Fueron momentos de tensión y de peligro y se vivieron el pasado 5 de febrero en la Autovía do Cantábrico (A-8). Esa jornada, un hombre de 93 años, vecino de Melide (A Coruña), recorrió 30 kilómetros en sentido contrario antes de colisionar contra un vehículo articulado.

El conductor, que ha sido investigado por la Guardia Civil por un presunto delito de conducción temeraria y lesiones por imprudencia grave, hizo caso omiso a las señales de los agentes, obligando a varios conductores a realizar maniobras evasivas para evitar una tragedia.

El suceso, tal y como han informado hoy desde la Comandancia de Lugo, tuvo lugar sobre las 20.00 horas. En ese momento, varios conductores alertaron de la presencia de un turismo circulando en sentido contrario a la altura del kilómetro 564 de la A-8.

El vehículo, que se dirigía hacia Baamonde (Lugo) por la calzada reservada para la dirección opuesta, generó el pánico entre el resto de usuarios de la vía.

Ante la gravedad de la situación, el Subsector de Tráfico de la Guardia Civil de Lugo desplegó varias patrullas para interceptar el coche y evitar un accidente. A pesar de que los agentes lograron hacer que el anciano redujera la velocidad, este ignoró las señales de detención y continuó su marcha, lo que derivó en un impacto frontal contra un camión en el kilómetro 592 de la autovía.

Conducción temeraria

Tras el accidente, el hombre fue puesto a disposición del Juzgado de Vilalba (Lugo), junto con las diligencias policiales correspondientes.

La Guardia Civil ha abierto una investigación por conducción temeraria y lesiones por imprudencia grave, delitos que podrían acarrear sanciones severas y la retirada del permiso de conducir.