
La noria
La hibernación del Ministerio de «Igual da». Hasta el próximo sarao
No llegan al centenar las iniciativas que ha registrado en el Congreso. Ocupa su tiempo en condenar, lanzar declaraciones institucionales y realizar estudios de gran impacto previo pago de su importe

Hoy es el Día Mundial de la Meteorología. Qué tiempo tan loco, ¿verdad? El frío arrecia y la lluvia más. Aún es periodo de hibernación, y si no que se lo digan al Ministerio de «Igual da». Una vez guardado en el cajón el papel mojado de sus pancartas tras el 8M, toca un merecido (ironía «modo on») descanso, porque no se atisban grandes conmemoraciones a corto plazo para ondear banderas. Porque sí, igual da que haya techo de cristal todos los días e igual da que nos sacuda la discriminación por razón de sexo, origen racial o étnico, religión o ideología, orientación sexual o identidad de género. E igual da que lo sea por discapacidad (de la que poco o nada se acuerdan, por cierto). Por no hablar de que no hay manera de poner freno a tal cantidad de violencia inasumible contra las mujeres por más pactos que se firmen. Si no figura en el calendario, no se tiene en cuenta. Rechazamos, condenamos, lanzamos una declaración institucional, y «next».
La ministra Redondo solo ha conseguido «colar» en los medios unas pocas frases en las últimas semanas. Adivinen con qué está relacionado: con la utilización del dinero público para pagar a mujeres prostituidas. «Me produce una enorme tristeza, provenga de quien provenga, lo haga quien lo haga, del partido que sea, mi más absoluta repulsa». Bueno, ya sabemos que la repulsa es solo suya y que el partido del que habla es aquel con el que gobierna. ¡Paparruchas! y ¡Mamarruchas!, por aquello de la igualdad. Ah, y que le parece «intolerable» la prohibición del Orgullo en Hungría.
Durante la legislatura tan solo ha llevado una ley al Congreso, la de Paridad (y no le voy a cambiar letras), que además incluyó un error que puso en riesgo de despido a los trabajadores que concilian. Y además, la Comisión de Igualdad es de las pocas con menos de 100 iniciativas registradas. Y para muestra, un botón: sin ser santo de mi devoción, la de Transportes tiene casi 500.
¿Y a qué dedicamos el tiempo libre? Pues vamos a lanzar estudios, que así de paso justificamos esas declaraciones institucionales de gran calado que tanto gustan. La última, con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Discriminación Racial, acompañada de su respectivo estudio donde se tenían en cuenta las «potenciales víctimas». El tamaño de la muestra debe ser enorme.
Quién me iba a decir a mí que iba a echar de menos a Irene Montero, al menos animaba un poco más el cotarro. Pero la mujer del «excoletas» (compañera de vida, pareja, no sé cómo decirlo para no caer en el heteropatriarcado) también está hibernando, a tenor de las fotos que ha colgado junto a sus hijos en la nieve. Pablo Iglesias no aparecía en la imagen, aunque quizá estaba tras ese muñeco con piñas por ojos y un palo por nariz. La última intervención en un debate del Pleno del Parlamento Europeo fue un día antes de su cumpleaños, allá por el 12 de febrero. Agárrense que la pregunta es de una profundidad... «Señora presidenta, señor comisario, ¿por qué la señora Von der Leyen se ausenta de este debate y evita con ello el control democrático?» Ejem, ejem. La trabajadora del año dixit. Es bien sabido por sus compañeros que por allí no pisa mucho, algo que sí hace, por contra, Isa Serra.
Montero sí que sabía cómo hacer que su ministerio estuviera en boca de todos. El de ahora tiene dos fines: realizar esos estudios y contratar publicidad para que se recuerde que existe. En este primer trimestre un millón y medio de euros nos costó la inserción en prensa (en alguna) de la campaña de promoción de la igualdad de género. Sí, esa que aparecía un 8 y una M pintados con spray. La creatividad, total. Qué modernos, con spray morado. La inserción en medios de la «Campaña para la divulgación y concienciación en materia de educación afectivo-sexual libre de violencias y estereotipos sexistas» (uy, ¡que me ahogo! Por favor, ¿no hay manera de abreviar esto o es que así viste más?) cuesta 2.300.000 euros. Otra para la Igualdad social y laboral, milloncejo y medio de euretes. Solo en publicidad, recordemos. La compra de espacios en medios y demás soportes para la campaña de concienciación contra las distintas formas de violencia contra las mujeres durante 2025, 4.200.000 lereles.
Pero aquí viene el sarao estrella del año: la campaña institucional «20 aniversario de la Ley del Matrimonio Igualitario». Entre su creatividad y la compra de espacios para publicitarla: 1.500.000 euros. ¿Qué se podría invertir en algo más práctico? Igual da.
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