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Consejos para ahorrar en la cesta de la compra en Navidad

La base del ahorro pasa por la previsión y la planificación

Consejos para ahorrar en la cesta de la compra en Navidad
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Se acerca la navidad y, como cada año, comenzamos diciembre a rascarnos la cartera: comidas y cenas de empresa, regalos, la cena de nochebuena, la comida de navidad, las visitas a familiares que implican desplazamiento...las navidades son fechas entrañables...y muy costosas para el bolsillo. No en vano los expertos ya hablan de cuesta de enero, febrero y hasta marzo. ¿Es posible ahorrar en Navidad? Pues aunque parezca mentira, sí es posible. Y se consigue a base de sacrificio y de mucha organización. Pepa Tabero es autora del libro, Manual de la casa limpia y ordenada y creadora del blog y grupo de facebook La casa limpia y ordenada (más de 95.000 miembros), nos ofrece en este artículo unos consejos de lo más útiles para poder ahorrar en Navidad.

Nochebuena, día de Navidad, fin de año, año nuevo y día de Reyes, son las ocasiones especiales en las que preparamos los menús más elaborados. Habitualmente lo conforman ingredientes que, por tener un precio más elevado, no consumimos el resto del año. Además, hay que contar que seremos más en la mesa porque vendrán familiares o amigos.

A pesar de todo, con una buena planificación de las compras, ninguna de estas celebraciones tiene por qué desestabilizar (demasiado) nuestro presupuesto.


Lo primero que hay que hacer, organizar los menús.

Necesitamos tener claro qué menús vamos a servir, y si nos encargaremos nosotros de todo; si se pagará a medias y nosotros cocinamos, o si cada uno traerá algo preparado de su casa. En este último caso, es una buena idea repartir los platos entre todos en función de las habilidades culinarias de cada cual, y encargarnos nosotros del que sea más delicado de transportar (ya que somos los que no nos vamos a mover de casa y sólo hará el trayecto de la cocina al comedor).

De cualquier modo, los ingredientes (y si intercambiamos algún detalle de regalo), hay que comprarlos, lo que supone un gasto extra.

Los regalos se pueden ir comprando a lo largo de todo el año o hacerlos nosotros en casa si tenemos tiempo, imaginación y un poco de maña (si te falta imaginación, hay tutoriales de todo tipo en internet).

Respecto a la comida, el mejor modo de ahorrar en nuestra cesta de la compra navideña, es no dejarlo todo para el último momento. Ahorraremos mucho si vamos al mercado de forma escalonada y compramos poco a poco lo que necesitemos.

Cuanto antes comencemos con la compra del menú navideño mucho mejor, porque según se van acercando los días clave, los productos frescos más clásicos acostumbran a sufrir una subida de precio generalizada (y a veces bastante notoria), debido precisamente al aumento de la demanda.



Resulta muy práctico cocinar cantidades grandes, de modo que sobre, porque de los restos sacaremos fiambreras que solucionan rápidamente (y sin gastar) los almuerzos y cenas el resto de la semana, simplemente añadiendo al plato un acompañamiento. De este modo, no desperdiciarás nada de comida, porque no sobrará nada. Todo se aprovecha. De cualquier modo, después del picoteo de los entremeses, en casi todas las casas llegamos al plato principal con el estómago lleno y las fuentes de servir el plato principal vuelven a la cocina casi sin tocar, llenas de mucha comida riquísima y estupenda.

Para poder reservarla para otros días, es imprescindible tener espacio disponible en el congelador. Aprovecha desde ahora hasta final de año para ir vaciándolo, gastando toda la comida que tienes dentro.

Muchas veces acumulamos paquetes sin etiqueta en el congelador y a menos que llevemos un registro, no sabemos lo que tenemos. Es muy probable que haciendo unos cuantos ajustes en los menús, salvo la lechuga para la ensalada y la fruta fresca, con lo que tienes ahora mismo congelado, apenas tendrás que comprar nada en varias semanas.

Volviendo a las compras... Si vas a poner pescado, no hace falta que lo compres el mismo da. Estará igual de bueno si lo compras fresco dos o tres semanas antes. Pide en la pescadería que te lo preparen y en cuanto llegues a casa lo metes en el congelador. Haciéndolo de este modo, además de pagar menos, te evitarás sustos con el temido anisakis.

La noche antes de cocinarlo sácalo del congelador a la parte baja de la nevera para que se descongele bien y estará perfecto.

Con la carne ocurre otro tanto de lo mismo. Si pones pavo, o cordero..., no hace falta ir corriendo a comprarlo el mismo da. Casi todos los hipermercados ponen buenas ofertas de carne antes de las fiestas (en las que aprovechan para vaciar sus almacenes y poder llenarlos con productos navideños). Busca ofertas, pide en la carnicería que te preparen la pieza y congélala en casa. Otra buena opción es comprar la carne directamente ultracongelada (por ejemplo, los trozos grandes para asado que no necesitan cortes especiales). La carne ultracongelada sale mucho más barata que la fresca y descongelándose bien (lentamente en el frigorífico) ni se reseca, ni se nota... Además, al romperse las fibras por la congelación, queda mucho más tierna.


En cualquier caso, mira y revisa siempre las etiquetas para asegurarte de qué es exactamente lo que estás comprando. Confirma que esa carne fresca que estás comprando de oferta, no ha estado previamente congelada (a veces pasa y si no lo preguntas, no te lo dicen). En otras ocasiones, el precio sorprendentemente bajo de una pieza etiquetada como “solomillo de ternera congelado”, está acompañado de la inscripción en letra muy pequeña “preparado de carne”. Ese “preparado de solomillo” está muy bueno, pero no es “solomillo”. Siempre que veas algo por debajo de la mitad de su precio habitual, desconfía y pide ver las etiquetas que detallen los ingredientes. Una cosa es comprar de oferta y otra que te vendan lo que no has pedido.


También se ahorra de forma muy interesante comprando con tiempo las bebidas. Los refrescos, los vinos y los licores aguantan meses en la despensa a la espera de ser abiertos. Aprovecha siempre que veas buenas ofertas para ir preparando la bodega.


No dejes nada pendiente de comprar para los día 24 ni para el 31 de diciembre. Encontrarás las tiendas abarrotadas de personas que dejaron la compra para última hora pensando que estará todo más fresco. Lo que se encuentran es una subida de precios importante y probablemente escasez de lo que necesitan. De la falta de ingredientes y las prisas del último día surgen las improvisaciones que tanto desestabilizarán el presupuesto inicial.


El pan y los roscos de reyes de los días 5 y 6 es lo único que debes encargar para recoger el mismo día.

Resulta más productivo dedicar la víspera y la mañaaa ultimar detalles y cocinar. Dedicar un ratito a relajarse después de almorzar en lugar de pasársela mañana de compras y la tarde cocinando, hace que estemos todos descansados para disfrutar de la fiesta.