Crisis con Argentina

El peor escenario: ruptura de relaciones diplomáticas

Los expertos consultados confían en que se «reconduzca» este desafortunado incidente

El embajador de Argentina en España, Roberto Bosch, a su salida de una reunión con el ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, en la sede del Ministerio, a 20 de mayo de 2024, en Madrid (España). El ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares, se ha reunido hoy con el embajador de Argentina en España, para exigir que el mandatario de su país, Javier Milei, exprese unas "disculpas públicas" tras acusar de "corrupta" a la mujer del presid...
Albares se reúne con el embajador de Argentina tras abrir una crisis diplomáticaDiego RadamésEuropa Press

La crisis diplomática entre España y Argentina suma un día más sin visos de solución inmediata. El día después de la llamada a consultas a la embajadora española en Argentina, María Jesús Alonso, el tono no se rebaja y el cruce de acusaciones continúa. En términos diplomáticos, la llamada a consultas supone el paso previo a la ruptura de relaciones diplomáticas. Los expertos consultados por LA RAZÓN consideran que no se alcanzará tal nivel de crispación y apuestan por que las partes «reconduzcan» este desafortunado incidente. Así lo cree el profesor de Relaciones Internacional de la Universidad Ceu San Pablo, Cosme Ojeda, quien tacha de «exagerada» la decisión del gobierno español y confía en que «entre todos intenten reconducir este pequeño incidente» porque Argentina es «un socio importante». En su opinión, la primera lección de la diplomacia es que los países no tiene amigos sino intereses, de ahí que lo más conveniente sea evitar más «provocaciones» tanto por lo intereses económicos de España en el país austral como de Argentina en la Unión Europea. De la misma opinión es Frédéric Mertens, profesor y coordinador del grado en Relaciones Internacionales en la Universidad Europea de Valencia, quien considera que las declaraciones del presidente argentino fueron «desafortunadas», sobre todo estando de visita en España, pero la respuesta diplomática ha sido «desproporcionada» desde el punto de vista diplomático. En el caso contrario, la profesora de Relaciones Internacionales de la Universidad Pontificia Comillas, Sonia, Alda, considera que la respuesta del gobierno española ha sido correcta porque las declaraciones del presidente Milei son «una falta de respeto institucional». En cuanto al recorrido de esta crisis, la experta es tajante: los intereses bilaterales son obvios. «No sería demasiado inteligente prolongar mucho esta crisis», sostiene. En su opinión, el presidente argentino es un «personaje» y puede pasar cualquier cosa porque le gusta llamar la atención. Los expertos consultados también encuadran este episodio dentro de los niveles de crispación que describen la política actual tanto a nivel nacional como internacional.

Si bien es cierto que durante toda la jornada de ayer ambos gobiernos han intercambiado contactos y llamadas con el objetivo de reducir la tensión. El ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, se reunión con el embajador argentino en España, Roberto Bosch, durante media hora en la sede de su departamento en la capital de España. Fuentes diplomáticas aseguraron a LA RAZÓN que el jefe de la diplomacia española le trasladó al embajador argentino «la exigencia de una rectificación pública». En un encuentro que se produjo, «dentro los cauces del respeto y la cortesía diplomática que tanto el Gobierno como el ministro mantienen en todo momento». Paralelamente, la canciller argentina, Diana Mondino, mantuvo una «breve» llamada de la ministra de Relaciones Exteriores a la diplomática española «en buenos términos».

Todo apunta a que nadie quiere sumar más decibelios al choque diplomático. En la escala de medidas de protesta diplomática, la llamada a consultas está un nivel por debajo de la retirada definitiva del embajador y la ruptura de relaciones diplomáticas, pero se sitúa uno por encima de la convocatoria, que es la medida menos intensa que puede tomarse en una crisis bilateral entre Estados y es un acto diplomático más frecuente. No en vano, no es frecuente que un Estado rompa sus relaciones diplomáticos sin advertencia, sino que suelen tomar las medidas de cada vez mayor envergadura. Hasta ahora, la única vez que el Gobierno de Pedro Sánchez había recurrido a este instrumento fue en agosto de 2021, con Albares recién llegado al Ministerio. Entonces, se llamó a consultas a la embajadora en Nicaragua que denunció injerencias por parte de España.