Lenguaje
La gran diferencia para afrontar las emociones de los hombres y las mujeres
Las mujeres interpretan mejor sus emociones y los hombres saben pasar página antes
Ya hay un estudio que lo avala: según datos recogidos por el Instituto Europeo de Psicología Positiva, hombres y mujeres no disfrutan con lo mismo ni destacan en las mismas cosas. Esto viene a reafirmar descubrimientos realizados desde la neurociencia o la Psicología Diferencial y es que, hombres y mujeres, no piensan ni procesan las emociones de la misma forma.
Ya hay un estudio que lo avala: según datos recogidos por el Instituto Europeo de Psicología Positiva, hombres y mujeres no disfrutan con lo mismo ni destacan en las mismas cosas. Esto viene a reafirmar descubrimientos realizados desde la neurociencia o la Psicología Diferencial y es que, hombres y mujeres, no piensan ni procesan las emociones de la misma forma. Los datos que avalan el estudio han sido obtenidos a través de una investigación realizada con 1819 personas que rellenaban dos test a través de su propia web: El Test de Fortalezas Equilibradas (FORTE) y Test de Satisfacción General con la Vida.
El primero ofrece un perfil completo de las 26 fortalezas en una jerarquía de mayor a menor mediante 26 preguntas. El segundo, es capaz de informar sobre la satisfacción que siente la persona con lo que le ocurre a su alrededor y se mide a través de 5 preguntas.
Para interpretar los datos de este estudio hay que tener en cuenta que las fortalezas personales surgen de la combinación de pensamientos, emociones y comportamientos adaptativos que las personas experimentan de manera natural y en diferentes grados, y que son susceptibles de entrenamiento.
Las fortalezas hacen que una persona se sienta más auténtica, más vital y con niveles más altos de energía cuando se muestran de manera equilibrada, y contribuyen al florecimiento o al funcionamiento óptimo de personas, grupos e instituciones.
Uno de los datos más llamativos del estudio ha sido que las mujeres tienen mayores niveles de funcionamiento óptimo, es decir, utilizan sus fortalezas de forma más equilibrada. Además, conocen mejor lo que sienten, tienen más facilidad para ponerle nombre e incluso para saber cuál es la función de esa emoción.
Otro dato extraído del estudio es que los hombres tienen más facilidad para gestionar las emociones, les resulta más sencillo que a las mujeres pasar página. En la práctica la mujer quiere hablar más sobre lo sucedido y el hombre está más orientado a buscar una solución.
Estudios como este ayudan a entender y usar estas diferencias de forma eficaz, para que equipos de todo tipo, desde familias hasta los diferentes departamentos de una empresa, puedan funcionar mejor al complementar sus fortalezas.
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