Investidura

Sánchez agita el miedo a PP y Vox para cohesionar a sus socios

El candidato presenta una dicotomía entre «progreso» y «los profetas del odio» y reconoce que concede la amnistía por necesidad: «Las circunstancias son las que son»

El presidente del gobierno, Pedro Sanchez, en el pleno de investidura en el Congreso de los Diputados. © Alberto R. Roldán / Diario La Razón. 15 11 2023
El presidente del gobierno, Pedro Sanchez, en el pleno de investidura en el Congreso de los Diputados. © Alberto R. Roldán / Diario La Razón. 15 11 2023 © Alberto R. Roldán La Razón

Pedro Sánchez juega sus cartas de manera inmediata ante la difícil legislatura que tiene por delante en la que deberá conjugar audacia y generosidad para conseguir que ninguno de sus socios de investidura se desligue en ningún momento. Para ello, el presidente del Gobierno en funciones optó por inaugurar una dicotomía con la que pretende seguir caminando durante toda la legislatura. O «progreso» o frentismo, siendo los segundos en su discurso, el bloque de la derecha.

Con este argumento tratará de cohesionar a sus socios durante la próxima etapa política ante la justificación de que sin el PSOE en el Gobierno, la otra opción será la de la «derecha reaccionaria». El candidato a presidente del Gobierno, sabedor de que hoy saldrá investido con mayoría absoluta del Congreso de los Diputados, trató de identificarse como la única opción democrática frente a los «profetas del odio». Su discurso de dos horas de duración se centró en dibujar un escenario de retroceso total y de pronósticos agoreros si vuelve el PP al Gobierno. Mientras, que dedicó escasos veinte minutos al elefante en la habitación, la aprobación de la ley de amnistía para conseguir el «sí» de Junts.

Sánchez obvió hasta la tarde a los partidos que apoyarán su investidura y se erigió como defensor de la democracia y de los valores de la España constitucional. «Solo hay democracia dentro de Constitución. Fuera no hay democracia, sino imposición y capricho», le espetó. El presidente presentó el dilema al que su juicio se encuentra España. «O la democracia proporciona seguridad, o la inseguridad acabará con la democracia. O afrontamos todas estas transformaciones con justicia social y desde la justicia social, o las bases de nuestra prosperidad se debilitarán». El mantra del socialista es así, «O España continúa avanzando, o España retrocede», una diatriba a la que, también equiparó en Europa.

Sánchez enarboló un discurso de rechazo al PP con ataques directos al vincularlos con Vox desde el minuto uno frente a un Ejecutivo presidido por él que siempre se ha situado junto a los trabajadores y los más desfavorecidos. Con ello, acusó a los populares de votar en contra de todos los «avances» del Gobierno en coalición y recalcó en su discurso que la «democracia» peligra «de la mano del PP y Vox». Durante su discurso, además, advirtió en varias ocasiones que solo su partido está en la defensa de los derechos y pidió «levantar un muro de democracia, convivencia y tolerancia» frente a la derecha. Acusó a los populares de «bendecir a la ultraderecha y abrir las puertas a cinco gobiernos autonómicos».

En su relato de la España que se abre con su Gobierno enfatizó que propone a los españoles seguir un camino «que arroja un saldo positivo para nuestro país» y sacó pecho de las medidas impulsadas durante la última legislatura. Como grandes hitos señaló la subida del SMI, la aprobación de la reforma laboral o revertir los recortes en el sistema nacional de Dependencia, así como eliminar los copagos farmacéuticos y recuperar la universalidad del Sistema Nacional de Salud. También defendió que España es «la gran economía» de la UE y la que más crecerá en 2024, así como que España tiene «un Estado del Bienestar más amplio y robusto que cuando gobernaba el PP».

Frente a los ataques a PP y Vox durante casi hora y media, tan solo dedicó 20 minutos a defender la aprobación de la ley de amnistía, algo que fue recriminado por la derecha durante su intervención. El presidente del Gobierno se volvió a hacer responsable totalmente del perdón a los líderes del procés. Y reconoció, de hecho, ante la Cámara Baja, cuál es el motivo por el que su Gobierno va a conceder una amnistía a las personas encausadas durante el procés. Acabó dando la razón a quienes critican que la amnistía se concede más por necesidad que por convicción, una critica que llega tanto desde la derecha como desde la izquierda. «Las circunstancias son las que son y toca hacer de la necesidad una virtud», reconoció el presidente del Gobierno en funciones. Así, el presidente reconoce que la amnistía se concede por los siete votos necesarios que vienen por parte de Junts para que el PSOE logre luz verde en la investidura.

El presidente defendió que la amnistía es «perfectamente legal y acorde a la Constitución» frente a las críticas que llegan desde el Tribunal Supremo. «Se va a conceder en nombre de España y la concordia», aseguró. Según Sánchez, la medida se toma por «interés general» y para consolidar «los avances» logrados por su gobierno y para seguir «avanzando por la senda de la convivencia y del progreso».