Extremadura
Guardiola puede con Vara
La mayoría absoluta del PSOE en 2019 se diluye y el PP deberá llegar a un acuerdo con Vox para gobernar los próximos 4 años
Extremadura era de esos sitios marcados en el mapa electoral como «clave». Junto a Valencia, Castilla-La Mancha y Aragón, era el termómetro que iba a valorar el estado de salud del «sanchismo»: venía Guillermo Fernández Vara de la mayoría absoluta de 2019 (34 escaños) y el objetivo ya no era repetir el buen resultado de entonces, sino simplemente gobernar con la ayuda de Podemos (Unidas por Extremadura). Pues bien, el diagnóstico, como la tónica general de la noche, no fue el mejor para los socialistas. La figura de María Guardiola se hizo grande en las urnas y los extremeños depositaron en la candidata popular las esperanzas para formar un nuevo gobierno (28 escaños). Pese a la victoria general de Vara en número de votos, su alianza con Podemos no superaría en escaños (28+4) la de PP-Vox (28+5).
Golpe psicológico total para la formación de Pedro Sánchez, que, tras la pérdida de Andalucía, ve cómo se le escapa otro territorio histórico. El cierre de filas de Vara con su líder nacional y la consiguiente pérdida del territorio extremeño es un aviso para el inquilino de la Moncloa tiene una lectura más: solo Page, el más crítico de los barones socialistas, logró mantener su feudo. Marcar distancia con Sánchez, se premia. El hasta ahora presidente lo intentó; ha puesto en duda los pactos con Bildu y Esquerra, igual que la reforma de la malversación, pero la suave crítica al poder central la ha privado de su cuarto mandato tras el periodo de 2007-2011 y las dos legislaturas pasadas.
Se cumple así la profecía de María Guardiola los días previos a estas elecciones, en los que defendió «un cambio histórico» que ahora le ha llevado a convertirse en la primera mujer presidenta de la región. En sus primeros comicios autonómicos, la cacereña (1978) defendía su candidatura a primera hora de ayer a pie de urna, en el CEIP El Vivero: «Hemos elaborado un programa de gobierno de la mano de los extremeños».
De esta forma, Guardiola logra que su nombre resuene más allá de las tierras extremeñas por una victoria con un especial peso simbólico y comienza a dar la razón a aquellos que la nombraban como «la Ayuso extremeña», aunque ella defiende su propia marca: «Lo que vamos a hacer es remangarnos y ponernos a trabajar», confesaba anoche tras conocer los resultados.
En conclusión, cambio en Extremadura de esos que duelen en Ferraz y que da buena muestra del estado de ánimo que ha llevado a la población española a votar en masa por un cambio de gobierno a nivel general.
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