Madrid

Viaje alrededor del mundo en Osteria Bravissimo

Su esencia se inspira en la figura de la tía de Lapo Canale, una incansable viajera y cocinera, influenciada por la Nonna, la abuela de Lapo, uno de los socios fundadores junto con Luis de la Peña y Enrique Ugarte

Viaje alrededor del mundo en Osteria Bravissimo
Viaje alrededor del mundo desde Madrid en la Osteria BravissimoAgencia Cuenco

Hay restaurantes inspiradores, otros en los que lo mejor es dejarse llevar por sus sugerentes propuestas gastronómicas y unos pocos en los que al visitante se le propone, además, vivir la experiencia única de recorrer el mundo sin moverse de su mesa. Esto es lo que ocurre en Osteria Bravissimo donde, desde su privilegiada ubicación frente al madrileño Parque del Oeste (Paseo del Pintor Rosales, 52), se invita al comensal a viajar con cada bocado.

La tía de Lapo Canale, fuente principal de inspiración, y la Nonna, con su habilidad en la cocina, son la base de cada receta. Los platos reflejan una combinación de sabores internacionales con un toque personal e italiano, creando una cocina fusión internacional con matices italianos.

La Carta, diseñada como un viaje global, invita a los comensales a descubrir diferentes ciudades, países y continentes, empezando su viaje culinario con un "billete" comestible de pan ácimo. La renovación del local incluye la incorporación de recetas populares de todo el mundo, reforzando su papel como guía gastrocultural.

De hecho, la Carta está diseñada como un recorrido con paradas en sus diferentes destinos y lo que hace es invitar a que se viva la experiencia de conocer diferentes ciudades, países y continentes. Por eso la carta es un billete de avión, realizada con pan ácimo de harina de trigo, y la idea es que te la comas e inicies tu propio viaje que te trasladará a donde tú elijas.

Ahora, el local renueva su propuesta y acoge nuevas culturas bajo su techo. Así, incorpora a la Carta las recetas más populares a nivel mundial, firme en su compromiso de ejercer de cicerone gastrocultural. El comensal cada vez que se adentra en esta osteria madrileña explora, descubre, prueba y se conecta con nuevos sabores.

La propuesta gastronómica

El restaurante cuenta con el asesoramiento de los reconocidos cocineros Joaquín Serrano y Jorge Velasco, que son los artífices de una propuesta con base internacional con tintes italianos, pero ejecutada con materia prima nacional. Después, el equipo de cocina interpreta más de una docena de platos ampliamente reconocidos por otros comensales, bajo una excelente técnica y presentaciones sorprendentes. Una carta de cocina internacional donde destacan, entre otros platos, el Brioche de rabo de toro, la Croqueta Masala, la Zamburiña a la brasa con aguachile mediterráneo, los Tortelloni en caparazón de nécora, el Taco de osobucco, los Pops de gamba y, entre los postres, una reinterpretación de los Cannoli sicilianos. Y un pan recién hecho.

Mención aparte merecen la Carta de Vinos y la de Cócteles. La primera pensada y elegida cuidadosamente para sorprender al comensal. Además de vinos de diferentes denominaciones de origen españolas, también se encuentra alguna etiqueta italiana, francesa y alemana. La segunda, incluye Coctelería de Autor y algunas novedosas propuestas de cócteles.

El espacio

Decorado por Paralelo Estudio por los interioristas Simone Cammilletti y Laura Andreu, quienes apuntan que "buscamos aplanar a nivel cromático de cada viaje empezando con beiges y terminando con tonos más cálidos como en México". La idea era comenzar con la necesidad ir más allá de los diferentes países que visitó la tía para vivir una experiencia que permita viajar por todo el mundo. Por eso, al entrar, lo primero que encontramos son las maletas colgadas del techo que nos invitan a dar comienzo al recorrido. El hilo conductor son los viajes que hacía la tía. Una combinación de los recuerdos de los países que fue visitando con recuerdos dignos de comprar.

El recorrido empieza en España, en la que los decoradores se inspiraron en los arquitectos Antonio Gaudí y Santiago Calatrava, tal y como ocurre con los bancos y el revestimiento de piedras nuevas con las macetas de los típicos patios andaluces.

De la arquitectura brasileña buscaron la naturalidad con materiales de caoba, imitación de nogal y maderas propias de Brasil. Sorprende con una atmósfera amazónica, para disfrutar el estilo tropical de sus platos.

En la parte francesa se inspiraron en un café de París o típico bistrot que se puede encontrar en cualquier ciudad de Francia, con toldo de rayas blanco y negro incluido y una deco muy francesa, añadiéndole ese toque de las librerías parisinas.

En México se utilizaron uno o dos colores sobre la paleta de los beige incluyendo objetos típicos. Aquí destacan sus mariachis, sombreros charros y elementos aztecas.

En cuanto a Italia, se hace un guiño a la arquitectura más popular italiana, con la típica arquitectura no acabada. Con una vespa como protagonista, integra elementos decorativos típicos napolitanos. Por último, este interesante recorrido concluye en el espacio dedicado a Cuba, con una lámpara de mimbre, almohadones de vivos colores y cuadros cuyos protagonistas son los típicos ‘almendrones’ de colores chillones, es decir, los desvencijados coches americanos de los años cincuenta que todavía circulan por las calles de La Habana o Santiago.

El restaurante, con capacidad de 80 personas, cuenta con una amplia terraza exterior.