Polémica

Bronca en el Parlamento de Galicia: el BNG sin invitados por boicotear a un conselleiro

Los nacionalistas consideran la medida “arbitraria y discrecional” y el PP recuerda la necesidad de mantener un funcionamiento normalizado y respetuoso

Imagen de la Cámara gallega.
Imagen de la Cámara gallega. Parlamento de Galicia

El Parlamento de Galicia ha sido escenario de una nueva polémica que enfrenta al Bloque Nacionalista Galego (BNG) con la Presidencia de la Cámara y el Partido Popular, tras la decisión de impedir al grupo nacionalista invitar personas a la tribuna de público durante lo que resta del período de sesiones, es decir, hasta el mes de septiembre.

La medida se produce a raíz del incidente protagonizado el pasado 12 de febrero por activistas de la plataforma Queremos Galego, que fueron expulsados de la tribuna tras boicotear e interrumpir una intervención del conselleiro de Cultura, Lingua e Xuventude, José López Campos, entonando cánticos en favor del gallego.

La viceportavoz del BNG, Olalla Rodil, denunció este martes lo que califica como un “veto” arbitrario por parte del presidente del Parlamento, Miguel Santalices. Según explicó, la decisión les fue comunicada de manera informal, a través de una llamada telefónica, y no mediante ninguna notificación oficial.

“Están tratando el Parlamento como si fuera su finca, achicando nuestra capacidad de desarrollar el trabajo político de oposición”, criticó, al tiempo que aseguró que su grupo presentó alegaciones formales el pasado 14 de marzo.

El BNG sostiene que la medida impuesta no tiene justificación legal ni reglamentaria, y que responde más a una actitud “discrecional” por parte del Partido Popular que a una norma objetiva. Según Rodil, el hecho de que no puedan llevar invitados a la tribuna “parece una anécdota”, pero en realidad forma parte de una “deriva” institucional que limita el papel de la oposición en la Cámara gallega.

Por su parte, el portavoz parlamentario del PPdeG, Alberto Pazos Couñago, defendió que no se trata de una sanción, sino de una aplicación de las normas internas de funcionamiento del Parlamento, que fueron establecidas en el año 2013 y que rigen desde entonces para todos los grupos.

En concreto, la normativa parlamentaria indica que, si se produce una alteración del orden en la tribuna por parte de invitados, el grupo responsable debe dejar transcurrir un pleno sin llevar nuevos invitados. En caso de reincidencia, se perderá el derecho a disponer del cupo de entradas durante todo un período de sesiones o un tiempo equivalente.

¿Hubo reincidencia?

Es precisamente aquí donde reside el núcleo del conflicto: ¿hubo realmente reincidencia?

Para la Presidencia del Parlamento, sí. Asegura que ya hubo un primer episodio el pasado 18 de diciembre, cuando un invitado del BNG fue amonestado por su comportamiento en pleno. La protesta de Queremos Galego el 12 de febrero habría supuesto la segunda infracción, lo que justificaría la aplicación de la pérdida del cupo de invitaciones hasta septiembre.

Sin embargo, el BNG niega esa reincidencia. Argumenta que, tras el incidente de diciembre, continuaron llevando invitados a otras sesiones plenarias sin restricción alguna, lo que demostraría, según su interpretación, que aquella amonestación no fue considerada formalmente como una falta. Por tanto, sostienen que no hay base legal para aplicar ahora una medida de este calibre, y mucho menos sin haber recibido una comunicación oficial previa.

Para Rodil se trata de un intento de silenciar a la oposición escudándose en normas internas que se aplican de manera desigual. “Defendemos nuestros derechos. No vamos a permitir este atropello. Es un ataque a nuestra labor institucional y democrática”, concluyó.

Mientras tanto, desde el PP se insiste en que no existe persecución política alguna, sino una discrepancia entre la interpretación del BNG y el criterio del conjunto de los grupos parlamentarios, que, apunta Pazos Couñago, comparten la necesidad de mantener un funcionamiento normalizado y respetuoso en el hemiciclo.