Crónica
Los sábados de Lomana: “Opino como Chanel que una mujer sin perfume es una mujer sin futuro”
A veces hablamos de grandes marcas de moda y perfumes sin saber su historia y todas las personas que la crearon. Una de esas icónicas firmas es Christian Dior. Se dice que mientras exista la Alta Moda en París, siempre habrá Christian Dior. Esta «Maison» fue fundada por un francés nacido en Normandía que creó, en cierto modo, junto a Chanel, las bases para la moda moderna. Dior creció en una familia muy refinada rodeado de elegantes vestidos de su madre y de jardines. Él amaba las flores, especialmente las rosas, que hoy son el símbolo de la casa y también la «tuberosa» base de algunos de sus perfumes, como el icónico Diorissimo.
Se cuenta que ya de pequeño, en su preciosa casa de Granville, en la cima de un acantilado rodeada de una hectárea de jardín, bello y solitario, pasó una infancia leyendo y memorizando el nombre de plantas y flores, que más tarde veríamos en muchas de sus creaciones.
Su familia se trasladó a París y vivió una vida rodeado de la «bohême» culta de la época, pintores, escritores, gran amigo de Picasso. Pero él nunca pensó en dedicarse a la moda. Fundó una galería de arte financiada por su familia, en la que albergaba obras de los grandes artistas de la época hasta que con la gran depresión y la ruina familiar, empezó a vender sus trabajos como ilustrador de moda y, más tarde, comenzó a trabajar en diferentes talleres con los mejores modistos de la época.
Después de la guerra y ante la oferta de un empresario textil francés llamado Boussac, decidió abrir su propia casa de costura con su propio nombre en 1946. Ya tenía entonces 41 años.
Fue maravillosa su actitud para sacudir la tristeza de la guerra y dar alegría y vida a las mujeres, y sobre todo una razón para volver a vestirse y arreglarse creando el «New Look», dando la posibilidad de que todas las mujeres pudiesen ser elegantes democratizando la moda. Abrió tiendas en Nueva York y Londres, y fue el primer «couturier» que inaguró una boutique en Sudamérica. ¿Saben dónde? En Caracas, esa maravillosa ciudad que un día fue y que hoy se encuentra dominada y destrozada por los comunistas bolivarianos. Sociológicamente fue muy importante, porque quiso quitar el factor elitista de la moda pero sin perder la clase. Estrellas de Hollywood se volvieron locas por su moda y su perfume. El primer perfume de Dior fue creado en 1947 y se llamó Miss Dior, en honor a su hermana. Hoy es mi perfume favorito. Christian Dior solía decir que «el perfume de una mujer dice más sobre ella que su letra». Yo soy de las que opino como Coco Chanel, que una mujer sin perfume es una mujer sin futuro.
Monsieur Dior, como casi todos los diseñadores, tenía una musa. Se llamaba Mitzah Bricard que encarnaba todo lo que hasta el momento solo había existido en la imaginación. Era una mujer hecha para la sofisticación. Se dedicó a incentivar el genio creativo del diseñador inspirándole por la gran fascinación que el modisto sentía hacia ella. Sus gestos, sus poses y actitudes, unido a un gran olfato para detectar el buen gusto y la elegancia. Por eso la introdujo en su vida como un elemento imprescindible para florecer aportando inspiración. Mitzah adoraba el «animal print», que siempre aparecía en las creaciones del modisto. Siempre llevaba en una de sus muñecas un pañuelito atado en forma de lazo, dicen que para tapar las cicatrices de un intento de suicidio. Ahora Dior ha presentado un precioso pañuelo, muy versátil, en diferentes colores y estampados como homenaje. Es el pañuelo Mitzah. Como alguien dijo, «detrás de un gran hombre, hay siempre una gran mujer».
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