Salud
Dos hermanas médicos galardonadas el mismo año en los premios Doctoralia
Miriam Al Adib Mendiri y su hermana Yasmín, reciben este año los premios en las categorías de ginecología y cirugía estética respectivamente.
- Enhorabuena por el premio. Cuando se lo comunicaron ¿Qué sintió?
- Una enorme gratitud. Cuando reconocen y valoran tan positivamente el trabajo que realizas cada día con esfuerzo e ilusión a partes iguales, no se puede estar más agradecida. Me acordé mucho de mi padre, él era médico muy vocacional, lo que hubiera disfrutado si todavía viviera...
- Hay una cosa aquí muy graciosa, es la primera vez en la historia de estos premios premian a dos hermanas. Además ambas son las dos únicas extremeñas galardonadas este año, una en la categoría de ginecología y la otra en cirugía estética.
- En una primera fase seleccionaron más de 450 nominados. Ya con estar ambas nominadas estábamos muy contentas, pues un pilar importante para acceder a estos premios es algo que es fundamental para nosotras: cómo te valoran tus pacientes. A veces bromeábamos y decíamos ¿te imaginas que salimos las dos? Después decíamos ¡anda ya! y nos daba la risa, pues entre tantos médicos nominados cómo íbamos a salir una de nosotras, y menos aún ¿cómo íbamos a salir las dos? Un buen día nos llaman a cada una por un lado para darnos la noticia. Imagínate cuando luego nos enteramos que la otra también había sido galardonada, ¡celebración por partida doble!
- ¿Cómo es que hay dos hermanas médicos en una misma familia?
- Indudablemente tenemos una influencia importante de nuestro padre. Él era sirio, vino a España a hacer la carrera de Medicina para luego volver a su tierra. Pero el destino quiso que conociera a mi madre, que es sevillana, y cambiaron todos los planes, se casaron y vivieron siempre en Extremadura hasta que murió hace 12 años. Yo soy 10 años mayor que mi hermana, recibí influencia muy directa de él. Crecí en los años 80 y en aquella época en los pueblos no había tanta separación entre vida profesional y vida personal, de manera que veía muy de cerca cómo ejercía su profesión, siempre tan entregado a sus pacientes. Cuando tenía vacaciones en el colegio a veces me llevaba a su consulta, me encantaba estar allí. Esto de llevar a tu hija algún día puntual a tu trabajo hoy sería impensable, vamos… a mí no se me ocurriría hacerlo, pero aquello eran otros tiempos, y a la gente no le molestaba que yo estuviera allí al lado de él dibujando con mis lápices, mientras atendía a sus pacientes. Nada más empezar la carrera ya le ayudaba alguna vez a hacer pequeñas intervenciones. Luego, mi hermana Yasmín recibió la influencia de mi padre y mía. Decidió hacer también Medicina. Mi otra hermana, Amira, un año más pequeña que Yasmín, se decidió por la odontología, es una gran odontóloga. Como puedes ver las tres somos sanitarias.
- Usted se ha hecho muy famosa en el TikTok hablando del vello púbico.
- Llevo trabajando como ginecóloga desde el 2002. Y en 2010 comencé a hacer divulgación. Siempre me ha gustado la docencia, de hecho soy profesora de Máster de sexología. Soy consciente de que cuanto más sabemos sobre nuestra sexualidad, nuestros cuerpos, cuanto mejor conozcamos nuestros procesos fisiológicos, etapas de la vida, nuestras dolencias..., mejor vamos a saber gestionar nuestra propia salud en general y nuestra salud sexual en particular; pues educación y salud van de la mano, no hay buena salud sexual sin buena educación sexual. Me gusta aunar ambos campos dentro de mi labor profesional, concibo la Medicina como una mezcla entre ciencia, arte y humanismo, donde la paciente debe ser la protagonista y la que toma sus decisiones libres e informadas. Cada vez más el perfil de paciente pide saber más y tomar las riendas de su salud, y esto es lo que pretendo a través de mi tarea divulgativa. Aparte de colaborar con diversos medios y escribir varios libros (“Hablemos de vaginas” el último), también utilizo las redes sociales, especialmente Facebook e Instagram. Más recientemente TikTok, que se presta a una forma de divulgar más básica y desenfadada que permite a veces ponerle un puntito de humor. Pero para nada esperaba que un vídeo inocente que subí a TikTok donde digo que el rasurado integral de la vulva no es necesario ni por higiene, ni para ir a la ginecóloga y que no debe ser motivo de vergüenza, pudiera tener tanta repercusión (casi cuatro millones y medio de descargas). Tras el vídeo vino una ola de seguidores y haters a partes iguales. No puedo creer que haya gente que se ofenda o juzgue tan duramente algo que, al fin y al cabo, es una decisión personal de cada cual. Que un vídeo tan tonto sobre el vello desate tantas pasiones denota que la estética del porno ha hecho mucho daño en el imaginario de la sexualidad humana. Tanto por hacer…
- ¿Cuáles son los tabúes dentro de la ginecología más extendidos?
-Hay muchos aspectos relacionados con la salud sexual femenina que tienen una carga importante de miedo, asco, vergüenza y/o culpa. Cuántas veces habré visto a alguna paciente que ha notado un simple granito en la piel de la vulva y viene completamente asustada (si lo hubiera tenido en la piel del brazo no le hubiera alarmado en absoluto), otras veces me encuentro con pacientes que consultan porque un buen día se han dado cuenta de una carúncula del himen un poco más llamativa, o se han tocado el cérvix, o los pliegues normales de la vagina y se han asustado. Hasta me he encontrado casos de mujeres incapaces de ponerse un óvulo vaginal porque dicen que les da asco tocar la textura de la vagina. Este miedo ocurre porque hay falta de autoconocimiento, los genitales no están suficientemente representados en lo que llamamos conciencia corporal. Esta desconexión con el propio cuerpo también puede originar frustraciones y/o disfunciones sexuales, porque muchas acaban asumiendo un rol pasivo donde una no es capaz ni siquiera de indicar a su pareja cómo le gusta que le estimulen, como si no fuera responsable de su propio placer. El vaginismo es otro tabú, se trata de una imposibilidad a la penetración, estas pacientes suelen venir a la consulta in extremis, cuando ya no les queda más remedio, después de muchos años llevando este problema en silencio y que les ha condicionado toda su vida sexual, vienen muertas de miedo y les cuesta mucho explicar lo que les pasa, estas mujeres necesitan ser escuchadas y correctamente derivadas para resolver su problema. Algunas mujeres cuando llega la menopausia y tienen problemas de sequedad, atrofia genitourinaria, incontinencia urinaria… en lugar de buscar ayuda para resolver estos problemas, se aguantan así y dejan a un lado el sexo, algunas llegan a la consulta cuando la atrofia está tan avanzada que les genera una calidad de vida muy mala. Otro tabú enorme son las ITS. Cuando alguna mujer viene porque sospecha que pueda tener una ITS es tremenda la carga de culpa y la vergüenza que suelen llevar a cuestas, aunque sea una ITS solucionable con un sencillo tratamiento, la sensación de estigma es brutal y se sienten muy desvalorizadas y culpables. El modelo ideal de mujer lineal e hipersexualizado también ha hecho mucho daño, ya que a veces se viven los cambios fisiológicos como si de problemas de salud se tratara por no encajar en el estereotipo, como ocurre con muchos aspectos relacionados con el ciclo menstrual, el parto, la lactancia, la menopausia… También podría enumerar miles de ejemplos de pacientes que vienen a la consulta con vergüenza y temor a ser juzgadas (aquí siempre les tengo que decir que los profesionales no estamos para juzgarlas sino para ayudarlas) y pacientes con miedo a que sus quejas o preocupaciones no sean suficientemente escuchadas y validadas.
- ¿Le hace especial ilusión este premio y por qué?
-Me hace especial ilusión porque son mis propias pacientes las que han puesto en valor mi trabajo, y ellas son las que realmente me motivan para seguir avanzando, estudiando y manteniendo la ilusión por ejercer lo mejor que puedo mi profesión.
- ¿Cuáles son sus proyectos a futuro?
-Entre los proyectos más cercanos en el tiempo ahora mismo están: la publicación de un nuevo libro en breve a través del grupo Anaya (como el de Hablemos de vaginas), y la apertura de una nueva clínica en Madrid, ya que recibo pacientes de muchos puntos de España (tanto en mi consulta de Almendralejo como en mis consultas online) y he decidido tener un punto de trabajo que sea más cercano para muchas de mis pacientes que viven lejos.
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