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Lo berlanguiano habría sido que los indultados no quisieran salir de la cárcel
Su número en la pista central del circo fue antológico: con un solo toque de varita mágica hizo desaparecer las mascarillas de los espectadores y, ya con la luz bajada, los cuervos que tenía en una gran jaula se esfumaron y al instante aparecieron convertidos en blancas palomas de la paz. Las liberó y el revoloteo de las aves por el cielo causó estupor y muchas risas cuando algunas se cagaron en el sombrero de copa del Mago de la Moncloa nada más abandonar su encierro. Ya avisó Junqueras de que estos juegos de ilusionista «demuestran las debilidades del aparato del Estado». No soy quién para juzgar la debilidad o la fortaleza del aparato del presi (el Estado es Él), que para eso está Begoña, pero me imagino lo que piensan los indepes: si con esta anemia nos indulta, en cuanto recobre fuerzas nos llega la amnistía, la autodeterminación, el gordo de Navidad de los fondos europeos y el fin de la brutal represión, todo de golpe, o sea, que ahora los separatistas ya no ven al presi como «El verdugo», de Berlanga, sino como «La vaquilla», también de Berlanga, que se puede ordeñar a placer. Mas lo verdaderamente berlanguiano y original habría sido que los indultados rechazaran la gracia y decidieran seguir en la trena porque ¿dónde iban a encontrar gratis mejor hotel a pensión completa, con permisos de salida a tutiplén, recibiendo libremente en audiencia (con cita previa) a los líderes políticos y sindicales que deseen, y disponiendo de un servicio de habitaciones y cocina tan solícito? Y sobre todo, así podrían mantenerse en el altar del martirologio independentista, con sus túnicas amarillas y sus cirios para quemar fotos del Rey. Santos súbitos. Todos ellos cual San Jorge luchando contra el dragón de Madrid. Por cierto, que Mónica Randall, actriz, catalana ella, ha dicho hablando del tema: «Escucho a Ayuso y es como si escuchara a Torra hace unos años». Sé que soy viejo y pierdo oído, pero ¿ha dicho Isabel, ese cascabel, que «los indepes son bestias carroñeras, víboras, hienas con una tara en el ADN, esto es, bestias con forma humana que destilan odio», tal como dijo exactamente Torra de los españoles hace algún tiempo? Hoy mismo le pido cita al otorrino.
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