Terrorismo

Juicio por yihadismo a un imán de Getafe: "Tenemos la obligación de matar a quien insulte al profeta"

La Fiscalía pide ocho años de prisión para Bilal el Jfita, a quien atribuye la justificación de atentados de Daesh, el "desprecio y burla" de las víctimas y un posible adoctrinamiento de menores

Combatientes de daesh en el momento de formular el juramento de lealtad
Combatientes de Daesh jurando lealtad a la organización terroristalarazon

La Policía llegó hasta él a través de sus contactos con el yihadista Mousa el Morabit, excombatiente de Daesh en Siria que fue detenido en Barcelona el 21 de diciembre de 2018 y extraditado a Marruecos en noviembre del año siguiente. La investigación, que se puso en marcha en mayo de 2020, hizo aflorar la progresiva radicalización de Bilal Jfita, entonces imán de la mezquita de Al-Istikama de Getafe (Madrid), que esta semana se sentará en el banquillo de la Audiencia Nacional acusado de delitos de autoadoctrinamiento y enaltecimiento terroristas, por los que la Fiscalía pide para él una condena de ocho años de prisión.

El acusado entró en España por primera vez en julio de 2017 y, posteriormente en marzo de 2018. Desde diciembre de ese año, y hasta su detención en diciembre de 2020, residió en Getafe donde encontró trabajo en la citada mezquita, encargándose del sermón de los viernes. Desde su arresto, se encuentra en prisión provisional.

Pero, según el escrito de acusación de la Fiscalía de la Audiencia Nacional, Bilal Jfita compaginó su labor como imán de la mezquita con la acumulación de material yihadista y una intensa actividad en redes sociales "donde compartía imágenes, vídeos e infografías de carácter islámico radical" y se mostraba siempre "a favor de la comisión de atentados terroristas y la lucha armada", que justificaba llegando a realizar comentarios "de desprecio y burla de las víctimas".

Según expone el Ministerio Público, almacenaba en sus dispositivos fotografías, vídeos y discursos de líderes destacados de Daesh y Al-Qaeda como Abu Mohammad Al-Adnani, Abu Omar AlShishani, Abdelaziz Al-Mahdali y Abu Musaab-Zarqawi. Y, al mismo tiempo, "enviaba recomendaciones de seguridad informática y material de carácter yihadista a terceros", participando "de forma activa" en la difusión de material elaborado por la organización terrorista con afán proselitista.

Niños con fusiles de madera

Todas esas supuestas actividades delictivas las llevaba a cabo, recalca la Fiscalía, "de forma simultánea al desarrollo de las funciones de imán de la mezquita Al-Istikama de Getafe y de profesor en la madrasa de la misma". De hecho, añade, utilizaba las instalaciones de la mezquita "para contactar con el entorno yihadista a través de las redes sociales".

Bilal Jfita impartía en la mezquita clases de memorización del Corán a niños, a los que acompañaba en excursiones. Entre el material que le incautaron los agentes de la Comisaría General de Información de la Policía se encontraban "numerosas referencias al adoctrinamiento de niños como fotografías y audios en los que se lamenta que los “infieles” y los “Taghut” hayan hecho lo imposible por evitar que los jóvenes vayan a hacer la yihad".

En uno de sus dispositivos figura un vídeo en el que puede observarse a "unos niños de corta edad aprendiendo a cantar “nasheeds” yihadistas (canciones religiosas de contenido radical) mientras sostienen piezas de madera con la forma de fusiles de asalto". Asimismo, en uno de sus cuatro teléfonos móviles los agentes hallaron una fotografía en la que sostiene al que podría ser su hermano pequeño mientras este realiza el símbolo de la unicidad o tawhid, por lo que la Policía sospecha que "podría haber estado expuesto al adoctrinamiento" del acusado.

Entre los atentados yihadistas que justificó se encuentra, según consta en sus conversaciones en redes sociales, el asesinato en París del profesor de secundaria Samuel Paty en octubre de 2020 a manos del terrorista checheno Abdoullakh Abouyedovich Anzorov, supuestamente por haber mostrado en clase a sus alumnos unas caricaturas de Mahoma en un debate sobre la libertad de expresión. En su dispositivo, Bilal Jfita guardaba el mensaje publicado en Twitter por el autor del asesinato "y la imagen de la cabeza decapitada del profesor".

Decapitación de un profesor. "Ha realizado su trabajo"

El 17 de octubre de 2020, Bilal alabó al autor del atentado: "Ha realizado su trabajo". Y defendió, dice la Fiscalía, la justificación religiosa a la decapitación de aquellas personas que osan insultar al profeta: "Tenemos la obligación de matar a quien insulte al profeta o se burle de él".

Bilal Jfita se envió a sí mismo el 26 de julio de 2020, a través de Whatsapp, una infografía realizada por Daesh con el título "Consejos de seguridad para los yihadistas en tierras enemigas" que contenía instrucciones para la comisión de atentados terroristas en países occidentales, ofreciendo "directrices claras" para llevarlos a cabo con éxito en solitario.

Se trataba, recalca la acusación pública, de directrices para la fase activa del ataque, "durante la ejecución", con el objetivo de "tranquilizar y guiar" al "lobo solitario" para conseguir "focalizarse en el objetivo principal y seguir luchando hasta la muerte".

Entre las súplicas intervenidas por los agentes dirigidas "directamente a la defensa del asesinato de infieles, la defensa del mártir o de la organización Daesh" figuraba ésta: "Siendo martirizado como musulmán, no importa cómo me matan en la causa de Alá, porque mi matanza es por Alá, y si Alá lo desea, bendecirá las partes amputadas de un cuerpo desgarrado".

"Osama Osama"

La investigación puso al descubierto que en sus comunicaciones a través de las redes sociales (Facebook y Telegram) adoptaba medidas de seguridad, utilizando terminales diferentes y alternando cuatro líneas telefónicas y hasta diez direcciones de correo electrónico. Además, recurría a funciones de borrado automático de contenido y mensajes. De hecho, tenía almacenados tres vídeos elaborados por la sección técnica de Daesh instruyendo sobre medidas de seguridad en el entorno virtual.

Según pone de relieve la Fiscalía, participaba "activamente" en 41 grupos de temática yihadista en Telegram y Whatssap, algunos de ellos administrados por agencias de comunicación de Daesh como la Agencia AMAQ y Nasher News.

Los agentes hallaron en sus dispositivos 50 vídeos con imágenes de muertes, ejecuciones y asesinatos mediante métodos violentos (aplastamientos, utilización de excavadora, accidentes violentos, suicidios) y pudieron certificar que llegó a intercambiar hasta 422 "nasheeds", un centenar de vídeos y 561 imágenes de temática yihadista y ocho revistas editadas por productoras de Daesh, así como "instrucciones para cometer atentados".

Entre esos vídeos figuraban algunos de "entrenamientos militares de menores de edad" y de operaciones suicidas realizadas por miembros de Estado Islámico utilizando vehículos cargados de explosivos".

Coincidiendo con el bloqueo de su cuenta por parte de Telegram por la publicación de contenidos de carácter terrorista y fotos violentas, el 27 de junio de 2020 creo el perfil "Osama Osama" para continuar con su almacenamiento y difusión de contenidos yihadistas.