Mala película, peor la secuela

Es triste, pero cierto que a este Gobierno le importa una mierda España y los que vivimos en España porque nada más le importa que mantenerse en el poder. Tarea ardua y difícil –lo de mantenerse en el poder, lo de importar una mierda es muy fácil– si se cuenta con una representación parlamentaria paupérrima y sin poder territorial ni municipal. «Divide et impera», frase atribuida a Julio César, es el leitmotiv de Pedro Sánchez.

El mismo que imperó en el mandato de Zapatero, por algo uno es el maestro y el otro el discípulo. Es complicado encontrar en el cine una película mala que, además, tenga secuela, pero no imposible. Si casi nunca las segundas partes fueron buenas, cuando la primera ha sido deprimente, la segunda, de vomitar. Niños grandes, Gigoló o Annabelle, películas malas, que nunca debieron de existir, increíblemente tuvieron secuelas. Lo mismo que con Zapatero y Sánchez. Si ya sufrimos un mal presidente, la secuela está siendo tan dañina que hasta resulta insana.

Son dictadorzuelos revisionistas, revanchistas, nunca a favor de España porque a ambos, España les importa un bledo. Son como una mala digestión que no se termina de digerir. Como uno ataque a España, no sé que pájara tendrán en la cabeza, que siempre se ponen de parte del que ataca a España.

No hemos empezado a digerir la amnistía, la revisión del «procés», el terrorismo «light», que ahora toca revisar diecisiete museos nacionales para superar un marco colonial anclado en inercias de género o etnocéntricas o lo que es lo mismo, vamos a descapitalizar nuestro patrimonio y debilitar más a España. No creo que en Hollywood estén pendientes de lo que pasa en España, pero material para una mala película y su secuela, hay. Nunca hubo un presidente tan antiespañol que gobernara España.