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“Galicia no arde sola, a Galicia la queman”

La Xunta cifra en casi 119.000 las hectáreas calcinadas este año y denuncia la intencionalidad del 70% de los fuegos

A FONSAGRADA (LUGO), 31/08/2025.- Galicia afronta su cuarta jornada consecutiva sin incendios activos de más de 20 hectáreas y solo están pendientes de extinción los tres megaincendios que han... En la imagen monte calcinado en Aguiar, próximo a San Pedro de Río, en A Fonsagrada, Lugo. EFE/Eliseo Trigo
Imagen de archivo de una de las zonas que ardieron este verano. Eliseo TrigoAgencia EFE

La conselleira de Medio Rural, María José Gómez, elevó este martes su voz en el Parlamento con una frase de esas que suenan lapidarias: “Galicia no arde sola, a Galicia la queman”. Con estas palabras quiso subrayar la dimensión humana, y criminal, de los incendios que, sólo en lo que va de 2025, han devorado 118.966 hectáreas del territorio gallego. Un balance devastador que la Xunta atribuye en más de un 70 % a la acción intencionada de incendiarios.

Durante su comparecencia para explicar el funcionamiento del Plan de Defensa contra Incendios Forestales de Galicia (Pladiga 2025), la conselleira insistió en que “decir esto no es inventarse ninguna trama, sino contar la verdad”. Según sus datos, de los 673 fuegos registrados este verano, 473 fueron provocados deliberadamente, lo que llevó a la puesta a disposición judicial de quince personas por incendio intencionado y de otras dos por imprudencia.

El verano fue especialmente virulento: el 45 % de los fuegos y el 94 % del terreno arrasado se concentraron en agosto, con 2.200 confinamientos y 400 evacuaciones. Galicia vivió una de las campañas “más duras por su intensidad y simultaneidad”, marcada por temperaturas superiores a los 40 grados, una sequía extrema, con hasta 100 días sin lluvias en Ourense, y vientos erráticos que alimentaron auténticos fuegos de sexta generación.

En Larouco se registró el mayor incendio de la historia de Galicia, con casi 32.000 hectáreas calcinadas y llamas que llegaron a cruzar el río Sil por quince puntos distintos.

Gómez agradeció el trabajo de los servicios de emergencia y de los vecinos de las zonas afectadas, destacando que no hubo víctimas mortales, “uno de los mayores éxitos en una campaña tan extrema”. Defendió además que el operativo gallego “es uno de los mejores servicios de extinción de España y de Europa”, integrado por 3.000 efectivos propios -7.000 si se suman los cuerpos de seguridad y emergencias-, de los cuales dos tercios trabajan durante todo el año.

La conselleira anunció un aumento del 50 % en el presupuesto destinado a prevención, que alcanzará los 75,4 millones de euros en 2026. Entre las medidas previstas figuran el refuerzo del convenio con la Fegamp y Seaga para la gestión de franjas secundarias -que duplicará su dotación hasta los 25 millones-, nuevas acciones de concienciación en colegios, y la mejora de las condiciones laborales del personal forestal, que pasará a trabajar nueve meses al año. También se prevé la ampliación de medios aéreos y motobombas, y el avance en las bases de Lalín y Valga.

En su intervención, Gómez volvió a reclamar al Gobierno central una base permanente de la Unidad Militar de Emergencias (UME) en Toén y una segunda brigada de refuerzo (BRIF) además de la de Laza, reprochando al Ejecutivo de Pedro Sánchez su “poca voluntad” de colaboración. “Lo que se demuestra es que se puede confiar en la Xunta, pero no en el Gobierno del señor Sánchez”, afirmó.

Críticas de la oposición

Desde la oposición, las críticas no se hicieron esperar. Montserrat Valcárcel (BNG) denunció una “gestión fracasada” en un verano en el que “ardieron casas y aldeas enteras” y acusó a la Xunta de improvisar y depender “del heroísmo” de brigadistas y vecinos. Reprochó además que el próximo 17 de noviembre la Xunta “dejará en la calle a 1.000 bomberos forestales” que deberían seguir en tareas de prevención.

Por su parte, Carmen Rodríguez Dacosta (PSdeG) pidió la “dimisión inmediata” de la conselleira, a quien acusó de “cero autocrítica” y de haber aprobado el Pladiga “tarde, mal y a rastro”. Criticó que la Xunta considere un éxito la ausencia de fallecidos, recordando que un brigadista sigue recuperándose de graves quemaduras. También censuró la existencia de 200 vacantes sin cubrir y la falta de previsión ante la ola de incendios más destructiva del siglo.

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