Tribunales

Los "segundos" de Maroto y Montero en sus ministerios ya confirman encuentros con Aldama

El exjefe de gabinete de Reyes Maroto se suma a su homólogo en Hacienda y avala en el Supremo la confesión del conseguidor de la red

El empresario Víctor de Aldama, presunto comisionista del caso Koldo que este jueves ha declarado que pagó comisiones en efectivo a altos cargos, hace declaraciones tras salir en libertad de la cárcel de Soto del Real.
El empresario Víctor de Aldama, presunto comisionista del caso Koldo que este jueves ha declarado que pagó comisiones en efectivo a altos cargos, hace declaraciones tras salir en libertad de la cárcel de Soto del Real.SERGIO PEREZAgencia EFE

La palabra de Víctor de Aldama cobra fuerza. El último en validar su confesión ha sido el exjefe de gabinete de Reyes Maroto. Este miércoles avaló en sede judicial al empresario, como ya hiciera en marzo el 'exnúmero dos' de María Jesús Montero. Ambos altos cargos del Gobierno han acabado reconociendo extremos desvelados por Aldama, cuyas confesiones han pasado de "no estar mínimamente acreditadas" a tener un "valor probatorio" que conviene no minimizar.

En su comparecencia en sede judicial, Juan Ignacio Díaz Bidart confirmó que en plena pandemia se produjo una reunión en el Ministerio de Industria que tendría por objetivo, según la UCO, tratar la obtención de la licencia de Villafuel. El que fuera mano derecha de la exministra apeló prácticamente durante toda su comparecencia a la desmemoria. De esta forma, evitó pronunciarse sobre el contenido del encuentro o el motivo del mismo. Sin embargo, sí acabó reconociendo que esta cita se produjo.

Aldama -y, tras él la empresaria Carmen Pano-, aseguraron en sede judicial que gracias a los contactos del primero de ellos con el Gobierno, se gestó un encuentro en el Ministerio de Industria para que Villafuel, empresa de Claudio Rivas, consiguiera con cierta celeridad su licencia para operar en el sector de los hidrocarburos. La propia UCO y el magistrado Ismael Moreno han valorado esta versión. En dicho encuentro participó Koldo García, entonces asesor de José Luis Ábalos. Tras el mismo, se les emplazó a aportar determinados documentos a través del propio Koldo.

"No recuerda" si departió con la exministra Maroto

Preguntado por ello, Bidart dijo este miércoles que se acordó del episodio a través de la prensa. Fuentes jurídicas presentes en su testifical explican a LA RAZÓN que el exalto cargo del Gobierno se escudó en que no recuerda los detalles del encuentro porque ha mantenido "más de 8.000 reuniones" en este tiempo. Además, aseguró que el asunto de la licencia era competencia del Ministerio de Transición Ecológica (que entonces dirigía Teresa Ribera) y que, por lo tanto, Industria poco tenía que hacer en este sentido.

"Recibimos una llamada del Ministerio de Transportes y, a raíz de ahí, nos solicitaron que recibiéramos a estas personas", expuso. Sin embargo, sus explicaciones no convencieron ni al magistrado Leopoldo Puente, ni tampoco al fiscal jefe de Anticorrupción, Alejandro Luzón. De hecho, el juez le preguntó expresamente si tienen por costumbre celebrar reuniones solo porque lo solicite un asesor de un ministro, en referencia a Koldo García. "Yo suelo saber el objeto de las reuniones a las que acudo", le espetó el magistrado.

Luzón, por su parte, le corrigió asegurando que la reunión no pudo ser para tratar con una comercializadora, porque estas figuras se constituyen libremente, sin necesidad de autorización ministerial. "No entiendo el motivo de la reunión. ¿No será que lo que perseguía Villafuel era obtener la condición de operadora?", le preguntó. El testigo persistió en sus respuestas reiterando que fue un encuentro "protocolario" y trató de restar relevancia a este encuentro sobre una empresa investigada en la Audiencia Nacional por un fraude que supera los 200 millones de euros.

Tampoco tuvo suerte el abogado del Partido Popular, Alberto Durán. El letrado de la formación que ostenta la dirección letrada de las acusaciones populares se interesó por la presunta implicación en estos hechos de Reyes Maroto. "¿Antes de tener esta reunión se lo contó a la ministra?", le preguntó, a lo que él respondió: "No lo recuerdo". Misma respuesta obtuvo al ser preguntado por la presunta implicación de Ábalos o por si departió con Koldo tras la reunión. "Quizás me llamó", se limitó a decir.

Derivar el relato a la Audiencia Nacional

Pero la Guardia Civil no solo da por válida la reunión, sino que además sospecha que la trama 'obsequió' a Ábalos por su mediación en esta gestión mediante el alquiler de un chalet vacacional en La Alcaidesa (Cádiz) del que habría hecho uso en verano de 2021. Dicha villa se compró a nombre de Have Got Time, mercantil de Carmen Pano. Esta empresaria, la misma que declaró que llevó 90.000 euros en metálico a Ferraz, también confirma la reunión.

Ante la Guardia Civil Pano aseguró que entregaron los papeles reclamados a Koldo porque así se lo pidieron Sin embargo, ni la Audiencia Nacional ni la Fiscalía ven indicios, por el momento, para investigar a Ábalos en la causa abierta por estos hechos en la Audiencia Nacional. Con todo, las acusaciones populares ya se plantean pedir a Puente que deduzca testimonio para adherir la declaración de este miércoles a la conocida como "trama del fuel".

Con su testimonio, Bidart se convierte en el segundo alto cargo de Moncloa que avala a Aldama. Antes que él desfiló, también como testigo, Carlos Moreno. El que fuera jefe de gabinete de la vicepresidenta del Gobierno, María Jesús Montero, compareció en el caso Koldo después de que el empresario asegurara que le hizo una gestión en Hacienda para evitar aplazar el pago de una deuda tributaria. En su caso, Aldama dijo que cobró 25.000 euros por esta gestión.

"Nos vimos dos o tres veces"

Moreno negó haber percibido mordida alguna ante el juez. Ahora bien, confesó que conocía a Aldama y que le llamó por indicación de Koldo García. Además de la presunta gestión con la empresa deudora, dijo que contactó al empresario porque era "el representante de la empresa del aeropuerto de Villareal". Al igual que Bidart apeló a la desmemoria cuando se le preguntó por si se llegaron a ver en el Ministerio. "He estado haciendo un esfuerzo pero no lo recuerdo", dijo. Pese a ello, confirmó que se habían visto "dos o tres veces".

Estas dos declaraciones clave se suman a las prestadas por otros testigos del caso Koldo que también habrían avalado la versión de Aldama en relación con los presuntos pagos en especie al exministro de Transportes. Así, Alberto Escolano, persona de su máxima confianza, reconoció que él asumió el alquiler del piso de lujo en el que residió Jesica Rodríguez, entonces pareja de Ábalos, en el centro de Madrid. Carmen Pano, por su parte, avaló que su mercantil compró la casa de la Alcaidesa.

Además, el peritaje realizado sobre los documentos del Ministerio de Transportes concluyó que la letra redactada en los mismos es de Koldo García. El exasesor de Ábalos negó la mayor después de que Aldama dijera que amañaron estos contratos de obra pública del Ministerio a cambio de mordidas. La pericial demuestra que esas anotaciones a mano son suyas. Con todo, todavía quedan muchos extremos denunciados por Aldama (vinculados en su mayoría a una presunta financiación irregular del PSOE), pendientes de clarificar.

"Valor probatorio" del relato de Aldama

Estas evidencias han llevado al magistrado Puente a variar su criterio acerca de las confesiones de este comisionista. Si a comienzos de año decía que no había más indicio que su relato, en sus últimos autos se abre a valorar las confesiones, siempre desde un punto de vista indiciario. En uno de sus últimos pronunciamientos Puente avisa que conviene "no minimizar" el valor probatorio de sus confesiones.

"La circunstancia de que el mismo hubiera podido participar también en la comisión de ciertos hechos eventualmente delictivos no resta, sin más consideraciones, cualquier clase de virtualidad a las declaraciones incriminatorias que éste pudiera realizar con relación a terceros. Es verdad que cuando tales manifestaciones se orientan a ocultar o minimizar la intervención propia en esos mismos hechos surge una razonable prevención acerca de su verdadero alcance. No parece este el caso", asegura el magistrado del Tribunal Supremo.