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Ourense

Firmas por el tañido de unas campañas: los vecinos de una parroquia de Ourense se movilizan para salvar el toque del reloj

La comunidad parroquial ha impulsado una campaña de recogida de firmas para pedir al Concello que reconozca su tradición como patrimonio cultural local

Toque de campanas en la Iglesia de San Juan en Zamora para celebrar que el toque manual de campanas ha sido declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO Mariam A. MontesinosEFE

Los vecinos de A Rúa, en Ourense, han reunido más de 1.300 rúbricas en menos de una semana con el objetivo de preservar el toque del reloj y de las campanas de la parroquia de Nuestra Señora de Fátima de Fontei. La recogida de apoyos se dirige al Concello ante la posibilidad de que se adopten medidas que limiten o modifiquen esta práctica tradicional. Las firmas serán entregadas el 3 de octubre en el Registro General del Ayuntamiento.

La iniciativa surgió del Consejo Parroquial y del propio párroco, que lanzaron la campaña como forma de reivindicar una expresión cultural que, según aseguran, forma parte de la memoria colectiva del municipio. La movilización destaca además porque las firmas no se obtuvieron en redes sociales, sino gracias al boca a boca y al esfuerzo de voluntarios que recorrieron casa por casa para lograr el apoyo vecinal.

La implicación de los feligreses de Fontei y San Esteban, así como de varias asociaciones locales, ha sido clave en la respuesta ciudadana. La Asociación de Vecinos de Fontei, la de Vilela, la del Sabugueiro y la Cofradía de la Virgen de Fátima se han sumado al respaldo de la iniciativa.

Identidad y patrimonio inmaterial

“El repique de las campanas y el tañido del reloj forman parte de nuestra vida cotidiana; no es solo un sonido, es identidad, tradición y comunidad”, afirmó el párroco Daniel Pérez, quien recordó que el sistema automático se desconecta a las 22:00 horas para respetar el descanso nocturno.

La solicitud plantea que el Concello valore medidas como el reconocimiento de esta tradición como bien cultural de carácter local, su inclusión en el catálogo municipal de patrimonio inmaterial o la aprobación de normas que permitan compatibilizar su conservación con el bienestar vecinal. Los promotores confían en que el gesto sirva para garantizar la continuidad de una costumbre que consideran inseparable de la historia y del paisaje sonoro del pueblo.