La «patera aérea»: los otros afectados por la sedición

«A partir de hoy, Brooklyn es leyenda». Este mensaje apareció en un grupo de Facebook con ese nombre y con 400.000 suscriptores (todos hombres) poco después de que una veintena de jóvenes saltaran del avión MAC437. Era 5 de noviembre de 2021 y la aeronave procedente de Casablanca y con destino a Turquía hizo un aterrizaje de emergencia en Palma de Mallorca por una supuesta emergencia médica. Las autoridades tenían 15 minutos para salvar a un pasajero de un posible coma diabético, pero en cuestión de media hora parte del pasaje estaba corriendo por las pistas del tercer aeropuerto con más tráfico de España. El documental «Operación Brooklyn» acaba de estrenarse y cuenta minuciosamente cómo se fraguó lo que a la postre se conocería como la «patera aérea».

«Necesitamos Policía. Hay pasajeros corriendo por las pistas. Repito: hay pasajeros corriendo por las pistas», transmitió Andrea Barone, el comandante del avión minutos después de que un par de decenas de personas saltaran del avión que mantuvo más de media hora sus puertas abiertas. El documental de la productora Entre Fronteras - dirigida por Lucía Muñoz y Sergio Rodrigo y especializada en migraciones- y CAPA España -marca de documentales del Grupo iZen- entrevista tanto al coronel Alejandro Hernández, jefe de la Guardia Civil de Baleares, como a Rafael Pedrosa, de Policía Nacional y a la delegada del Gobierno en las islas, Aina Calvo. A todos se les pasó por la cabeza un atentado terrorista en las primeras horas de confusión.

Los relatos se entrecruzan y difieren sobre qué se hizo mal en términos de seguridad. «Falló nuestra capacidad imaginativa. Nadie había pensado que esto se pudiera dar», dice Aina Calvo sobre el protocolo. Ejército, Policía y Guardia Civil se desplegaron en las siguientes horas por los alrededores del aeropuerto y los días de después terminaron deteniendo a unos 22 jóvenes.

«Operación Brooklyn» describe de forma delicada y con una visión sobre muy cuidada el proceso migratorio. «Mi sueño se ha cumplido. Ahora soy migrante», reza uno de los mensajes que constan en el sumario. El documental recoge audios, llamadas telefónicas y conversaciones de Whatsapp entre los chicos que fueron directamente a prisión y sus familias.

«Cuando recibimos la carta de Ali Mamount diciéndonos que se había intentado suicidar [desde la celda] pensamos que era un punto de inflexión y que teníamos que contarle al espectador el problema que habíamos tenido para entrevistarlos», cuenta a este periódico Tomás Ocaña, director del filme. Una sentencia del Tribunal Constitucional de 2020 recoge el derecho de los presos a la libertad de expresión y el equipo de producción cumplió con todos los papeleos pertinentes: los marroquíes en prisión les manifestaron por carta que querían contar su versión, los abogados les ayudaron a rellenar la burocracia, la Audiencia Provincial dio el visto bueno, pero a pesar de que tenerlo todo en regla Instituciones Penitenciarias nunca contestó. «Digamos que esa denuncia de que en España no se está permitiendo hablar con los presos creemos que es un elemento más importante de ‘Operación Brooklyn’ porque no debería ser así», concluye Ocaña.

Los agentes revelan que fue idea de la fiscal de Extranjería pedir un delito más grave que el de desórdenes públicos. Propuso acusar por sedición, una de las únicas veces que se ha utilizado este artículo del Código Penal, más allá de la archiconocida condena del «Procés». «Aquí no hay Puigdemont, aquí hay salto de la valla y este salto lo estamos tratando de una forma exagerada», expone el abogado de uno de los acusados Bartolomé Vidal.

Las imágenes muestran la delgada línea de los hechos entre un atentado contra la Seguridad Aérea o la búsqueda de una condena ejemplarizante. «Tenemos esa dicotomía de si ‘Operación Brooklyn’ es una operación sobre cómo ellos montaron todo o si en realidad es una operación de las instituciones en España para aplicar la mano dura. Es una de las preguntas que nos hacemos y dejamos que el espectador decida», resume Ocaña.

Lo cierto es que los miembros de la «patera área» también se han beneficiado de la eliminación del delito de sedición ideada por el Gobierno hace algo más de un mes. La jueza los dejó en libertad provisional tras más de un año entre rejas, a la espera de juicio y, precisamente esta semana la Audiencia de Mallorca ha rechazado que se les expulse antes de ser juzgado, una posibilidad que se había abierto al tener ahora una responsabilidad penal menor.

El documental se encuentra en fase de presentación en festivales y sus responsables trabajan ya con varias plataformas para su distribución.