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La inscripción en el censo interno de Podemos admite DNI y nombres falsos

El secretario general del partido político español Podemos, Pablo Iglesias, y su representante en Nueva York, Pablo Bustinduy (c), se han reunido hoy en Nueva York con el embajador boliviano, Sacha Llorenti (i)
El secretario general del partido político español Podemos, Pablo Iglesias, y su representante en Nueva York, Pablo Bustinduy (c), se han reunido hoy en Nueva York con el embajador boliviano, Sacha Llorenti (i)larazon

Bastan siete minutos para inscribirse con datos irreales y participar en las votaciones.

Blas Cardoso López está inscrito en Podemos. Podrá votar en todos los procesos electorales del partido que se celebren en el futuro, incluidos los que determinarán quién será el candidato en las elecciones municipales de Madrid, en las autonómicas y en las generales. Puede participar en los debates que diariamente tienen lugar en «Plaza Podemos». Asimismo, a través de la aplicación móvil Appgree, podrá dar su opinión en las encuestas utilizadas por esta formación política para sondear el estado de opinión de sus bases. A todos los efectos, Blas Cardoso López, desde la tarde de ayer, ya es parte integrante del fascinante «fenómeno Podemos», llamado a revolucionar la vida democrática en España. Sólo hay un problema: Blas Cardoso López no existe. Su DNI es falso. Es falsa su fecha de nacimiento y su lugar de residencia. De hecho, el señor Cardoso «vive» en una calle inexistente («Monasterio de Yesa») de la capital madrileña. En apenas 7 minutos y medio, Blas pasó de ser un ente de razón en la mente de este redactor a engrosar, como miembro de pleno derecho, la lista de los 348.858 inscritos de Podemos. El proceso de inscripción de un nuevo ente imaginario (Marisa Blázquez Cano, por ejemplo) puede repetirse indefinidamente: basta con contar con un teléfono móvil, conexión a internet y algunos minutos de tiempo libre.

La sorpresa viene cuando se constata que este hecho –la posibilidad de inscribir a personajes imaginarios y que éstos voten, por ejemplo, a Luis Alegre como secretario general de Podemos en Madrid– es conocido por los dirigentes del partido y, de hecho, se reconoce en la página web de Podemos... si bien en la «letra pequeña». En efecto, en un rincón de «www.podemos.info» puede leerse que el sistema de inscripción en el censo utilizado en las votaciones del partido «es un sistema lejos de ser ideal».

La raíz del problema está en verificar la identidad de los inscritos en el censo. Actualmente el sistema utilizado es un mensaje SMS que el inscrito recibe en su móvil con un código que ha de introducirse al final del proceso de inscripción para que éste sea validado. Es decir, basta con adquirir cinco tarjetas SIM en cualquier tienda de telefonía para inscribirse cinco veces en Podemos. Basta, en realidad, con pedirle a un amigo que te deje introducir su número de móvil en el formulario y que te lea el código que va a recibir en unos instantes para que un nuevo ser imaginario engorde la lista de inscritos en Podemos. En cuanto al número del Documento Nacional de Identidad, sencillamente se teclea un número de ocho cifras al azar y se calcula la letra de control utilizando una de las múltiples páginas de internet que ofrecen este servicio gratuitamente. Para la dirección tampoco hay ningún control: puedes declarar que tu lugar de residencia se encuentra en la Antártida o en Togo y el sistema de inscripción no pone ningún problema (de hecho, en el censo de las elecciones para elegir secretarios generales autonómicos de Podemos aparece consignado un inscrito en esta diminuta nación subsahariana).

Podemos, en un reciente comunicado hecho público a raíz de una noticia de LA RAZÓN, afirmó que «el proceso de votación es auditado por organizaciones externas como Agora Voting y OpenKratio». Pero el problema es que, incluso si esto fuera cierto, el «agujero» por donde se cuelan las irregularidades en las votaciones es previo a las mismas, ya que tiene lugar en la elaboración del censo, como el ejemplo del señor Cardoso pone de manifiesto. Esta circunstancia también es reconocida por Podemos en su web: «Como sistema de votación independiente, Agora Voting no interviene en el proceso de registro ni en la gestión del censo de Podemos». Por esta razón, la condición de votante autorizado desde el punto de vista de Agora Voting es simplemente el figurar en dicho censo. Claro está, desde el punto de vista del objetivo y legitimidad de la votación de Podemos las garantías deben ir más allá, y es por esta razón por la que muchos critican el mecanismo de SMS como insuficiente para lograr las garantías necesarias».

Entre los que han denunciado este peligro de fraude en la elaboración del censo de Podemos de encuentra Cristopher Caamana Gómez, ingeniero informático de origen ecuatoriano y residente en Santa Cruz de Tenerife. Caamana, en un mensaje publicado en «Plaza Podemos», calificó el sistema de inscripción como «de risa». Tras haber denunciado esta circunstancia a la Comisión de Garantías Constitucionales y no haber obtenido ninguna respuesta, Caamana anunció su dimisión como portavoz del Círculo Estatal de I+D+i de Podemos. También el doctor en informática y profesor de la Universidad de Baleares Ricardo Galli, en octubre del año pasado, llamó la atención sobre esta posible fuente de irregularidades.

Durante la tarde de ayer, LA RAZÓN intentó ponerse en contacto con Podemos en numerosas ocasiones para pedir una valoración del partido sobre estos hechos. Todos los esfuerzos en este sentido fueron infructuosos. Juan Carlos Monedero, número tres del partido, comparece hoy ante los medios de comunicación para dar explicaciones por los 425.000 euros recibidos desde Venezuela en concepto de «trabajos de consultoría».