Los pactos en Cataluña

Al PSOE le tiemblan las piernas: Puigdemont desata el pánico

El órdago de Puigdemont de presentarse a la investidura desata todas las alertas en el PSOE. Internamente saben que el PSC no puede ceder, porque sería un suicidio político, pero dudan de la palabra de Sánchez y ven perdida la legislatura nacional

Puigdemont critica que se descalifique "de entrada" su posible investidura que ve legítima
Puigdemont critica que se descalifique "de entrada" su posible investidura que ve legítimaEuropa Press

Carles Puigdemont ha lanzado una bomba dentro del PSOE con su anuncio de que pone en marcha el proceso para su investidura como presidente de la Generalitat. Es una investidura perdida, salvo que se diera la sorpresa de que el PSC hiciera una carambola que hoy no está prevista. Pero ahora toca aguantarle el pulso a Puigdemont, y en el partido no las tienen todas consigo. Dudan de la palabra del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y asumen también que Puigdemont se prepara para hacer volar la legislatura nacional.

Dentro de las filas socialistas todo el mundo sabe que, si el PSC cediera ante el órdago de Puigdemont, podría prepararse para estar "cuarenta años" en la oposición en Cataluña, porque nadie lo entendería. Salvador Illa leva reclamando su autonomía desde la noche electoral, pero el movimiento de Puigdemont es un desafío a Sánchez, que cae sobre la espalda del ex ministro de Sanidad y líder de los socialistas catalanes.

Así, mientras que la primera reacción de Moncloa es restarle importancia a Puigdemont y a su anuncio de investidura, recordando, al mismo tiempo, que el ex presidente de la Generalitat dijo que la gobernabilidad en España dependía solo de cumplir los acuerdos de Bruselas y no tenía relación con la investidura en Cataluña, en el PSOE tiemblan las piernas después de escucharle decir esta mañana de que irá "hasta el final", y que no teme otras elecciones. "El señor Sánchez gobierna en minoría". Un mensaje claro al presidente del Gobierno de que le exige reciprocidad, y que se comporte en Cataluña de la misma manera que él se comportó en Madrid con la investidura de Sánchez.

Además, Puigdemont ha lanzado solo la primera piedra, porque esta decisión de optar a la investidura será la carta de presentación de Junts a las elecciones europeas. Quien le da por desahuciado "puede ir preparándose", advierten desde Junts, para unas semanas en las que Puigdemont, que sigue a la espera de que se apruebe en el Congreso su amnistía, volverá a tomar el protagonismo del debate político, esta vez con su último gran órdago a Sánchez, condenado, en principio, al fracaso, salvo que el PSC se desdiga de lo que ha dicho hasta ahora.

La última palabra de cómo se resuelve el puzle catalán la sigue teniendo ERC, que ha estallado por dentro. Las tensiones orgánicas y personales que venían cociéndose desde hace mucho tiempo no han resistido al batacazo electoral.