Casa Real
Marta Cibelina: “Don Juan Carlos es una bomba en la cama”
Hablamos con la autora de “Los Borbones y el sexo” sobre su polémico libro sobre el apetito sexual de los Borbones
El libro «Los Borbones y el sexo», escrito por la periodista conocida como Marta Cibelina, da un repaso a los amoríos de la dinastía que reina en España desde el año 1700: los Borbón. Una estirpe que procede del mismísimo Rey Sol, dotado de una avidez sexual, que habrían heredado sus descendientes y marcado el destino del Reino de España.
La autora ha pasado meses en la Biblioteca Nacional y ha visitado el Archivo Histórico Nacional para documentarse y escribir lo que define como un «ensayo histórico-sexual» sobre los Borbones, desde Felipe V hasta el actual Rey, Felipe VI. Pero vayamos por partes.
Un relato salpicado de anécdotas desconocidas y con mucho humor sobre la sexualidad de una de las casas reales «más endogámicas de la historia de la humanidad».
Felipe V instauró la dinastía en España y el reinar desde en el lecho conyugal. «La vida de los Borbones, dentro y fuera de la cama, es fascinante», asegura la periodista. Y así comienza la disección, en términos sexuales, de los Borbones que reinaron en España. Desde Felipe V, bipolar y lujurioso, que tenía tal obsesión por el sexo que llegó a mantener relaciones sexuales con su mujer, María Gabriela de Saboya, en su lecho de muerte y que gobernó desde la cama con la segunda, Isabel de Farnesio. La Farnesio, exhausta sexualmente, intentó en vano conseguir una dispensa papal que «evitara tener que satisfacer a su esposo más de tres veces al día».
Casi todos los varones de la dinastía, así como la única mujer Borbón que reinó, Isabel II, fueron «lujuriosos, fértiles y muy activos sexualmente», asevera Marta Cibelina. Salvo Carlos II, que era estéril, y Luis I o Fernando VI, que reinaron muy poco tiempo, todos dejaron a su muerte, al menos, un heredero varón. Cumplieron con creces con sus deberes de procreación, dentro y fuera del lecho conyugal. Curiosamente, el único rey Borbón, que tuvo problemas de sucesión, Fernando VII, fue debido a la deformidad de su órgano sexual.
La masocromía genital de Fernando VII posibilitó que reinara una mujer: Isabel II. «El Rey Felón, como se conocía a Fernando VII por la macrosomía genital que padecía, tuvo grandes problemas para procrear. Solo la última de sus cuatro esposas, su sobrina María Cristina de las Dos Sicilias, consiguió hacerle padre. Para ello, tuvo la idea de encargar un artefacto que mitigara la deformación de su pene y, gracias a este invento, nacieron sus dos hijas: Isabel, que alcanzaría el Trono gracias a la Pragmática Real, y Luisa Fernanda, que se casó con el Duque de Montpensier.
Tras Isabel II, célebre por su lujuria y sus amoríos extra conyugales, su hijo Alfonso XII restauró la Monarquía y los habituales deslices amorosos reales que acabaron cuando se enamoró perdidamente de su prima hermana, Maria de las Mercedes. Fue un amor de corte romántico y que acabó en tragedia. Según la autora del libro, que ha contado con el testimonio y la documentación que obra en poder de Isabel López de las Cajigas, bisnieta del administrador de los Montpensier, la reina murió porque «la taponaron estando embarazada para intentar evitar un nuevo aborto, provocándole la muerte». Se amaron locamente. Sus noches de amor comenzaban al atardecer y se prolongaban hasta el mediodía del día siguiente. Tras su muerte, aunque tuvo varios hijos bastardos, se casó con la archiduquesa María Cristina de Habsburgo para tener un heredero legítimo: su hijo póstumo, Alfonso XIII.
Según cuenta Marta Cibelina, el Rey Alfonso XIII tenía un sentido de la moralidad muy alejado de los cánones de la época. Antes de exiliarse, «hacía el casting de algunos burdeles e, incluso, invirtió en la industria cinematográfica en películas de corte pornográfico». Tuvo, al menos, cinco hijos bastardos además de los siete que tuvo con la reina Victoria Eugenia.
«Juan Carlos I es una bomba en la cama». Tras el salto generacional y la restauración de la Monarquía, la autora se centra en él que considera el más Borbón de todos los Borbones: Juan Carlos I. De él, destaca su extraordinaria capacidad sexual: «Es una bomba en la cama. Le gustan las mujeres de poco pecho, delgadas y, por lo general, rubias, como Corinna».
Además, asegura que «el Emérito seguía a rajatabla las pautas de alimentación anti envejecimiento que le recomendaban sus médicos, que le han permitido, pese a su avanzada edad, «mantenerse en forma en el lecho».
Don Felipe VI, un caballero
De su hijo, Felipe VI, mantiene que «es educado, galante y muy detallista, súper caballeroso con las mujeres. Una anécdota que me sorprendió del actual Rey es que cuando estaba embarcado en el Juan Sebastián Elcano, dando la vuelta al mundo, era al único de la tripulación al que no le daban preservativos cuando llegaban a puerto. Sus superiores consideraban que, debido a los actos de estado que le programaban en las escalas, no tendría tiempo para intimar con nadie. Esto a él no le hacía ninguna gracia».
Aunque de los amores de Felipe VI está casi todo escrito, Marta Cibelina nos descubre que «estuvo muy enamorado de una chica de buena familia valenciana». Fue una de las pocas que le dio calabazas, porque se asustó ante la posibilidad de llegar a ser Reina. Fue un amor que, aunque parezca imposible, nunca trascendió a los medios.
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