
Investigación
El cerebro también manda en el intestino: científicos gallegos descubren cómo regula la microbiota en sólo dos horas
Un estudio liderado por la Universidade de Santiago revela que ciertas neuronas pueden modificar la flora intestinal sin necesidad de cambios en la dieta

El intestino no va por libre. Un equipo de investigación internacional liderado por la Universidade de Santiago de Compostela (USC) ha demostrado por primera vez que determinadas neuronas del hipotálamo pueden alterar la composición de la microbiota intestinal en cuestión de horas.
Este hallazgo, publicado en la revista científica Nature Metabolism, supone una pequeña revolución en el grado de comprensión sobre el llamado “eje intestino-cerebro”, abriendo nuevas posibilidades en la lucha contra la obesidad y las enfermedades metabólicas.
Hasta ahora, se creía que la microbiota intestinal -ese ecosistema de bacterias clave para la salud- estaba regulada fundamentalmente por la dieta, los ritmos circadianos o factores externos. Sin embargo, la investigación, en la que también participaron el instituto Clínic-IDIBAPS de Barcelona y la Universidad Católica de Lovaina (Bélgica), demuestra que el cerebro, además de recibir señales del intestino, también es capaz de influir activamente sobre él.
Para llegar a esta conclusión, los científicos emplearon avanzadas técnicas quimioxenéticas que permiten activar o inhibir neuronas específicas del hipotálamo en ratones. A esto sumaron el análisis molecular de la microbiota a lo largo del tracto digestivo. Los resultados fueron sorprendentes: en tan sólo dos horas, las bacterias intestinales respondieron de forma diferente según las neuronas activadas, una respuesta que varía además según la región del intestino.
“Descubrimos que el cerebro puede influir sobre la microbiota, y que lo hace de forma anatómica y funcionalmente precisa”, explican Sara Martínez y Rubén Nogueiras, investigadores del grupo de Metabolismo Molecular del CiMUS (Centro Singular de Investigación en Medicina Molecular e Enfermidades Crónicas) de la USC. “Esto podría ser clave para comprender los cambios entre comidas o incluso para controlar el peso corporal a largo plazo”, añaden.
Afectada por la obesidad
Otro hallazgo relevante del estudio es que esta capacidad del cerebro para regular la flora intestinal se ve afectada por la obesidad. En ratones con obesidad inducida por la dieta, el control cerebral sobre la microbiota se redujo notablemente.
Marc Claret, coordinador del estudio y jefe del grupo de Control Neuronal del Metabolismo del IDIBAPS, subraya el potencial terapéutico del hallazgo: “Comprender mejor cómo interactúan el cerebro, la microbiota y el metabolismo nos abre nuevas vías para tratar enfermedades metabólicas y la obesidad desde un enfoque más integral”.
El estudio también cuenta con la firma de la investigadora Míriam Toledo, primera autora del artículo, quien destaca que “el cerebro no sólo recibe información de la microbiota, sino que también la modula para mantener el equilibrio energético del organismo”.
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