El juego de la política

Podemos y Sumar se quedan sin grandes ideólogos en las nuevas Ejecutivas que liderarán las formaciones

Las trayectorias de ambos son el claro ejemplo de cómo dos proyectos nacidos con vocación de ruptura con el sistema político han terminado siendo absorbidos por las inercias del mismo

La secretaria general de Podemos, Ione Belarra presenta la lista al Consejo Ciudadano Estatal
La secretaria general de Podemos, Ione Belarra presenta la lista al Consejo Ciudadano Estatal.Marta FernándezEuropa Press

Vivimos tiempos de cambio en los partidos a la izquierda del PSOE, marcados por los varapalos que han sufrido últimamente: Sumar, sacudido por el escándalo por presuntas agresiones sexuales de su portavoz parlamentario, Íñigo Errejón, y Podemos, afectado por el del cofundador de la formación, Juan Carlos Monedero.

En este contexto, ambas formaciones han iniciado un proceso de renovación de sus direcciones, en los que tanto Podemos como Sumar afrontan un futuro sin algunas de las figuras clave que han definido su estrategia e ideología en los últimos años.

Mientras Podemos busca recomponerse tras su ruptura con Sumar y fortalecer su identidad propia "como partido feminista e independiente", el 'movimiento' de Yolanda Díaz también redefine su estructura en un intento por consolidarse como referente progresista y alternativa a los morados.

Solo un 25% de los 'sabios' de Yolanda Díaz forman parte del nuevo Sumar

El pasado sábado, 29 de marzo, el 93% de los delegados de Sumar eligieron a la la lista de Yolanda Díaz para ponerse al frente de la formación magenta y nombró a la hasta ahora secretaria de Organización, Lara Hernández, y al portavoz económico, Carlos Martín, como nuevos coordinadores generales, mientras que la vicepresidenta primera del Gobierno pasa a asumir un nuevo rol dentro del partido como nueva coordinadora institucional y de acción de gobierno.

No obstante, no es oro todo lo que reluce. Mientras que Sumar nació como un "movimiento ciudadano" con el apoyo de 35 expertos de la sociedad civil, lo cierto es que con el tiempo ha sufrido una importante "fuga de cerebros" que ha terminado por transformarse en un partido político tradicional al uso; uno más. Algo que ha propiciado que muchos de sus ideólogos e intelectuales que participaron en su fundación hayan optado por apartarse del proyecto actual tras haber perdido su identidad.

Sin embargo, el goteo de intelectuales ha sido progresivo hasta llegar a los siete que quedan en la actualidad. Tras las elecciones de 2023 y la reconfiguración del espacio en 2024, solo 16 de estos expertos siguieron vinculados al proyecto, y en la actualidad apenas siete permanecen en su dirección.

Así, figuras clave como los politólogos Ignacio Sánchez-Cuenca y César Rendueles, o el magistrado del Tribunal Supremo, Fernando Salinas, ya no forman parte de la estructura del partido, al igual que ocurre con la escritora Elizabeth Duval, uno de los últimos símbolos del movimiento ciudadano, cuya salida refuerza la sensación de que Sumar ha perdido su esencia inicial, quedando su dirección en manos del círculo más cercano a Yolanda Díaz.

Podemos sigue el mismo camino

La formación morada sigue el mismo camino que Sumar y centra sus esfuerzos en alejarse del daño causado por Juan Carlos Monedero y en hacer oposición a la formación de Yolanda Díaz, a la que acusan de actuar en base a los intereses de Pedro Sánchez.

Sin embargo, tras la presentación de la lista al Consejo Ciudadano Estatal con la Ione Belarra que concurre a la candidatura y pretende volver a ser elegida secretaria general de Podemos, atrás quedan los tiempos de la formación morada en que los intelectuales tenían un gran peso orgánico.

De los 103 nombres que se incluyen en la lista de la candidatura de Belarra, algo más de un 10% pueden ser considerados como 'intelectuales' que hayan decidido apostar por la formación morada. Atrás queda el Podemos del 15-M que vino para cambiar el país y, con él, aquellos que decidieron fundar el partido, como Pablo Iglesias, Juan Carlos Monedero, Íñigo Errejón, Teresa Rodríguez o Miguel Urbán ya que ninguno de ellos forma ya parte del proyecto.

El nuevo Podemos en el que Belarra aspira a revalidar su liderazgo tan solo cuenta con nombres como Irene Montero o Isa Serra como militantes históricos, mientras que la nueva dirección aspira a redefinir el partido en base a tres hitos: el antirracismo, el antibelicismo y el feminismo. Para ello cuenta con personas como Mar Cambrollé, una activista trans, Serigne Mbayé, activista antirracista, o Julio Rodríguez, ex Jefe del Estado Mayor de la Defensa que es férreo defensor de postulados pacifistas. Todo ello, como no podía ser de otra manera, acompañada por parte de la antigua dirección del partido, como Pablo Fernández o María Teresa Pérez, ambos portavoces nacionales de la formación.

Ambos replican dinámicas que en sus orígenes renegaron

Así, las trayectorias de Sumar y Podemos son el claro ejemplo de cómo dos proyectos nacidos con vocación de ruptura con el sistema político han terminado siendo absorbidos por las inercias del mismo. Ambas formaciones surgieron con la promesa de una nueva forma de hacer política, apostando por la participación ciudadana y rechazando las estructuras rígidas de los partidos tradicionales, aunque, con el tiempo, sus direcciones se han cerrado sobre sí mismas, imponiendo dinámicas internas marcadas por el personalismo, la burocratización y las luchas de poder.

Lo que en sus inicios fue un intento de desafiar el statu quo, finalmente ha derivado en estructuras que reproducen muchas de las prácticas que en su momento criticaron, por lo que la pérdida de sus referentes intelectuales y figuras clave de la sociedad civil no solo ha debilitado sus proyectos originales, sino que también ha evidenciado la dificultad de sostener una alternativa política sin terminar atrapado en las reglas del juego.