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Infraestructuras

La Xunta asume por urgencia las obras en la presa de Eiras ante el riesgo de cortes de agua en Vigo y su área

Acusa al Concello y a la concesionaria de “dejadez continuada”, mientras Abel Caballero exige la dimisión de la conselleira

Deterioro de las válvulas de la presa de Eiras, que suministra a Vigo y a varios municipios del área. AUGAS DE GALICIAEUROPAPRESS

La tensión institucional entre la Xunta y el Ayuntamiento de Vigo escaló este jueves después de que el Gobierno gallego confirmase que ha asumido en solitario, y por vía de urgencia, las obras necesarias para sustituir dos válvulas gravemente dañadas en la presa de Eiras, la infraestructura que abastece de agua a unas 400.000 personas en Vigo y su área metropolitana.

El Ejecutivo autonómico activó los trámites de emergencia para contratar los trabajos y evitar un escenario que la conselleira de Medio Ambiente e Cambio Climático, Ángeles Vázquez, calificó como un “problemón”: la posibilidad real de que parte del área viguesa pudiera enfrentarse a un desabastecimiento en plena Navidad.

Según explicó la conselleira, Augas de Galicia encargó ya a una ingeniería y a una empresa especializada la ejecución de un bypass que permitirá mantener el suministro mientras se reemplazan las piezas dañadas. La obra incluirá válvulas provisionales hasta que puedan instalarse las definitivas, un proceso que se alargará “no días, ni semanas, sino más tiempo del previsto”, advirtió Vázquez.

La titular de Medio Ambiente desmontó la estimación que había realizado el alcalde vigués, Abel Caballero, que llegó a afirmar que sustituir cada válvula costaría unos 50.000 euros y que la operación podría completarse en 48 horas. “No son 50.000 euros, son casi 2 millones. Y no son 48 horas: serán varias semanas”, replicó la conselleira.

Acusaciones

Vázquez sostuvo que los daños “se pudieron evitar”, según los informes técnicos de Augas de Galicia. Señaló directamente a Aqualia, la concesionaria municipal encargada de manipular las válvulas, por no haber informado a tiempo de los problemas detectados, pese a que la empresa municipal que gestiona el embalse para la Xunta solo pudo acceder a todas las instalaciones en 2023 debido a “trabas” del Concello.

Relató que en abril se detectaron los primeros deterioros, que Aqualia pidió gestionar abriendo solo la mitad de una de las válvulas, y que en octubre ya se había constatado una degradación severa en una pieza y daños totales en la otra. “Es fruto de una dejadez continuada”, afirmó.

Además, acusó al Ayuntamiento de no publicar ni notificar las pérdidas de agua en la red municipal, algo obligatorio por ley. “La UE establece que las pérdidas nunca deben superar el 20 %. Hemos detectado zonas donde superan el 50 %”, denunció.

Años de litigios y una docena de fallos a favor de la Xunta

La conselleira recordó que el Concello y la Xunta mantienen desde hace años un conflicto judicial por la titularidad del embalse de Eiras, con una docena de sentencias favorables al Gobierno gallego. “Lo que espero es que ahora el alcalde no pretenda que esta obra la paguen los vigueses o los vecinos del área. Deberá pedir responsabilidades a quien corresponda, que es la concesionaria”, avisó.

Pese a la disputa política, Vázquez subrayó que la prioridad es garantizar el agua a toda el área metropolitana. “La Xunta da el paso: asumimos la obra, la encargamos y la financiamos. Después se evaluarán responsabilidades”, reiteró.

Caballero pide la dimisión de la conselleira

La reacción del regidor vigués no se hizo esperar. Caballero acusó a Vázquez de “mentir” y “engañar” en sus declaraciones y reclamó abiertamente su dimisión. En un audio remitido a los medios, denunció que la Xunta conocía el problema con las válvulas “desde hace ocho meses” y se preguntó “a qué esperó” para arreglarlas.

“Saben que fueron ineptos y negligentes”, afirmó el alcalde, quien defendió que mientras Aqualia y el Concello gestionaron la presa “no hubo ningún problema”.