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Psicología

El "síndrome de la hija mayor": cómo el orden de nacimiento influye en la personalidad

Aunque no cuenta con respaldo científico, la terapeuta Kati Morton, lo utiliza para describir las responsabilidades y presiones que enfrentan las hijas mayores

El "síndrome de la hija mayor": cómo el orden de nacimiento influye en la personalidad VIKTOR KONDRATIUK

El "síndrome de la hija mayor" hace referencia a un conjunto de características que suelen compartir las mujeres que nacen en primer lugar dentro de una familia. Según Kati Morton, estas hijas enfrentan una carga emocional y de responsabilidades mayores que sus hermanos, lo cual les genera un nivel significativo de estrés. Este fenómeno se basa en la idea de que las hijas mayores a menudo asumen un rol de "tercer padre" y se sienten responsables del bienestar emocional de toda la familia. Aunque este término ha ganado notoriedad, no existe evidencia científica que lo respalde de manera concluyente.

Morton explicó en una entrevista para Health que las hijas mayores suelen enfrentarse a expectativas más altas, tanto en el hogar como en su vida social. A menudo, asumen una carga mayor de trabajo doméstico y se les exige cumplir con un nivel más alto de rendimiento en comparación con sus hermanos menores. Esta presión, según la experta, puede generar una sensación de sobrecarga emocional y de ansiedad.

Características comunes en la hija mayor

El "síndrome de la hija mayor" está asociado con una serie de características comunes en las mujeres que nacen en primer lugar. Morton, en una publicación en su cuenta de TikTok, detalló los rasgos más frecuentes que pueden definir a las hijas mayores:

  1. Sentimiento intenso de responsabilidad: Las hijas mayores tienden a asumir muchas de las responsabilidades familiares desde una edad temprana.
  2. Excesiva competitividad: La necesidad de sobresalir puede llevarlas a competir constantemente, ya sea con sus hermanos o con otras personas.
  3. Preocupación constante y ansiedad: La sobrecarga emocional genera preocupaciones continuas, especialmente en torno a las expectativas que se tienen de ellas.
  4. Complacencia con los demás: Se sienten obligadas a agradar y satisfacer las necesidades de los demás, lo que puede llevarlas a descuidar sus propias necesidades.
  5. Dificultad para establecer límites: A menudo tienen problemas para poner límites saludables debido a la carga emocional que asumen.
  6. Rencor hacia los hermanos y la familia: La presión adicional puede generar resentimiento hacia los hermanos menores y otros miembros de la familia.
  7. Sentimiento de culpabilidad: La sensación de no cumplir con las expectativas familiares puede llevar a una culpa constante.
  8. Problemas en las relaciones sociales: Estas características pueden dificultar sus relaciones personales y sociales a lo largo de su vida.

La influencia de las expectativas de género en el "síndrome de la hija mayor"

Más allá del orden de nacimiento, algunas investigaciones sugieren que el "síndrome de la hija mayor" también está relacionado con las expectativas de género en muchas familias. Según Julia Rohrer, psicóloga en el Instituto de Psicología Wilhelm Wund de la Universidad de Leipzig, las mujeres suelen asumir una mayor parte de las tareas domésticas y el cuidado de los demás, lo que puede incrementar la presión sobre las hijas mayores. Esta situación se combina con el rol tradicional que se les asigna como "cuidadoras" dentro de la familia, lo que podría explicar en parte el fenómeno observado.

Aunque algunos estudios han mostrado que los hijos primogénitos tienden a obtener puntuaciones ligeramente más altas en pruebas de inteligencia en comparación con sus hermanos menores, Rohrer enfatiza que estas diferencias son mínimas y no pueden considerarse como una prueba sólida de que el orden de nacimiento determine la personalidad. En su opinión, las expectativas sociales y familiares, más que el orden de nacimiento, podrían ser las principales responsables de la presión que sienten las hijas mayores.

Reflexión sobre el impacto emocional

Aunque el concepto de "síndrome de la hija mayor" no está científicamente comprobado, muchas mujeres se sienten validadas al poder identificar sus experiencias emocionales a través de este término. Según Morton, la idea de tener una palabra para describir lo que sienten puede ser útil para aquellas hijas mayores que a menudo han sentido que algo no está bien en su vida o que están lidiando con una carga emocional demasiado pesada. La validación de estas experiencias puede ayudarles a sentirse menos solas y más comprendidas en su proceso de autoconocimiento.

En resumen, aunque el "síndrome de la hija mayor" no cuenta con un respaldo científico sólido, sí refleja una realidad que muchas mujeres experimentan al crecer en un entorno familiar que les asigna responsabilidades adicionales desde su nacimiento. La presión, las expectativas y el rol de "cuidadora" podrían contribuir a que estas hijas desarrollen ciertas características de personalidad, aunque es importante recordar que cada experiencia es única y que no todas las primogénitas enfrentan las mismas dificultades.