Psiquiatría

¿Sabes qué es el TDAH?

Sabemos, por ejemplo, que castigar a quien le resulta imposible mantener la atención ante una tarea que no le motive no funciona.

Sabemos, por ejemplo, que castigar a quien le resulta imposible mantener la atención ante una tarea que no le motive no funciona.
Sabemos, por ejemplo, que castigar a quien le resulta imposible mantener la atención ante una tarea que no le motive no funciona.UNSPLASH

El TDAH es lo que la gente conocerá como “hiperactividad” o “déficit de atención”. Para aquellas personas que no hayan oído hablar de él es interesante que expliquemos que sus siglas se corresponden con el Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad. María Gallego Blanco es licenciada en Psicología, con amplia experiencia en edad pediátrica y adultos, lo explica. Está en la plataforma TopDoctors.

¿Y qué es? Se trata de un problema neurobiológico (a día de hoy ampliamente conocido y estudiado) que se caracteriza por la aparición de alguno (o los tres) síntomas típicos (o nucleares), que lo conforman y que son:

  • Hiperactividad (es decir, el excesivo movimiento).
  • Déficit de atención (problema para atender cuando la tarea no resulta motivante).
  • Impulsividad.

Esas manifestaciones están presentes en casi todos los niños, ¿verdad?

Sí. Efectivamente, aparecen en mayor o menor grado en todos los niños mientras son pequeños. Lo normal, por ejemplo, es que un niño de tres o cuatro años no esté mucho tiempo sentado en una silla, que actúe de un modo “impulsivo”, y que le cueste mantener la atención cuando la tarea no le interesa.

Lo que ocurre es que normalmente, y a medida que van haciéndose mayores y con la ayuda de los adultos y de pautas educativas adecuadas, van adquiriendo progresivamente ese autocontrol.

¿Con los hiperactivos no sucede lo mismo?

No, y ahí está una clave importante: los métodos y normas que sirven para otros, no funcionan con ellos, lo que suele inquietar a los padres y a los profesores (que son, probablemente, las personas con los que pasan más tiempo). Sabemos, por ejemplo, que castigar a quien le resulta imposible mantener la atención ante una tarea que no le motive no funciona.

Otro punto importante es que el TDAH no es fruto de la mala educación, ni se puede solucionar habitualmente solo con pautas educativas.

¿Es muy frecuente o es que ahora está de moda?

Aunque actualmente se habla mucho de él, no es un problema nuevo … Hay descripciones clínicas del mismo, ya de finales siglo XVIII y evidencias de tratamientos eficaces desde hace muchísimos años.

Por otra parte, tenemos estadísticas que hablan de un 5-10% de la población afectada (en niños se habla de un 7%), y, a pesar de que se realizan más diagnósticos (entre otros motivos, porque la población acude más a los profesionales que lo diagnostican y tratan) sabemos que todavía hay una gran cantidad de personas no diagnosticadas ni tratadas (con las repercusiones que eso puede tener).

¿Cuál es su origen?

El origen es neurobiológico. No tiene nada que ver con pautas educativas inadecuadas y, en este sentido, los padres pueden estar tranquilos porque no son ellos los responsables de que su hijo lo padezca. Se trata, ni más ni menos, que de un problema inherente al niño.

Los psicólogos que nos dedicamos trabajar con estos pacientes y sus familias solemos encontrarnos con padres que inicialmente se sienten muy perdidos ante una situación que vienen intentando solucionar hace tiempo y con ese sentimiento de culpabilidad que arrastran.

¿Hay subtipos?

Sí. Para que nuestros seguidores se hagan una idea, el niño con baja capacidad de concentración para tareas que no le interesen, desorganizado, con olvidos y despistes puede tener un TDAH inatento.

El niño que se mueve demasiado, impulsivo y que también tiene problemas atencionales, podría tener otra variante del TDAH. Serían dos manifestaciones del mismo problema, aunque no lo parezcan.

¿Quién debe hacer el diagnóstico?

Un médico (habitualmente un neuropediatra, un psiquiatra infantil o un pediatra con experiencia en este ámbito) o, en el caso de otros profesionales, un psicólogo (por ejemplo) con experiencia también en TDAH, que (en mi opinión) debe remitir a alguno de los profesionales a los que acabo de hacer referencia cuando se encuentre con un paciente que lo padece, para confirmar el diagnóstico y valorar opciones de tratamiento.