Investidura

Sánchez niega un referéndum y apuesta por una amnistía avalada por el Constitucional

El presidente ha evitado en hasta tres ocasiones pronunciar la palabra tabú.

El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, ha recibido formalmente el encargo del Rey de intentar formar Gobierno y ahora se enfrenta a una negociación in extremis con sus principales aliados después de haber acudido hoy solo pudiendo confirmar el voto a favor de sus 121 diputados. La fecha límite para evitar la repetición electoral pasa porque la investidura de Pedro Sánchez prospere antes del próximo 27 de noviembre, día en el que si ningún candidato ha resultado investido se desconvocarán automáticamente las Cortes Generales y 47 días después se celebrarán elecciones generales, esto es el 14 de enero.

De la amnistía sigue sin hablarse en Moncloa. No se hará hasta que el pacto esté cerrado y acabe con una investidura exitosa. Entonces se será "transparente". Esa es la máxima que imponen en Moncloa, donde se ponen a trabajar ya para un pacto no solo de investidura "sino de legislatura" con los socios independentistas. Para el pacto, donde se reconoce que todavía es "complejo", se promete a ERC y Junts "generosidad".

"Nos corresponde ponernos a la tarea y acordar un nuevo gobierno de coalición entre PSOE y Sumar", ha asegurado Sánchez, quien ha informado que mañana mismo, miércoles, iniciará su ronda de contactos con los distintos grupos políticos. Estas reuniones comenzarán con la vicepresidenta segunda del Gobierno en funciones, la líder de Sumar, Yolanda Díaz. Se reunirá el líder socialista con todos los partidos políticos a excepción de Vox. Al líder del PP no le pedirá su voto, según ha confirmado, pero sí que "cumpla las leyes", en relación al bloqueo del órgano de los jueces del CGPJ. Según ha especificado, sus reuniones serán con los grupos parlamentarios por lo que no se espera una cita ni con el presidente de Junts, Carles Puigdemont, ni tampoco con el líder de ERC, Oriol Junqueras.

En Moncloa evitan poner fecha a una futura investidura, que si bien antes querían que fuese "rápida" hoy lo alejan. En el Ejecutivo ven que las posiciones de sus potenciales socios son de "máximos" de momento y reconocen que todavía "hay mucho que trabajar" para superar con éxito la investidura. El presidente del Gobierno ha pedido a los grupos parlamentarios una "mayoría" no para "una investidura" sino "para una legislatura" pero reconoce que será una negociación "nada fácil" y compleja" en las próximas semanas.

El presidente ha evitado en hasta tres ocasiones pronunciar la palabra tabú en lo que rodea la investidura. La negociación de la amnistía con los partidos independentistas. En el PSOE buscan salvaguardar al presidente y es por eso que se deja en manos de los equipos negociadores las condiciones de los acuerdos. Eso sí, aseguró Sánchez, cuando haya un acuerdo será presentado "con transparencia". Orillando la amnistía, el presidente del Gobierno en funciones ha contestado refiriéndose a los indultos, de los cuales ha sacado pecho. “Cuando tomé la decisión de los indultos confiaba en que sirviera. Hoy puedo constatar que esta decisión fue acertada en aras del interés general”. Ha sido la manera del presidente del Gobierno de justificar la negociación para aprobar una amnistía para los líderes independentistas.

El presidente, otra vez sin hablar sobre la amnistía, ha asegurado que estará refrendada por el Congreso de los Diputados y hasta el Tribunal Constitucional. "Se tendrá que pronunciar el Constitucional". ha asegurado. Para la negociación con los independentistas, Sánchez ha prometido "generosidad" y "política" para "superar el problema político en Cataluña". A su juicio es lo que "pide" la sociedad catalana. " Nos piden responsabilidad a los partidos políticos. Lo que quieren los catalanes es pasar página de esta situación y provocar un encuentro entre catalanes e instituciones".

En cuanto a la línea roja de los partidos independentistas y que provocó el enfado del PSOE la pasada semana, la exigencia del referéndum de autodeterminación, Sánchez lo negó rotundo. "Es lo contrario a lo que he defendido siempre. Un referéndum de autodeterminación", ha zanjado.