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¿Qué técnicas existen para poder concebir una niña?

¿Se puede elegir el sexo del bebé o son teorías infundadas?

¿Qué técnicas existen para poder concebir una niña?
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¿Es verdad que se puede elegir el sexo del bebé en función del día que mantenemos relaciones sexuales?

Muchas parejas en busca de descendencia tienen preferencias y no pocas se preguntan si es posible elegir el sexo del bebé. Es decir, ¿existen trucos fiables para logra un niño o una niña? Antonia González, embrióloga integrativa y directora de Psicofertilidad Natural, lo explica: “En muchas ocasiones, muchos futuros padres fantasean con tener un niño o una niña, bien porque están buscando la parejita, o bien porque sienten una predilección sobre un sexo determinado. Pues bien, podemos encontrarnos ante dos formas de intentar “elegir” el sexo del bebé. Hay una primera forma, basada en teorías (Teoría Shettles) y métodos (Método Baretta) que aumentan la probabilidad de elegir el sexo del bebé, pero hoy en día ninguna de ellas está demostrada científicamente o al menos no tiene una base científica seria que la respalde. Por otra parte, el tema de la selección del sexo siempre ha sido un tema que me ha parecido muy curioso, ya que la propia naturaleza busca el equilibrio... en el mundo somos unos 7500 millones de personas, y el 50.5% son hombres y el 49.5% son mujeres (datos de la Central Intelligence Agency y Naciones Unidas). Se podría considerar que existe “casi” un equilibrio en los diferentes sexos, y esto lo ha elegido la naturaleza, nuestro propio cuerpo.

¿Pero cómo se forma un embrión? ¿Cómo se determina el sexo de ese embrión?

El ser humano tiene una dotación cromosómica, es decir, tiene 23 pares de cromosomas. Entre estos cromosomas tenemos un par que determina el sexo, si somos mujeres tendremos el par XX y si es un hombre tendrá el XY. Cuando se junta el óvulo y el espermatozoide, cada uno aporta un cromosoma al futuro bebé, obviamente el óvulo aporta un cromosoma X, y el esperma aporta el cromosoma X o el cromosoma Y. En el caso de que se unan XX será una niña, y en el caso de que se unan el XY será un niño. Por tanto es el espermatozoide el que realmente determina el sexo del futuro bebé.

Hasta aquí está todo clarísimo y demostrado, pero a partir de aquí empiezan a aparecer teorías, como por ejemplo la teoría Shettles que explica que el día que se mantienen relaciones sexuales es importante para concebir niño o niña. Ya que el espermatozoide que tiene el cromosoma Y tiene unas características distintas a los espermas que tienen el cromosoma X.

Los espermas Y son más rápidos, porque tienen un peso molecular menor, y además son más sensibles, y mueren antes que los espermas X. Recordemos que el esperma tiene que nadar desde la vagina hasta la trompa de Falopio, y pasar varias barreras que pueden matarlo, como por ejemplo el moco cervical y la acidez del medio.

Teniendo en cuenta esta teoría, podríamos aumentar las probabilidades de tener un niño, por ejemplo, si se mantienen relaciones sexuales el día justo de la ovulación, ya que el esperma Y es más rápido y el óvulo está justa saliendo de su folículo para ser transportado por la trompa.

En el caso de buscar una niña, esta teoría recomienda mantener relaciones sexuales uno, o dos, días antes de ovular, ya que los espermas Y llegarían a la trompa antes, pero al no estar el óvulo morirían porque son más sensibles al medio, y los espermas X al ser más resistentes y más lentos, serían capaces de llegar en el momento de la ovulación, que sería unos días después del acto sexual y la eyaculación.

“Insisto en que son teorías y no hay nada demostrado, en el año 1992 se hizo un estudio al respecto, donde no se relacionaba los días del coito con el sexo del bebé, y en 1995 se hizo otro donde dejaba la puerta abierta a una posible relación, pero el propio estudio hablaba de que se necesitaría más información para poder asegurarlo. Así que son eso, teorías.

Existe una segunda teoría, el Método Baretta, esta teoría está basada en la alimentación que tenga la futura madre, la bioquímica argentina Adriana Baretta, recomienda ingerir cierto tipo de alimentos en función del sexo que deseemos tener.

Su teoría nos habla de la acidez del moco cervical, como comentaba anteriormente que el moco sea más o menos ácido, es muy importante para que los espermas puedan pasar o no. Ya que si éste es ácido es más fácil que mate a los espermas. Por lo que la bioquímica recomienda comer todo aquello que aumente el PH del moco (es decir, que lo haga básico) si queremos tener un niño. Y que comamos alimentos que acidifiquen el moco si queremos tener una niña. Ya que como el esperma Y es más sensible a la acidez, moriría y sería más probable que llegara a la trompa un esperma X. Pero si nos salimos de las teorías y nos vamos a la ciencia casi exacta, entonces podemos hablar de la selección de sexo que se puede realizar gracias a las técnicas de reproducción asistida.

Existe una técnica, que es legal en España, llamada Diagnóstico Genético Preimplantacional, y que los embriólogos utilizamos para seleccionar aquellos embriones sanos cromosómicamente hablando. Es una técnica de reproducción asistida que cada día se utiliza más, ya que como la edad de la futura madre cada vez es más avanzada, esta técnica nos puede ayudar a detectar anomalías en el embrión antes de ser transferido al útero de la madre.

Cuando el embriólogo realiza esta técnica estudia todos los cromosomas, por tanto también el X y el Y, y nosotros sí sabemos el sexo de cada uno de los embriones, pero en España no es legal la selección de sexo, y está totalmente prohibido comunicarlo a los pacientes. Y siempre el embriólogo seleccionará al mejor embrión para ser transferido, independientemente del sexo y del deseo de los padres. Solo se selecciona el sexo en el caso de que exista una enfermedad cromosómica asociada al cromosoma X o al cromosoma Y, en ningún otro caso se puede seleccionar el sexo del embrión. Lo que sí os puedo decir es que en otros países sí tienen la posibilidad de seleccionar el sexo del bebé “por placer”, pero en nuestro país, al menos hoy en día es imposible.