FC Barcelona

F.C. Barcelona

Los pecados del Barça en el Clásico (y en la temporada)

El liderato del equipo de Valverde en la Liga no oculta las dificultades que volvió a tener para salir con el balón jugado desde atrás cuando le presionan muy arriba

FC BARCELONA - REAL MADRID CF
Messi, durante el ClásicoEnric FontcubertaEFE

Siempre presumió el Barcelona de tener un estilo, de saber a qué jugaba y de imponer su manera de hacerlo en todos los partidos, aunque el rival a veceslograra neutralizarlo. El equipo azulgrana es, en la actualidad, desconcertante. Es difícil intuir bien qué versión se va a ver antes de cada encuentro, por mucho que la apuesta del rival también influya. El Real Madrid fue al Camp Nou con la intención de presionar muy arriba, pero los primeros quince minutos no lo logró porque la cadencia de pases del Barcelona le hacía ir metiéndose atrás. Pero durante media hora del primer tiempo el equipo azulgrana se atascó, como tantas otras veces este curso. Así le atosigó también el Atlético durante un rato en el Wanda, veinte minutos en los que los postes y Ter Stegen mantuvieron el 0-0. O contra el Slavia de Praga en la Champions, en el otro empate sin goles de los barcelonistas este curso. Ya son pocos los rivales que se quedan atrás encerrados esperando, pero ni en esas situaciones se ha encontrado cómodo el Barça, sobre todo fuera de casa, como en Leganés. El balón se le atraganta y le presión alta le agobia. No hay opción preferida. Equipos como el Rayo Vallecano de Paco Jémez o el Eibar de Mendilibar ya probaban a buscarle en su propia área, pero no aguantaban todo el partido y casi siempre acababan goleados. El problema es que a este Barcelona también le cuesta imponerse una vez que la energía del rival se agota. Y lo pasa demasiado mal en el tramo en el que le agobian porque no logra romper la presión. La solución aye fue que Ter Stegen buscara directamente a Luis Suárez, y funcionó a medias.

Que Busquets no jugara es un problema para salir con el balón jugado, pero también con el mediocentro habitual ha tenido el Barcelona esos apuros durante el curso. No encuentra Valverde la combinación perfecta en el centro del campo. En el Clásico se rompió la que había utilizado últimamente, con Rakitic, De Jong y Busquets, por la fiebre de este último, pero con ellos tres también sufrió el Barcelona en Anoeta durante un tramo demasiado largo de partido. El croata y el holandés, junto con Sergi Roberto, fueron superados con claridad por Valverde, Casemiro, Isco y Kroos, que recuperaron más balones, hicieron más faltas y, sobre todo, remataron más: doce entre todos, por los dos intentos de Frenkie De Jong en contraposición. Eso habla de un equipo demasiado estirado.

Con problemas en la elaboración, la mejor versión de los azulgrana se ha visto cuando la presión después de pérdida se hace bien, pero eso suele requerir la implicación de Messi también en esa labor, y él está liberado como norma general. Contra el Madrid le costó al Barcelona conectar a su estrella que, pese a todo, fue el mejor de los suyos en ataque a través del pase, ya que a puerta sólo remató una vez con peligro, la acción que salvó Sergio Ramos. En el global, el MVP azulgrana se lo llevó Piqué, que en un partido impecable sostuvo a los suyos cuando no tuvieron más remedio que estar encerrados en su área. Sus número hablan de 10 despejes, 2 tiros bloqueados y 62 balones tocados.

El campeón sigue primero en LaLiga, pero eso no debe nublar las dificultades y la irregularidad que está teniendo durante la temporada, ya que con un pinchazo más que el Real Madrid, con el que está empatado, perdería ese puesto de privilegio y ya no tendría esa excusa a la que agarrarse. Le espera una segunda vuelta complicada: tiene que visitar los campos del Sevilla, el Villarreal, el Valencia y el Real Madrid.