La corrupción del PSOE
A pudrirse en la cárcel, sin putas, sin comisiones, y con “bombas” antiSánchez
"Cantarán" o no. Pero de la cárcel de Ábalos y Koldo solo le lloverán nuevos disgustos a Pedro Sánchez. Sus "ranas" tienen manta de la que tirar sin enfriarse más los pies

El exministro José Luis Ábalos y quien fuera su mano derecha en Transportes, Koldo García, van camino de acumular una larga estancia en la cárcel. La prisión preventiva enlazará con la prisión definitiva por la primera condena por el “caso mascarillas” y de ahí ya no habrá quien les saque por años. Un futuro desolador, especialmente para Ábalos, por su debilidad emocional. Koldo es rocoso, tiene bombas para sembrar el terreno que pisa Pedro Sánchez y desetabilizarlo, pero a Ábalos le llevaban tiempo temblando las piernas ante la opción de entrar en cárcel.
La prisión asusta siempre, pero aún más cuando hay problemas personales de dependencia que no van a poder ser satisfechos dentro de la cárcel. Y esta situación de debilidad da más sentido a la hipótesis de que el exministro y toda poderosa mano derecha de Sánchez acabe buscando un desahogo y acabe “cantando” lo que pueda para aligerar la condena.
La cárcel de Ábalos y Koldo es la confirmación de que Sánchez ya ha entrado en el infierno. No hay socio que le vea aguantando allí más allá de finales del año que viene, aunque ya estaríamos hablando de un adelanto electoral prácticamente técnico. Con las putas, las mordidas, el partido muerto y su familia rota, todavía cree que tiene capacidad de convertir las próximas generales en una elección entre Sánchez y Vox. Su única obsesión es dar de comer a Vox, con decisiones propias, y errores ajenos, para que pueda convencer al electorado de que aquí no importa la corrupción que ahoga a su entorno, y a él mismo. Solo importaría el indiscutible hecho, según su relato, de que él es el único escudo capaz de contener a la derecha.
Para llegar hasta allí primero tendrá que sortear un campo de minas. Algunas de ellas ya se las ha dejado instaladas Koldo antes de entrar en la cárcel. El sistema de repartir basura de Sánchez, a cambio, en algunos casos, de cobrar también por ello, no termina con la entrada en la cárcel del ministro y de su asesor. Y si no lo creen, atentos a los siguientes capítulos.