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A Illa de Arousa

Así es el faro que vigila la Illa de Arousa

La estructura es símbolo de identidad arousana y un mirador privilegiado reconvertido en restaurante

Así es el faro que vigila la Illa de Arousa Turismo de Galicia

Pocos lugares en Galicia condensan tanta belleza natural y legado histórico como el Faro de Punta Cabalo, en la Illa de Arousa. Inaugurado en 1853 y proyectado por el ingeniero Celedonio de Uribe, este faro comparte fecha de encendido con el de Sálvora, en una maniobra premeditada por su creador. Aunque inicialmente se había previsto su construcción en Monte Campelo (A Coruña), Uribe decidió emplazarlo sobre un conjunto de rocas graníticas en el noroeste de la isla, desafiando el Plan General de 1847.

Los cons, como se conocen estas formaciones rocosas esculpidas por el mar y el viento, son una seña de identidad del paisaje arousano. El faro se alza entre ellos, rodeado de calas como Sualaxe o Area da Secada, y ofrece una de las vistas más impactantes de la ría, con el monte da Curota y las villas de Ribeira, Rianxo, Boiro y A Pobra do Caramiñal en el horizonte.

Faro de Punta CabaloTurismo de Galicia

Con una estructura modesta (5 metros de altura y un plano focal a 13 metros sobre el nivel del mar), el faro ha mantenido su función desde el siglo XIX, aunque automatizó su sistema de alumbrado en 1924. Desde entonces, su luz blanca, visible hasta 10 millas, sigue guiando a los marineros que cruzan la Ría de Arousa, aunque ya sin la presencia constante de un farero.

Su historia está marcada por curiosidades poco conocidas. Por ejemplo, su nombre alude a una colonia de caballitos de mar que habita en las aguas cercanas. Además, en 1904 se añadió una escalera metálica exterior para facilitar el acceso a la linterna, aunque hoy ya no se conserva.

Vista del faroMancomunidade O Salnés

Con el paso de los años y la jubilación de los fareros, el edificio cayó en desuso y comenzó a deteriorarse, lo que motivó una rehabilitación en los años 80. Fue entonces cuando se le dio una nueva vida: el faro se transformó en restaurante, una iniciativa que respetó su estructura original y que evitó su decadencia.

Acceder al faro es, además, una experiencia en sí misma. Puede hacerse desde el puerto de O Naval o mediante un sendero que culmina en un paseo de madera junto al litoral norte de la isla. Esta segunda ruta, ideal para recorrer en bicicleta, ofrece una aproximación gradual y panorámica al faro.