Los Windsor

¿Qué le pasa a Kate?: todo el peso de la Corona sobre la reina Camilla

La situación es excepcional porque no solo es el soberano quien se ha visto obligado a suspender su agenda, sino también su heredero, William, para cuidar a su esposa, ingresada en el hospital.

United Kingdom, London: (L-R) Prince George, Prince Louis, Kate, Princess of Wales, William, Prince of Wales, Princess Charlotte, King Charles III of Great Britain, Queen Camilla of Great Britain, Prince Edward, Duke of Edinburgh and Sophie, Duchess of Edinburgh on the balcony of Buckingham Palace in London to watch the air show following the "Trooping the Colour" ceremony. For the first time since his accession to the throne, Charles has been honored with the birthday parade.
United Kingdom, London: (L-R) Prince George, Prince Louis, Kate, Princess of Wales, William, Prince of Wales, Princess Charlotte, King Charles III of Great Britain, Queen Camilla of Great Britain, Prince Edward, Duke of Edinburgh and Sophie, Duchess of Edinburgh on the balcony of Buckingham Palace in London to watch the air show following the "Trooping the Colour" ceremony. For the first time since his accession to the throne, Charles has been honored with the birthday parade.Victoria JonesDPA vía Europa Press

Menos de 24 horas después de que el Palacio de Buckingham sorprendiera a los británicos el pasado miércoles revelando la hospitalización tanto de Carlos III como de Kate, princesa de Gales, la reina Camilla protagonizaba una visita oficial en una galería de arte de Aberdeen para inaugurar un nuevo «Espacio Seguro», creado para brindar apoyo a quienes puedan estar sufriendo abuso doméstico, una de las causas con las que está más comprometida.

«Está bien, con buen ánimo y deseando volver al trabajo», revelaba cuando le preguntaron por el monarca, quien deberá ser intervenido la próxima semana tras detectarle agrandamiento de próstata, algo bastante común en los hombres mayores de 50 años.

Cuando un jefe de Estado tiene que ser hospitalizado por motivos de salud siempre hay cierta preocupación. Aunque en el Reino Unido la situación es aún más excepcional porque no solo es el soberano quien se ha visto obligado a suspender su agenda, sino que también lo ha tenido que hacer su heredero, el príncipe William, para cuidar de su esposa, Kate, quien posiblemente no pueda retomar sus obligaciones hasta pasada la Semana Santa tras pasar por una «cirugía abdominal».

Evitar el trono vacío

Con los tres miembros más importantes de «La Firma» fuera de escena, es sobre la reina Camilla –reina es su título oficial, no reina consorte– sobre la que recae estos días todo el peso de la Corona. Su agenda pública ahora es más vital que nunca para la institución. Ya lo decía Isabel II: «Tienes que ser visto para ser creído». Lo más importante es evitar a toda costa la imagen de trono vacío. Por lo que el próximo lunes, Camilla protagonizará otro acto público en Swindon

En definitiva, la mujer que sufrió la humillación y el desprecio que le profesaba la mayoría de los británicos por el simple pecado de no ser Diana de Gales, la considerada en su día la «eterna amante», afronta ahora uno de los momentos más importantes desde que en mayo del 2023 fuera coronada junto al monarca.

El club de fans de Lady Di sigue siendo demasiado poderoso. Pero, definitivamente, las cosas han cambiado –y mucho– para la actual reina. La que en su día fue considerada «la mujer más odiada del país» siempre supo mantenerse fiel a su estilo. Y ahora, al fin, comienzan a reconocérselo.

El hecho de que Shane Watson, la columnista del muy monárquico diario «The Telegraph», le dedicara uno de sus textos tras la coronación alabando su actitud denota hasta qué punto está cumpliendo con creces con su nuevo papel. Siempre existió el temor de cómo el pueblo aceptaría la «transición tranquila» que desde hace tiempo se gestaba en el Palacio de Buckingham y, ante todo, cómo responderían al ver a Camilla convertida en reina. Pero todos los analistas coinciden: pasa con nota alta.

Eso sí, con la operación de Carlos III, jefe de Estado, se plantea la pregunta de qué sucede a nivel institucional. En caso de ausencia, se llama a los «Consejeros de Estado», los miembros de la realeza de mayor rango que pueden sustituirle. Actualmente son sus hijos, el príncipe William y el príncipe Harry, y sus hermanos , el príncipe Andrés, el príncipe Eduardo y la princesa Ana. En cualquier caso, una fuente de Palacio explicó que ahora no esperan que sea necesario activar los protocolos, puesto que la recuperación será «en un corto periodo de tiempo». «La Firma» trata con extremada discreción todos los asuntos de los «royals» considerados del ámbito privado. Los detalles sobre la salud de los miembros de la realeza rara vez se revelan. Pero, según una fuente oficial, el monarca, de 75 años, ha querido ahora «dar los detalles de su diagnóstico para alentar a otros hombres que puedan estar experimentando síntomas a hacerse controles, de acuerdo con los consejos de sanidad pública».

La carencia de filtros al hablar de la condición del monarca contrasta sin embargo con el secretismo con el que se está abordando la situación de su nuera, Kate. ¿Qué le ocurre a la princesa de Gales? El comunicado oficial habla de «cirugía abdominal». Se descarta cualquier posibilidad de cáncer y se apunta que la operación estaba programada y ha salido bien. Pero no se aporta más información, por expreso deseo de la propia paciente.

Agendas canceladas

La mujer del heredero al trono pasará hasta dos semanas recuperándose en London Clinic y luego se recuperará en su casa en Windsor. Es probable que esté alejada de la agenda pública dos o tres meses. El largo periodo llama la atención. Y lo que demuestra además de que no se trata de un asunto menor es el hecho de que el príncipe William también haya cancelado su agenda para estar junto a ella.

Cuando la pareja formó una familia, quisieron asegurarse de que sus hijos George, segundo en la línea de sucesión, Charlotte y Louis recibieran una educación lo más normal posible. No tienen personal interno y prefieren encargarse ellos mismos de recogerles en la escuela. Eso no quiere decir que no tengan apoyo. Cuentan con niñera externa y los padres de Kate además viven cerca. Pero prefieren ocuparse ellos mismos del día a día.

Con la hospitalización de la princesa, la pareja ha cancelado ahora todos los viajes previstos para principios de año y es probable también que tengan que cancelar una esperada gira internacional de primavera. En el Reino Unido, se perderán también varios eventos de alto perfil, incluidos los Premios de Cine de la Academia Británica (de la que William es presidente) y el servicio anual del Día de la Commonwealth en la Abadía de Westminster.

Kate ocupa el puesto de coronel honorario de la Guardia Irlandesa, pero el pronóstico sugiere que se verá obligada a renunciar a las celebraciones del Día de San Patricio con el regimiento. También es la patrona del rugby inglés, pero se tendrá que perder el torneo de las Seis Naciones, que comienza a principios de febrero.

La última vez que se vio en público a la princesa de Gales fue el pasado 25 de diciembre. Cumpliendo con la tradición, los Windsor acudieron a un servicio religioso con motivo de la Navidad. Kate Middleton se mostró normal en todo momento y no dio signos de encontrarse mal; al contrario, estuvo simpática y risueña, compartiendo momentos con sus hijos.

En diciembre tuvo una agenda especialmente apretada con la que clausuró un año bastante activo con 120 compromisos públicos. Con sus hijos reiniciando la escuela la semana pasada tras las vacaciones de Navidad, solo habría sido cuestión de tiempo antes de que los ciudadanos se dieran cuenta de su ausencia si Palacio no hubiera publicado el comunicado.

Aunque bien es cierto que son muy discretos al hablar de la salud de los miembros de la Familia Real, sí deben de notificar si hay ingresos hospitalarios. Tan pronto como se dio la noticia, la London Clinic, cerca de Regent’s Park en el centro de Londres, se vio ocupada por medios de comunicación de todas las partes del mundo intrigados por una hospitalización cargada de preguntas.

El centro se describe a sí mismo como el hospital privado independiente más grande del Reino Unido. Durante décadas, ha sido el hospital de referencia de la Familia Real, destacados políticos y celebridades. La London Clinic abrió sus puertas por primera vez en 1932. Su ilustre lista de pacientes anteriores incluye al esposo de Isabel II el príncipe Felipe, la princesa Margarita, la estrella de Hollywood Elizabeth Taylor y el presidente de los Estados Unidos, John F. Kennedy.

La clínica cuenta con un centro oncológico líder que recibe pacientes para quimioterapia, radioterapia y otros tratamientos. Presume de poder proporcionar radioterapia ‘CyberKnife’ para pacientes con cáncer de próstata, tecnología ‘SpyGlass’ para pacientes que necesitan una endoscopia e inmunoterapia CAR-T para pacientes con cáncer. En 2019 inauguró un centro especializado en cirugía robótica.

Los pacientes obtienen su propio servicio de conserjería, mientras que el chef ejecutivo del hospital dirige una cocina que sirve pescado de barcos de Cornualles y carne del exclusivo Smithfields Market.

Desde la década de 1980, miembros de la familia real han inaugurado oficialmente varias instalaciones en el lugar. Siendo príncipe de Gales, Carlos inauguró el departamento de fisioterapia en 1989, mientras que la Princesa Margarita inauguró la unidad de resonancia magnética en 1991 y la difunta Reina inauguró una nueva unidad de cáncer en 2010.

El príncipe Felipe ingresó en la clínica para lo que se describió como “investigaciones abdominales” en 2013, mientras que la princesa Margarita fue tratada allí en 1980 para que le extirparan una lesión cutánea benigna. En 1947, a Kennedy, entonces congresista estadounidense, le diagnosticaron la enfermedad de Addison en la clínica. Taylor se sometió allí a una operación de rodilla en enero de 1963 después de caerse en un set de filmación.

Otros antiguos pacientes incluyen al ex primer ministro laborista Clement Attlee, que ingresó en 1939 - cuando era líder de la oposición - para una cirugía de próstata. A otro ex primer ministro, el conservador Anthony Eden, le extirparon la vesícula biliar en la Clínica de Londres en 1953, cuando era secretario de Asuntos Exteriores. El actual ministro de Asuntos Exteriores, David Cameron, que fue primer ministro de 2010 a 2016, nació allí en 1966.