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Tras la amnistía

"Lo siguiente, la financiación singular de Cataluña y el referéndum"

Fuentes del TC aventuran que el tribunal también tendrá que decidir sobre la constitucionalidad de otras dos reivindicaciones del independentismo a Sánchez

Movilización independentista con las urnas que se usaron para el referéndum ilegal del 1-O larazon

Tras su polémico aval a la Ley de Amnistía –exigencia del independentismo para respaldar con sus votos la investidura de Pedro Sánchez– fuentes del TC no tienen dudas de que esta sentencia marca «un antes y un después» en la historia del tribunal. Hasta el punto de que aventuran que «lo siguiente será la financiación singular de Cataluña y el referéndum de autodeterminación», otras dos prioridades del soberanismo catalán. Ninguna es una realidad jurídica, por ahora, pero el modelo de financiación singular para Cataluña forma parte del acuerdo entre socialistas y ERC para hacer presidente de la Generalitat a Salvador Illa y el plazo para alumbrarlo expira el próximo lunes. Por otro lado, pese a los indultos, la derogación de la sedición y la amnistía –todo con la «reconciliación» como objetivo en boca del Gobierno de Pedro Sánchez– el independentismo no renuncian a pactar con el Ejecutivo un referéndum soberanista como el ilegal del 1-O pero con el aval del Estado.

Ayer mismo, sin ir más lejos, apenas 24 horas después de que el TC desbrozara la Ley de Amnistía de cualquier tacha de inconstitucionalidad de calado, el secretario general de Junts, Jordi Turull, se encargó de recordárselo al Gobierno por si había alguna duda.

El PP ya anunció que recurrirá al TC cualquier acuerdo que privilegie a Cataluña en detrimento del resto de comunidades autónomas, un giro de timón a la política de financiación que consideran contrario a la Constitución y a la Ley Orgánica de Financiación de las Comunidades Autónomas.

El TC cerró la puerta al referéndum

El artículo 138 de la Carta Magna estipula que el Estado garantiza «la realización efectiva del principio de solidaridad» velando por el establecimiento de «un equilibrio económico, adecuado y justo entre las diversas partes del territorio español». E incide en que las diferencias entre los estatutos de las distintas comunidades autónomas «no podrán implicar, en ningún caso, privilegios económicos o sociales».

Con estas premisas, si el cambio de modelo se consuma con una financiación singular para Cataluña el TC tendrá que resolver ese recurso de inconstitucionalidad anunciado por el PP.

En cuanto al referéndum, el TC ya se pronunció al respecto en plena tensión social, política y judicial por el «procés». Al afrontar la consulta del 9-N de 2014 y el referéndum del 1-O, el TC determinó que el pueblo catalán no es soberano para decidir sobre la separación del resto de España, cerrando de esta forma la puerta al «derecho de autodeterminación» que reclama el independentismo, que se agarra no obstante al reconocimiento por parte de la corte de garantías del «derecho a decidir», aunque ese reconocimiento por parte del TS se limitara a una mera «aspiración política» y siempre dentro del marco constitucional (lo que obligaría a reformar la Carta Magna).

"Derecho a decidir" como "aspiración política"

Al declarar ilegal el 1-O, el Tribunal Constitucional –del que ya formaba parte Conde-Pumpido, aunque no como presidente– concluyó por unanimidad que «para ninguno de los pueblos de España» existe «un derecho de autodeterminación no reconocido en la Constitución o como una atribución de soberanía» que ampare el derecho a «promover y consumar su secesión unilateral del Estado en el que se constituye España».

También echó por tierra que –como mantenía el preámbulo de la ley catalana que avaló el 1-O como consulta no referendaria– un referéndum soberanista forme parte de nuestro ordenamiento a través de los tratados internacionales suscritos por España.

Pero pese a lo que haya dicho el TC sobre el referéndum y que la financiación singular para Cataluña aún no sea una realidad, fuentes del TC se muestran convencidas de que «será el siguiente paso» de lo que denominan «un drama en dos actos». «Cuando ya no hay Constitución ya no la hay para nada», lamentan ante de recordar que «ya sabíamos antes de que se aprobara la Ley de Amnistía que iba a haber una sentencia que confirmara la ley».

"Un baldón en la historia del tribunal"

De ahí que expresen su convicción de que en las actuales circunstancias «una financiación singular y un referéndum de autodeterminación es posible. Ya no hay reglas».

El aval a la amnistía, claman, «quedará como un baldón en la historia del tribunal». Un tribunal que, se quejan, «abdica de su función de control y permite que el Parlamento sea un poder constituyente, prescindiendo de los procedimientos de reforma y de la soberanía del pueblo español».

«Hay un antes y un después», reiteran otras fuentes de la corte de garantías. «Al pasar por alto el argumento del carácter arbitrario de la ley, el TC se convierte en arbitrario, deja de ser un tribunal y se convierte en satélite del Gobierno».