntad de dejar para su hijo toda la escena del balcón.

–¿Y con la Infanta Cristina?

–Es una relación doble. De afecto porque es su hija y de dolor por ver lo que está pasando y lo que pueda pasar si se sienta en el banquillo. En este momento distingue su papel de padre, de su papel de Rey, y ahora se impone el papel de Rey porque tiene una relación distante con ella, expresada en la ausencia de no tener a su hija en la cena de Nochebuena.

–¿ Qué ha sido lo mejor y lo peor del reinado?

–Lo mejor ha sido todo. Lo peor, el haberse confiado demasiado y pensar que podía ir de cacería a Botswana sin tener previstos los peligros que eso suponía.

–¿Cómo ve la ruptura del pacto de 78 que propone Podemos?

–El Rey tiene una ideología de diálogo y pacto. Si un sistema basado en el acuerdo general nos ha dado el periodo más largo de la historia de prosperidad, de libertad y de derechos, el cambiarlo a él, que es el autor fundamental, le tiene que doler.

–¿Cómo está Don Juan Carlos?

–Es el momento más tranquilo de su vida, se está recuperando bastante bien del penoso proceso de salud que ha vivido. Hace unos días empezó a correr un poquito y está satisfecho de como ha evolucionado el tránsito entre él y su hijo. Se podría utilizar la palabra «orgulloso» para valorar la aceptación popular que está teniendo Don Felipe.

–¿Qué le pareció el mensaje de Navidad de su hijo?

–Le gustó, no puedo decir más.

–¿Cómo es la relación de Don Juan Carlos con Doña Letizia?

–En este momento es buena, pero no siempre se han llevado tan bien. Hubo un choque de personalidades, incluso un choque de culturas, de costumbres y de forma de entender la Monarquía. Han pasado diez años, la Reina se ha acercado más a la teoría dinástica y el Rey emérito se acercó más a la forma de ser de su nuera.

–¿Le ha gustado a Don Juan Carlos el libro?

–Creo que sí, porque entiendo que es la primera vez que se hace una valoración general del reinado, con gente crítica y con gente que le elogia sin límites.

–Ayer fue su cumpleaños, ¿qué mensaje le transmitiría?

–Felicidades, señor.