Política

La salud del Rey

Tranquilidad en la familia tras conocer el diagnóstico

Las Infantas Cristina y Elena, durante sus vacaciones del pasado mes de julio en Palma de Mallorca
Las Infantas Cristina y Elena, durante sus vacaciones del pasado mes de julio en Palma de Mallorcalarazon

Los días de angustia que ha pasado la Familia Real, al ver al Rey de nuevo con dolores, aferrado otra vez a las muletas para poder andar o hacer cualquier movimiento, han dado paso a una sensación de alivio y esperanza. La Reina Sofía, las Infantas Elena y Cristina, los Príncipes de Asturias y los nietos de la pareja real seguro que han pasado por hondos momentos de incertidumbre al no saber el alcance de la dolencia del Rey ni qué remedio era el mejor para evitarle los padecimientos que le están atormentando. El pronóstico del doctor Cabanela, optimista ante el buen estado general de Don Juan Carlos, al que atribuyo un vigor y una energía superiores a la mayoría de los hombres de su edad, dio paso a un estado de confianza al ver factible la recuperación del Monarca.

El camino será largo, según especificó el prestigioso especialista en dolencias de cadera, y el paso –quizá doble– por el quirófano es inevitable, pero la seriedad de la lesión del Monarca no va más allá de una infección que habrá que atajar con un tratamiento exhaustivo con antibióticos que ataquen a los gérmenes concretos que han causado la infección de la cadera de Don Juan Carlos.

La Reina, que no pudo dejar de exteriorizar el miércoles pasado su cariño hacia su marido con un tímido beso lleno de ternura y afecto, seguro que respiró hondo al conocer la naturaleza del mal que aqueja al Rey. Y el rostro de la Infanta Elena durante la escena también mostró una complicidad que a posteriori todos hemos podido comprender. Para el Príncipe de Asturias y Doña Letizia, la obligada retirada del Rey de la primera línea supondrá realizar mayor tarea al tener que asumir gran parte de las actividades oficiales que el Monarca no podrá llevar a cabo. Pero su sentido de la responsabilidad hará que desempeñen ese trabajo con la mayor naturalidad posible.

Aunque no ha trascendido aún si la Infanta Cristina vendrá a Madrid para permanecer junto a su familia mientras su padre se somete a la nueva operación, es previsible que ese desplazamiento se produzca, ya que así ha sido en las ocasiones anteriores en que el Rey ha tenido que pasar por el quirófano. A buen seguro que el hecho de que Doña Cristina resida en Ginebra para dirigir el área internacional de la Fundación La Caixa no supondrá un obstáculo para que se desplace hasta la capital. De nuevo y a pesar de las circunstancias actuales que atraviesa la Familia Real, seguro que todos estarán juntos y pendientes del resultado de la operación que el doctor Cabanela efectuara a don Juan Carlos.

De esta manera se produciría el reencuentro de la familia, después de que este verano la Reina pudiera cumplir el deseo de compartir las vacaciones en Palma de Mallorca con todos sus nietos y sus hijos. Por el Palacio de Marivent pasaron tanto Doña Elena y Doña Cristina en un primer momento, como los Príncipes de Asturias.