
Opinión
Ayuso y la separación fake
El divorcio ful ya estaba inventado por el famoseo y no era desconocido en política: ahí están el Apolo y el Puchi e incluso el Partido Popular y Vox

Cuentan las pérfidas lenguas que, un día de estos, Alberto Núñez Feijóo le susurrará a Isabel Díaz Ayuso si por un casual está pensando en separarse de su novio Alberto González Amador antes de que la cosa vaya a más: sería bueno para ella y para el Partido, o sea, para la cosa personal (¡al fin sin mancha y libre!) y para la Causa contra el Apolo de la Moncloa. Se lo dirá como un padre a su hija, delicadamente, dejando claro que respeta su libre albedrío y su intimidad. Pero sucede, le seguirá susurrando, que lo de tu novio nos está haciendo mucha pupa: es una piedra en el camino hacia la victoria final, Isabel. Medita, porfa. Isabel no cree que en la política sirva el consejo hollywoodense: «Si quieres un amigo, cómprate un perro». Ella ya tiene a «Bolbo», pero, a sus 46 años, también necesita un amador.
Y ahora aparece en la comedia la asesora especial de parejas, amores, ligues y separaciones del Partido. Antaño sería una alcahueta o reparadora de virgos, pero esa no ha sido nunca la función conocida de Esperanza Aguirre en el Partido Popular. La Grande España y condesa consorte, le ha dado un toque aristocrático y anglófilo al «ahí te quedas» simulado o de mentirijillas: el divorcio o la separación fake. Ha contado que le aconsejó a Díaz Ayuso a cuenta de los problemas fiscales de su pareja: «Deberías hacer una ruptura fake». Y que la presidenta madrileña le respondió que lo había pensado, pero no. El divorcio ful ya estaba inventado por el famoseo y no era desconocido en política: ahí están el Apolo y el Puchi e incluso el Partido Popular y Vox. ¿Núñez Feijóo le susurró algo a Esperanza para que ella a su vez le susurrara a Díaz Ayuso? La obra podría titularse «La Celestina» o «La fierecilla domada». Continuará.
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