Primarias en el PSOE
Guerra de despachos en el PSOE
Rubalcaba no deja su oficina de Ferraz y Griñán cede la suya al nuevo líder
Alfredo Pérez Rubalcaba todavía es secretario general del PSOE. Por si a alguno se le olvida, el líder socialista que perdió las generales y remató su derrota en las europeas ha organizado un acto para mañana día 17. En la Sala de las Columnas en el Círculo de Bellas Artes, la ejecutiva federal del PSOE ha convocado un acto –con un tarjetón con foto de perfil de Rubalcaba mirando al infinito– para «reconocer su compromiso con la igualdad».
La convocatoria ha cogido por sorpresa a más de uno. «Cómo es posible que se organice un acto cuando estamos a dos semanas del congreso y cuando ya tenemos un secretario general elegido por los militantes que debe tener todo el protagonismo», afirma un dirigente socialista que se declara «perplejo». Otros se lo toman con más ironía y cinismo: «Tendríamos que cambiar la rosa por la margarita porque Rubalcaba la está deshojando. Me voy, no me voy». Sin embargo, algunas mujeres socialistas han puesto el grito en el cielo porque «para Rubalcaba las políticas de igualdad eran de feministas radicales». Otras son más duras en su análisis: «Sólo faltaba que ahora se apropie del legado de Zapatero en materia de igualdad, cuando él se reía de las medidas que se aprobaban».
Estos dardos envenenados se están lanzando contra Alfredo Pérez Rubalcaba porque «razones no faltan». A saber.
La primera. El nuevo líder socialista ha recalado en estos días en el despacho del presidente del PSOE, José Antonio Griñán, que se lo ha cedido gustosamente. Rubalcaba no. Sigue en su despacho de la cuarta planta de la calle Ferraz y no piensa abandonarlo hasta después del congreso.
La duda estriba en saber cuándo se incorporará Rubalcaba a la Universidad. Eso sí, nadie duda en Ferraz de que tendrá despacho en la sede socialista. Bien, a unos metros, en el mismo edificio en el que tienen despacho los dos ex presidentes del Gobierno, Felipe González y José Luis Rodríguez Zapatero en la misma calle. «Sólo tienen despacho los ex presidentes del Gobierno», apuntan fuentes de la cocina de Ferraz. «Almunia, por ejemplo, no tiene». ¿Tendrá despacho Rubalcaba? y ¿seguirá moviendo hilos? Esa es la pregunta. «Mover los hilos lo intentará. Despacho también lo buscará. Y seguramente lo conseguirá», comentan en la sede socialista. «Ahora hace falta que el encantador de serpientes no seduzca al nuevo líder socialista».
Segunda. El todavía secretario general intenta acaparar protagonismo. La noche electoral pretendía que hablaran los tres candidatos y, evidentemente, él mismo. Ni Madina ni Pérez Tapias entraron al trapo y cedieron todo el protagonismo a Pedro Sánchez.
Rubalcaba no. Él también habló y «soltó una buena chapa».
Tercera. En la misma noche electoral, Rubalcaba se coló en la foto de los candidatos. Es más, se mimetizó con Pedro Sánchez luciendo el «new look» de moda en el PSOE: camisa blanca remangada hasta el codo y tejanos para salir en la foto. Lo logró y acaparó las portadas del día siguiente. Hay que tener en cuenta que se situó al lado del vencedor, lo abrazó y de ahí no se movió.
Cuarta. La noche electoral Rubalcaba convocó a las nueve de la mañana en su despacho a Pedro Sánchez. El nuevo líder socialista aceptó y adaptó su agenda. «Quería tener todo el protagonismo», apuntan fuentes socialistas, pero el viejo líder no contaba con que Sánchez se había citado con Susana Díaz.
Con estos movimientos, Rubalcaba sigue estando presente. «Sin lugar a dudas es todo un crack. Siempre cae de pie», señala un dirigente socialista que no se encuentra entre sus partidarios. Él mismo recuerda que Rubalcaba estuvo con Almunia y perdió, que también apoyó a Bono y perdió, que se empecinó contra Fernando Morán y perdió, libró una batalla contra Tomás Gómez propugnando la candidatura de Trinidad Jiménez y perdió, y «ganó el congreso de Sevilla pero perdió el PSOE». Eso sí, vuelve a remachar: «Cae de pie y sigue adelante como si con él no fuera la cosa».
De momento, mañana a las 19:30 horas la cita es en el madrileño Círculo de Bellas Artes. La margarita sigue sin estar deshojada. ¿Se va o no se va? Esta es la cuestión.
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