Política

Declaración de la Infanta

Zarzuela guarda silencio para remontar su imagen

El Rey y el Príncipe de Asturias, durante un acto en Zarzuela
El Rey y el Príncipe de Asturias, durante un acto en Zarzuelalarazon

No es un hecho casual que ningún miembro de la Casa Real estuviera ayer en los juzgados de Palma, al lado de la Infanta Cristina. Ni un familiar, ni el Jefe de la Institución, ni los responsables de comunicación... Nadie. La única «flor de lis» que se percibió alrededor de la calle de las Parellades provenía del interior de los juzgados, donde la hija del Rey estuvo declarando casi ocho horas. Es más, Zarzuela no hizo ayer ninguna valoración de la declaración de la Infanta. Tampoco el habitual «respeto por las decisiones judiciales».

Fuentes cercanas a la Corona lo explicaron así: «Lo importante ahora es el compromiso y la agenda de la Corona». Tanto el «caso Nóos» como la recuperación del Rey son dos rémoras para la Monarquía que se pretende permanezcan al margen para continuar trabajando y levantando la imagen de la Institución.

Durante esta semana han pasado dos hechos significativos al respecto: el lunes, Zarzuela presentó el presupuesto con el que contará la Corona para este año, en un «briefing» con periodistas. Casualidad o no que tuviera fecha cuatro días antes de la declaración, cuando el turno de preguntas se desvió hacia la declaración de la Infanta, sólo hubo una respuesta: «Máximo respeto por las decisiones judiciales». O lo que es lo mismo, ahí se iba a hablar de trabajo: las preguntas de la implicación judicial de la hija del Rey, a sus abogados. Dos días después, el protagonista de la expectación fue el Rey. La recepción al cuerpo diplomático se trataba del segundo acto fuera de Zarzuela tras la última operación, y después de que el día de la Pascua Militar se trabara durante el discurso, el interés se focalizó en que el Monarca no se equivocara de nuevo. «Hay que fijarse en lo que dice, y no en cómo lo dice. El discurso es muy interesante», señaló una persona de Zarzuela. Porque recuperar la normalidad institucional del Rey es el objetivo principal de la Casa.

Este martes asumirá el primer viaje desde la última operación de cadera. Portugal será su inminente destino, donde viajará por el IX Encuentro COTEC Europa con el jefe de Estado luso, Aníbal Cavaco Silva, y su homólogo, Giorgio Napolitano, cita internacional que reunirá a autoridades y empresarios de los tres países, en la que se debatirá el proceso de reindustrialización para recuperar el crecimiento económico. El último viaje que realizó el Monarca fue el pasado mes de julio a Marruecos, ya que las últimas operaciones le han impedido viajar, y si aún no hay más viajes agendados, proyectar la agenda exterior del Jefe de Estado es, actualmente, una de las prioridades de la Casa.

El Rey tendrá una actividad completa esta semana, ya que el día antes su partida recibirá en el Palacio al ex primer ministro de la República de Túnez y, el mismo día de su regreso tendrá una audiencia con los representantes de la Conferencia de Presidentes de Organizaciones judías de Estados Unidos.

El Príncipe, la mejor baza

El «buque insignia» para la estrategia de relanzamiento de la Corona es Don Felipe. La Monarquía española es muy consciente de que las últimas encuestas muestran al heredero como el miembro mejor valorado de la Familia, junto con la Reina, por lo que si su función no está regulada en la Constitución, cada vez adquiere una mayor responsabilidad y no sólo dentro de nuestras fronteras, si la semana pasada viajó a Túnez para participar en los actos oficiales por la nueva Constitución, el Príncipe fue uno de los invitados que pronunció unas palabras en la Cámara de los diputados. En el ámbito militar está asumiendo mayores competencias, como en el ejercicio de las maniobras militares, ya que el Rey, por temas de salud, cada vez está más imposibilitado para realizarlas. Mañana recibirá dentro de Zarzuela a sr. Ray Mabus, secretario de la Armada de Estados Unidos, entre otros actos programados. La situación de Doña Cristina seguirá igual, sin agenda oficial ni asignación presupuestaria, y la única novedad ya conocida es el sueldo que recibirán Doña Letizia y la Reina para «profesionalizar» su compromiso oficial además de los gastos de representación, mientras que Doña Elena cobrará una retribución sin desglosar. En resumen, el objetivo es conseguir que la labor de la Corona adelante posiciones al «caso Nóos» y a la polémica recuperación de Don Juan Carlos.