
Homenaje
El recuerdo silencioso de Juan Gómez-Acebo en el primer aniversario de su muerte: el legado que dejó a su único hijo
Este 12 de agosto, su familia le recuerda con la misma discreción que llevó en vida

El año pasado fue especialmente sombrío para la familia Gómez-Acebo, marcada por un doble luto que dejó una huella profunda en su historia reciente. El 1 de marzo, el clan lloraba la pérdida del benjamín de la infanta Pilar, Fernando Gómez-Acebo, fallecido a los 49 años víctima de una insuficiencia respiratoria. Apenas cinco meses más tarde, el destino volvió a ensañarse con ellos: el 12 de agosto murió Juan Gómez-Acebo, segundo hijo de la hermana del Rey Juan Carlos I. La repentina sucesión de tragedias dejó consternados a sus hermanos Simoneta, Beltrán y Bruno, que en tan breve lapso de tiempo se vieron privados de dos presencias insustituibles en sus vidas.
Este martes se cumple un año del adiós de Juan, artista y productor musical de formación cosmopolita, licenciado en Bellas Artes en Estados Unidos y dueño de una sensibilidad que cultivó lejos de los focos. A los 54 años perdió la batalla contra un cáncer en su residencia de Mallorca, donde había encontrado un refugio sereno para sus últimos días. Entre veladuras de discreción, su vida había estado marcada por el recogimiento y el apego a los círculos íntimos. De hecho, su última aparición pública se produjo meses antes, durante el funeral de su hermano Fernando.

Los actos fúnebres comenzaron en Mallorca con una capilla ardiente en el tanatorio de Calvià, seguida de su incineración. Las fechas estivales y la dispersión geográfica de familiares y allegados –incluidos los Reyes Felipe y Letizia, que se encontraban fuera de España– llevaron a la familia a posponer el funeral en Madrid, con el fin de permitir que todos los que lo quisieran pudieran rendirle homenaje. El 8 de septiembre de 2024, la Iglesia Catedral de las Fuerzas Armadas, ubicada junto al Palacio Real, acogió una ceremonia solemne y emotiva a la que acudió una nutrida representación de la Casa Real: los Reyes Felipe VI y Letizia; los Reyes don Juan Carlos y doña Sofía; la infanta Cristina, acompañada de sus hijos Miguel, Pablo e Irene Urdangarin; Felipe Juan Froilán y Victoria Federica de Marichalar, hijos de la infanta Elena; y la infanta Margarita, tía del fallecido, con su esposo, Carlos Zurita, y su hija, María Zurita. La única ausencia destacada fue la de la infanta Elena, que en esas fechas se encontraba en París, en la clausura de los Juegos Paralímpicos, cumpliendo con su papel de presidenta de honor del Comité Paralímpico Español.
En este primer aniversario, el recuerdo de Juan se preserva con la misma discreción que marcó su existencia. No ha trascendido la celebración de misas conmemorativas, y el homenaje se mantiene en el ámbito privado. Especialmente vivo permanece en la memoria de su hijo Nicolás, fruto de su relación con Winston Holmes Carney, quien hace poco más de un mes recibió el vizcondado de la Torre, título nobiliario que perteneció a su padre. A pesar de no haber alcanzado la mayoría de edad, Nicolás reclamó legalmente la sucesión, representado por su madre, y el pasado 3 de junio el Boletín Oficial del Estado confirmó la concesión. Es una herencia silenciosa pero cargada de significado, que asegura la continuidad del nombre y la memoria de Juan Gómez-Acebo en la historia de la nobleza y realeza españolas.
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