Legado

Mensaje desde el pasado: la cápsula de Lady Di resurge en Londres

Kylie Minogue, un televisor portátil y semillas de Kew Gardens: los objetos que la princesa de Gales y dos niños enfermos enterraron en 1991 y que hoy vuelven a la luz

Diana de Gales, en una imagen de los años 90
Diana de Gales, en una imagen de los años 90@ladydirevengelooks

Han pasado treinta y cuatro años desde que Diana Spencer, la eterna princesa de Gales, enterró en el hospital infantil "Great Ormond Street" de Londres una cápsula del tiempo junto a dos pequeños pacientes. Aquel 18 de marzo de 1991, cuando Lady Di ejercía como presidenta honoraria del centro, el gesto fue mucho más que un juego: era una declaración de futuro, una forma de recordar a quienes luchaban contra la enfermedad que la esperanza podía quedar custodiada bajo tierra, esperando ser redescubierta.

Hoy, con la remodelación del hospital y la apertura de un nuevo Centro Oncológico Infantil, la cápsula ha sido desenterrada. El hallazgo ha revelado un curioso inventario de objetos que son, a la vez, testimonio de una época y reflejo de la sensibilidad de Diana. Entre ellos, una fotografía suya y un ejemplar de "The Times", que funcionaban casi como firma personal de la princesa.

Diana de Gales en Mallorca en 1987
Diana de Gales en Mallorca en 1987Gtres

Pero la auténtica magia reside en las elecciones de los niños que la acompañaron. Sylvia Foulkes, de nueve años entonces, aportó un holograma de un copo de nieve -fetiche de los años noventa-, una calculadora solar, monedas británicas y cinco semillas de Kew Gardens, como símbolo de vida. David Watson, de once, decidió incluir un CD de "Rhythm of Love" de Kylie Minogue, un pasaporte europeo, una hoja de papel reciclado y un televisor portátil, aquel objeto que en 1991 representaba la cúspide de la tecnología.

El tiempo, sin embargo, juega sus bromas: el hospital descubrió que no había ningún reproductor capaz de leer el CD. La paradoja de un soporte que parecía futurista y hoy resulta obsoleto sirve de recordatorio de cómo lo moderno puede convertirse en reliquia en apenas tres décadas.

La cápsula, retirada de la entrada principal para dar paso a las nuevas instalaciones, será sustituida por otra que se enterrará de nuevo bajo los cimientos del hospital. Una tradición que conecta generaciones y que recuerda el poder de los objetos para contar historias.

Más allá de los titulares, lo que conmueve es la impronta de Diana: su presencia en el hospital, su empeño en dar voz a los niños, y la certeza de que un gesto tan sencillo como enterrar recuerdos podía convertirse, con los años, en un mensaje de ternura y esperanza desde el pasado.