Decepcionados con él

El Rey Carlos III suspende y su cáncer no le está sirviendo de excusa

Parece que sus decisiones no han sido las mejores de cara a su propia familia, pero también para la opinión pública. Las críticas son feroces

El Rey Carlos III de Inglaterra
El Rey Carlos III de InglaterraGtres

El Rey Carlos III de Inglaterra no lo está haciendo bien y sus decisiones desde que se sentase en el trono están siendo puestas en entredicho. Pero hay cuestiones contra las que no se pueden luchar y para las que su palabra es la última, por lo que no hay nada que objetar. Algo que respetan sus súbditos, su equipo de empleados y también su propia familia. Él manda. Eso sí, hay un punto que nada tiene que ver con sus funciones institucionales y en las que sí se está permitiendo el lujo de opinar todo el mundo.

El pueblo, sus trabajadores y también su propio círculo más íntimo. Nadie entiende su incapacidad para solucionar el grave problema que le está ocasionando su hermano, elpríncipe Andrés, que en más de una ocasión ha puesto en peligro los mismos cimientos de la monarquía británica, pero parece no haber aprendido la lección o, por otro lado, sentirse cómodo en la polémica y dando jaque al rey constantemente.

Príncipe Andrés de Inglaterra
Príncipe Andrés de InglaterraAgencia AP

El cáncer ha marcado este complicado año para ‘La Firma’, hasta el punto de obligar a sus representantes a recluirse en sus palacios y ceder el protagonismo a terceros. Tan solo la reina Camilla ha permanecido al pie del cañón, con intermitentes ayudas del príncipe Guillermo. Carlos III y Kate Middleton se centraban en sanar de sus sendas enfermedades, mientras los miembros colaterales de la familia asumían un papel institucional cada vez mayor.

Tocaba arrimar el hombro. Pero el príncipe Andrés ha sido la sonada excepción, pues en vez de ayudar a la Corona a salir adelante en momentos convulsos, ha seguido en sus trece, retando a un pulso constante que ha dejado a su hermano en entredicho. El Rey está muy preocupado, más al saber que todos cuestionan su autoridad, después de ver que no le tiene respeto ni su propio hermano, tampoco de su hijo Harry, no pudiéndose escudar en su enfermedad para excusarse.

“Él ve el estado actual de su familia con profunda preocupación. Todo el mundo, al parecer, tiene problemas, ya sean de salud, económicos o legales. Esta situación con el príncipe Andrés y la Logia Real ha dividido un poco a la familia”, comienzan a desgranar la delicada situación una fuente cercana desde ‘Woman’s Day’. Los más críticos con el Monarca son sus propios hermanos, Ana y Eduardo, que han dejado constancia de su “decepción por cómo ha manejado la situación”.

Pero también es criticado por el bando contrario, por sus propias sobrinas, Eugenia y Beatriz de York, hijas del príncipe Andrés, que se quejan de que el Rey está dejando que su progenitor sea víctima del escarnio público, mientras encima trata de despojarle de su casa a modo de castigo por sus desmanes judiciales.

El príncipe Andrés y Carlos III de Inglaterra
El príncipe Andrés y Carlos III de InglaterraGtres

Pero no solo sus hermanos y sus sobrinas le reprochan su mala gestión en cuanto al príncipe Andrés se refiere. También su propia mujer, la reina Camilla, le habría puesto los puntos sobre las íes en este asunto, al notarle más irritable de lo habitual y quejándose de ser ella quien pague sus enfados, como así mantienen que sucede en ‘The Mirror’. Pero con todo, es comprensible que el Rey Carlos III se sienta entre la espada y la pared, acorralado entre lo que debe hacer, lo que desea hacer y, lo más complicado, lo que le dejan hacer, pese a ser el Rey. Tiene y quiere echar a su hermano de la residencia de Royal Lodge, para destinarle a una nueva vivienda bajo el amparo de la Corona.

Él se niega a abandonar la que considera su casa, aunque el Monarca le presiona cortándole el grifo, ya sea económicamente o simplemente retirándole toda la seguridad que antes le brindaba y que ahora deberá cubrirse de su bolsillo. Ambas partes tensan la cuerda, pero parece que pocos animan al Soberano y son más las voces críticas que le restan ánimo a seguir tirando, cuando el cáncer ya había mermado sus fuerzas.