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El Hollywood oscuro: de las adicciones de Garland a las infidelidades de los Douglas

Lazos de sangre, alcohol y drogas

En "Judy" Renée Zellweger interpreta las horas bajas de Judy Garland
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La primera gran saga familiar de la realeza de Hollywood es la de los Barrymore. Sus padres eran actores teatrales: Maurice Barrymore y Georgie Drew, sobrino del actor John Drew y nieto de Louisa Lane Drew, directora del Arch Street Theatre de Filadelfia. La segunda generación comienza con Lyonel Barrimore, un actor especializado en papeles de alcohólico, malhumorado y gruñón. Se consagró como el malvado Rasputín y el avaro banquero Mr. Potter de ‘¡Qué bello es vivir!’ (1946), que interpretaba cada Navidad en la radio desde 1934. Su hermana Ethel fue una destacadísima actriz de teatro. Comenzó en el cine en 1914 y en 1944 ganó un Oscar. Tuvo tres hijos con Russel Griswold Colt, que también se dedicaba a la interpretación: Ethel Barrymore Miglietta, Samuel y John Drew Colt.

Un talento heredado

El más pequeño de los Barrymore fue una de las primeras grandes estrellas del cine mudo. Era apodado ‘El gran perfil’ (1940) a raíz de su interpretación en el filme del mismo título. Se casó tres veces, la segunda con la escritora Michael Strange, y tuvo una hija, Diana, que se suicidó en 1960.

Alternó las comedias románticas con papeles dramáticos como el del Dr. Jekyll y Mr. Hyde en ‘El hombre y la bestia’ (1920), con sus famosas transformaciones en monstruo utilizando expresiones faciales e iluminación. El problema de John Barrymore fue su adición al alcohol. Una de sus grandes interpretaciones fue en ‘Gran Hotel’ (1932), junto a Greta Garbo, en la que interpretaba a un actor en decadencia víctima de la bebida donde se le veía destruido físicamente, pero aún capaz de recordar sus frases. Murió en 1942, a los 60 años, de una cirrosis.

Drew Barrimore ha sabido superar la adicción a las drogas y el alcohol
Drew Barrimore ha sabido superar la adicción a las drogas y el alcohollarazon

Con la actriz infantil Drew Barrymore comienza la cuarta generación de la saga. Su padre era John Drew Barrymore, hijo de John Barrymore y de la intérprete Dolores Costelo. Rebelde sin causa en los años 50, fue detenido numerosas veces por borracho y encarcelado por violencia doméstica. En los 60 siguió como protagonista en pelis italianas, tuvo problemas con las drogas, abandonó a su cuarta esposa Jaid Barrymore, y a su hija Drew y se retiró al desierto a meditar. Murió de cáncer en 2004. En la actriz, productora y directora Drew se conjugan dos dinastías hollywoodense: los Barrymore y los Costello. Es bisnieta de los actores del cine mudo Maurice y Mae Costello.

Aunque fue rechazada para encarnar a Carol Anne en ‘Poltergeist’ (1982), consiguió la fama por el papel de Gertie, la amiga de ‘E.T.’ (1982). Su vida de niña prodigio es típica de las “princesas de Hollywood”, hija, nieta y bisnieta de su realeza. Como cuenta en su biografía, ‘Little Girl’, comenzó a beber a los nueve años, a fumar a los diez, a esnifar cocaína a los doce y se rehabilitó a los trece. Una corta pero intensa vida con intentos de suicidio. Se ha casado tres veces y se declaró bisexual al reconocer sus amores con la reportera Jane Pratt.

La vida de la actriz y cantante Judy Garland no fue tampoco un camino de baldosas amarillas, como la de Dorothy en busca del arcoíris. A los doce años fue descubierta por la MGM y contratada para formar pareja con Mickey Rooney en musicales juveniles de finales de los 30. Para sostener los rodajes, el estudio le suministraba anfetaminas para despertarse, píldoras adelgazantes y tranquilizantes para dormir. De adulta le añadió alcohol, morfina para calmar el dolor y cocaína para seguir la juerga. Esto le llevaría a agudizar sus trastornos mentales: padecía anorexia, bulimia, alcoholismo y drogadicción severas. En 1945 se casó con el director Vincente Minnelli. Tuvieron una hija, Liza Minnelli, y tras seis años de conflictos conyugales por sus depresiones y ataques de ira, se divorciaron. Intentó suicidarse durante el rodaje de ‘El pirata’ (1947), se cortó las venas y se hincó un vidrio roto en el cuello cuando pilló en la cama a su todavía marido Vincent Minnelli con un hombre. Reconoció que mantenía relaciones lésbicas por aburrimiento. Liza heredó el mismo encanto psicótico de su madre y sus aficiones. Según su agente, para Liza su adición era más importante que su vida. Cuenta Warhol que un día entró en su casa y le dijo: “Dame cualquier droga que tengas”.

Judy Garland
Judy Garlandlarazon

La miseria de Liza Minnelli

Tras el éxito cinematográfico, entró en una vorágine de alcohol, depresiones, amantes, maridos y estupefacientes que culminaba en las escandalosas veladas del Studio 54. Como su madre, pero sin llegar a sus extremos suicidas, Liza repetía su desaforada vida. Ambas fueron adoradas por los gays, sus mayores soportes vitales, imitadores y maridos, que fueron sus más fieles compañeros. A partir de 1980, Liza comenzó a entrar y salir de clínicas de desintoxicación.

Roy Halston junto a Liza Minnelli, su amiga y musa, en una escena del documental / Foto: Sundance
Roy Halston junto a Liza Minnelli, su amiga y musa, en una escena del documental / Foto: Sundancelarazon

El resumen de una vida pública de escándalos fue la boda con su cuarta pareja David Gest, en 2002, ambos tan operados como maquillados y que contó con Michael Jackson y Liz Taylor como padrinos. Cuatrocientos días después solo quedó una estrafalaria boda y un beso de tornillo en el altar que escandalizó al propio Donald Trump, invitado a la boda.

Las infidelidades de los Douglas

No parece sencillo sobrevivir a los desórdenes de la fama. Mucho menos cuando la celebridad, el dinero y la atención pública son heredados. No digamos ya si la celebridad posee las dimensiones cósmicas de Kirk Douglas, uno de los actores más conocidos y celebrados de todos los tiempos, con casi un centenar de películas a su nombre y trabajos con muchos de los directores míticos: de Vincente Minnelli, Stanley Kubrick y Jacques Tournier, a Billy Wilder y Joseph Mankiewicz. De alguna forma, los cinco hijos y los nietos y bisnietos de Douglas tuvieron que aprender a lidiar con los designios caprichosos, opulentos y crueles de una vida regalada y extrema, envidiable y terrible. Y nadie sufrió más que su hijo menor, Eric, fruto de su matrimonio con Anne Buydens, con la que se casó en 1955 y con la que todavía estaba unido. Fallecido a la edad de 46 años, la suya fue la triste y turbia peripecia que todo padre famoso teme que acaben por sufrir sus vástagos. No faltaron ni los intentos por seguir las huellas de éste en el mundo del espectáculo ni la ingesta masiva de alcohol y drogas. Llegó un momento en que ni siquiera sus allegados confiaban en él. Eric falleció de sobredosis mientras que Peter trabajaba en varias producciones exitosas.

Kirk Douglas with wife Diana and son Peter, 1957"
Kirk Douglas with wife Diana and son Peter, 1957"Courtesy Everett CollectionGTRES

Cameron, hijo del hermanastro de Peter y Eric, Michael Douglas, estuvo cerca de seguir los pasos de su tío. Actor incipiente, sus primeros arrestos por posesión de cocaína se remontan a 1999, cuando apenas tenía 21 años. Los escarceos con los estupefacientes y los choques con los detectives de narcóticos culminaron en 2009, cuando fue detenido con un cuarto de kilo de metanfetamina. Demasiado para evitar una condena por intento de distribución, que puede reportar entre 10 años de cárcel y la cadena perpetua. Poco después fue detenido con heroína. Se arregló con una sentencia inicial de un lustro, posteriormente ampliada tras tener droga en la cárcel. Después de cumplir siete años, salió para intentar redimir su vida. Empezó por publicar un libro con las dosis justas de confesión autobiográfica y golpes de pecho por las correrías del pasado. Acto seguido, anunció que tendría una hija. Quién sabe si la experiencia traumática del presidio, más el ejemplo terrible del tío y la alegría de su paternidad, serán suficientes para evitarle recaídas.

El desenfreno de Michael

Al menos, eso confía su padre, el conocidísimo Michael, que lo tuvo con su primera esposa, antes de contraer matrimonio con la actriz Catherine Zeta-Jones. Michael y Joel Douglas son hijos del primer matrimonio de su padre, con la también intérprete Diana Douglas. A Diana la conoció Kirk cuando estudiaba interpretación en la American Academy of Dramatic Arts. Allí conoció también a Lauren Bacall, con la que tuvo uno de sus incontables romances, y allí acabó intimando con Diana. Michael logró ser un icono por derecho propio. Suyos son algunos de los papeles más recordados de las últimas décadas, empezando por el que ofreció en ‘Wall Street’ y siguiendo por ‘La guerra de los Rose’, ‘Instinto básico’, ‘Traffic’, ‘Wonder boys’ y ‘Behind the Candelabra’. Dos Oscar a mejor actor, cinco Globos de Oro, un Emmy y el Cecil B. DeMille Award jalonan el camino de quien sobrevivió a un cáncer y a sus adicciones.

Michael Douglas y Catherine Zeta Jones.
Michael Douglas y Catherine Zeta Jones.larazon

En cuanto a las ya casi inevitables acusaciones de la era MeToo, fue acusado por una ex empleada, Susan Braudy, de abusar verbalmente de ella en los ochenta. Michael, que logró salvar su matrimonio junto a Zeta-Jones, con la que tiene dos hijos y lleva casado 21 años, recalcó su compromiso con el feminismo. Mucho menos mediático, pero igualmente exitoso, ha sido su hermano Joel Douglas, productor de éxitos como ‘Tras el corazón verde’, protagonizada por su hermano, y que también estuvo detrás de la adaptación de ‘Alguien voló sobre el nido del cuco’. Menos conocido puede que sea el hecho de que con el dinero que le dió aquella novela, Kesey había puesto en pie una enloquecida y libérrima comuna frecuentada por la intelligentsia incipiente del hipismo y los últimos leones de la generación beat, documentada por Tom Wolfe en ‘Ponche de ácido lisérgico’ y decisiva en la gestación del movimiento contracultural en San Francisco. Pero el interés de Joel nunca estuvo en seguir los pasos de Kesey o Neal Cassady, ni en emular las hazañas nocturnas de su carismático hermano mayor o su totémico padre. Mucho mejor contemplar las operaciones desde el otro lado del escenario y disfrutar de las prerrogativas y oportunidades de formar parte de la realeza de Hollywood sin arriesgarse al fuego que achicharra de las bambalinas y el foco, como pudo certificar su hermanastro Eric y cató, aunque pueda contarlo, su sobrino Cameron.